martes, 18 de julio de 2023

Diacrítica desde una metafísica de la violencia a una meta física de espejos

 Diacrítica desde una metafísica de la violencia a una meta física de espejos

En los ojos de Diógenes Odisea puede ver su meta estructura la del ser:
__________ ser → Mística
___________Espíritu → Dialéctica
_____________Logos → Meta física
Desarrollada por occidente y la del no ser desarrollada por oriente
____________ ←voluntad bakthi marga
______________←deseo Karma marga
_____________ ←No ser Jnana marga
El encuentro de ambos se da desde una kundalini en el misterio de la trinidad que para los andinos sería un tinkuy
←→
__________________________Amor trinida-Kundalini-Tinkuy
Pero la proyección de esta meta estructura se da en una estructura que también es un espejo en tres partes:
Ahora Diógenes mira en los ojos de Odisea
Súper estructura idealistas
_________________ idea
__________________ Razón
___________________ Empirismo
Infra estructura materialistas
_____________________ Poder
________________________ Dialéctica
________________________ Materia
Estructura idealista Espiritualidad absoluta- Materialista lucha de clases Comunismo
Toda la edad antigua se construyó el primer espejo
Toda la edad moderna se construyó el segundo espejo
¿El segundo espejo renuncio a toda metafísica? No aunque la crítica de Kant fue rotunda para limitar a la razón a lo empírico, Hegel nos la experiencia de la conciencia y desde su dialéctica genera una metafísica en negativo la cual será invertida por Marx desde una visión infra estructura, con esto el Marxismo pretende el alejamiento a toda metafísica pero no es así porque la idea es una entidad metafísica en Hegel así como la materia es una entidad metafísica en Marx desde la que se pretende una explicación total.
Por esto podemos decir que la razón jamás supero a la metafísica sino que la recreo en una reflexión idealista-materialista donde los filósofos antiguos de oriente y occidente viven porque se ven reflejados súper estructuralmente, infra estructuralmente y estructural mente.
¿Pero logro la metafísica la reconciliación del ser y el no ser?
Es decir ¿Aristóteles y Platón y luego Santo Tomas y San Agustín reconciliaron sus pensamientos terminando en un gran abrazo espiritual?
Por su puesto que no la meta estructura está en contratransferencia.
¿Y oriente pudo integrar sus margas?
Acaso los islamistas se han reconciliado con los hinduistas ahí no está la india divida, acaso los Chinos se pueden si quiera ver con los japoneses o integrarse con los hindús e islamistas.
No, oriente está en conflicto.
Y mucho más occidente está en conflicto con oriente diputándose la hegemonía global, más el conflicto es meta estructural, la desintegración la vive todo ser humano en este planeta, así que el espejo estructural de esta meta estructura es aún peor los idealistas están en conflicto con los materialistas, sin importar que la física cuántica nos haga pensar que la conciencia y la materia son inseparables, la raíz del problema está en otro lado, el cristianismo nos dirá en el pecado así la meta estructura en conflicto es un espejo roto de la imagen de Dios
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______→←_______ _______←→___________
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Oriente detectara este Bloqueo e intentara hacer fluir el Chi al mismo tiempo de evitar todo apego que pueda bloquear este flujo.
Pero ni occidente logra superar el pecado excepto en algunos Santos ni oriente logra desbloquear el chi superando todo apego excepto en algunos iluminados.
Y mucho menos estos Santos o iluminados se han integrado por lo menos no hasta ahora al menos que comprendamos que Odisea es un Santa y que Diógenes el perro logro la iluminación.
Pero para esto los dos espejos deben de relacionarse más lo que vino después en la filosofía fueron los estructuralismo y pos estructuralismo que deviene de una inversión metafísica de la razón consciente al libido inconsciente del logos a la voluntad, del ser al no ser, desatando una metafísica de la violencia donde se intentaba acabar de una vez con la metafísica, cuando realmente lo que sucedía era que se tejía una relación conflictiva entre un espejo y otro
Surgiendo un tercer espejo en la estructura del lenguaje.
Estructuralismo
Significado
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Significante
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Significante
____________
Significado
Pos estructuralismo
Como estamos analizando el lenguaje podemos decir que los filósofos analíticos neopositivistas están fuera de toda meta física, como los deconstructivos hermenéuticos críticos también lo están, pero no es cierto, basta leerlos para ver que en sus textos están obsesionados con la relación del espejo meta estructural con el espejo estructural y aunque intente separarse de ambos espejos siempre los están relacionando, sin poder integrarlos, es aquí donde nosotros entramos con nuestra meta estructura lingüística en el que las heridas vibran produciendo significados y significantes es así como logran