Del amor y la guerra
El libro de Gustavo bueno la vuelta a la caverna filósofo español materialista termina diciendo:
Lo que criticamos al pacifismo metafísico y a todo aquel que ante la guerra “se avergüenza del género humano” es la hipocresía objetiva de su actitud y la ingenua identificación de su ego. Hipocresía por cuanto su actitud supone que “la guerra no va con él” como si él perteneciese a otra especia angélical: Es el angelismo que tantas veces vemos tanto en el papa como en Jhon Lennon… Y sin embargo forma parte de un mundo en cuyos edificios habitan, comen y duermen, tanto el papa como los seguidores de Lennon. ¿Acaso nuestros irenistas angelistas no suelen vivir en un estado de bienestar, un Estado que está apoyado en los tanques y en los misiles, que entre otras cosas, defienden el control del petróleo? La actitud de quien abomina de la guerra y acepta la cultura humana que depende de ella encierra la quinta esencia de la falsedad.
Queda claro desde su reflexión que la guerra no es una cuestión natural sino una cuestión que se da entre civilizaciones, entre estados, entre imperios. Siendo realmente entre imperios de alguna u otra forma como ahora la guerra en ucrania, donde hay una guerra civil que como casi todas las guerras es un ensayo de choque de imperios muy pronto a suceder. Y son los imperios que al lograr su tejido basal control sobre territorio, conjuntivo organización de la propiedad sobre el territorio y cortical aparatos estatales van ocasionando las guerras, en el crecimiento y constitución de estos tejidos.
Entonces el fundamento de la civilización es la guerra, siendo una estupidez decir que a mejor educación el hombre será menos violento, menos bestia, al contrario la civilización y su educación llevaran tarde o temprano a la máxima violencia. Pero yo les propongo a mis hijos una educación de guerra amorosa, que trascienda y supere toda guerra, lo cual conllevaría a superar toda civilización ¿Es posible esto?
Mis hijos me dicen que no y se burlan de mí y así terminamos nuestras cesiones esta semana, ¿Acaso no usas la internet papá que de hecho es una tecnología que se dio gracia a la guerra?
Y es cierto, pero yo les digo que estamos en este mundo pero que no somos de este mundo, y ellos e siguen burlando: ”Claro que eres de este mundo gordo panson”
A mí me entran nervios, me da ganas de cagar y finalizo la clase y en el baño me pongo a pensar ¿Qué es aquello que no me hace parte del mundo? Y para mi es claro, el amor. Pero ¿Que es el amor? Y a mí rescate gracias a Dios viene un filósofo ateo Sartre reflexionado existencialmente sobre el amor, y es que en su relación con Simone de Beauvoir, hubo amor. Aunque Sartre como todos nosotros no supo estar a la altura de este amor.
Sartre reflexiona: “En última estancia, el amor es el deseo de poseer la libertad del amado como una libertad que se experimenta como determinada, de suerte que sea tanto un sujeto libre como un objeto subyugado por el amante”
Y es simplemente genial he aquí el amor en su delicado equilibrio
Porque se trata de que yo me dé como objeto al otro por amor, siendo un sujeto que se da libremente, esperando lo mismo de mi amada, lo cual es extremadamente difícil y encima espero siempre que se dé libremente al punto que en cualquier momento podamos romper este compromiso, porque no nos hemos cosificado para siempre, sino que volvemos a ser sujetos recibiendo la donación del otro recíprocamente o no recibiéndola según lo quereamos.
Sartre dice:
El amante, en tanto ser para sí, está condenado a ser libre, y nosotros deseamos que ese ser libre elija anular y reconstruir su libertad de elegirnos ad infinitum. Dicho de otro modo, queremos que, entre todas las opciones que se encuentran a disposición del amante, él o ella nos elija libremente todos los días y más inquietante aun que él o ella quiera que nosotros hagamos lo mismo. Queremos que nos quieran y además que nos quieran como nosotros queremos que nos quieran-es decir que se produzca un servicio-pero no porque el otro este en la obligación, compromiso o necesidad de hacerlo, sino porque nos quiere libremente y además quiere querernos en libertad-Es decir que se produzca una elección de servicio o libre servidumbre.
Esta es la libertad de la que escribía Pablo en gálatas 5:13:
Porque vosotros, hermanos, á libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión á la carne, sino servíos por amor los unos á los otros.
Y entonces me queda claro que es el amor lo que nos hace estar en la civilización pero no ser de ella, porque la civilización se basa en el imperio en el imperar sobre otros, el ejemplo está en la guerra de ucrania, los ucranianos no respetaron el deseo de no ser parte de la Otan y de estar vinculados con Rusia de los pueblos del Dombás y los Rusos no respetaron, la decisión de la gran mayoría de ucranianos de ser parte de la OTAN y aspirar a la unión europea, aquí no hay amor, toda libertad está perdida, en cambio en el amor la libertad es la clave.
Se dirá que las civilizaciones democráticas entienden esto y que tienen como principal fundamento la libertad pero no es cierto, el capitalismo se basa en manipular a la gente para que consuma, no en respetar su libertad y los estados democráticos se encargan de embrutecer a la gente para que no tome conciencia de su propia libertad, simulan la libertad no la practican.
Aquí ya vendría toda una reflexión gnoseológica que excede este texto y que estoy haciendo con mis hijos para ver cómo el camino del ser echa fuera toda inseguridad ontológica y echando fuera esa inseguridad los sistemas echan el ser y echando el ser se cancela toda posibilidad de amor porque el fundamento del ser es el amor y está siempre está en una inseguridad ontológica máxima en un equilibrio precario terrible
Pero el camino del no ser no basta para abrirse al amor, hace falta pasar al devenir y del devenir a la coincidencia de opuestos un milagro que solo se realiza en la trinidad divina, es en Dios que el amor es posible y real y su reino trasciende toda civilización.
Por ejemplo hijo amado Kie David tú no te quieres vacunar y yo te apoyo, aunque te pido que lo medites que te puede costar tus clases en el colegio y tú tienes tan buenas notas que puedes alcanzar estar en un colegio estatal de alto rendimiento pero si entiendes que no pueden ir contra tu libertad y que defenderla es ser un hombre digno y superar la lógica imperial civilizatoria, entonces vale la pena y esta es tu verdadera educación , este es tu abrir la jaula.
Por ejemplo Wayllusqa tú detesta que te grabemos para nuestras emisiones en vivo y nuestros videos y yo varias veces te he faltado el respeto, porque realmente te necesitamos en estas transmisiones, pero comprendo e intento superar mis lógicas imperialistas y lograr algún punto creativo que nos permita seguir transmitiendo contigo, veras yo también soy parte de la civilización y muchas veces antepongo mis intereses al amor, por eso siempre necesito que me perdones, y que encontremos juntos este equilibrio y si no dejamos de transmitir y seguimos con este proceso en privado.
Por ejemplo Amíra siempre tan amorosa, te cuento que he dejado de acompañar a mi abuela porque me maltrato y no solo a mí, ha maltratado casi a todos, ha roto este equilibrio y se hace imposible estar con ella, no le guardo rencor al contrario, pero me parece imposible sostener una relación de amor con ella y sino no voy a tener una relación en amor prefiero no tener ninguna relación, he aquí el problema de todos los contratos, y he aquí el problema del matrimonio al hacer del amor un contrato, luego tienes que cumplir con lo que has pactado y eso es totalmente opuesto al amor, pero en la biblia el mandamiento es amar a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo ¿Cómo Dios nos puede mandar a amar Si el amor tiene como esencia la libertad?
Pero en Cristo habla el amante que espera el amor reciproco y en este amor se fundamenta su mandato, mandato que podemos rechazar porque sino no sería amor.
Y entonces como cristianos vamos como ovejas al matadero y amamos sin esperar el amor reciproco en el prójimo, pero teniendo siempre el gran amor de Dios en nuestras vidas, por el que nos perdona nuestra ruptura del frágil equilibrio del amor y por la que perdonamos a los demás.
¿Vencerá entonces el amor a la civilización, la ciudad de Dios a la ciudad del hombre, o la ciudad del hombre instrumentalizara el amor para sus guerras?
En nuestras vidas está la respuesta.
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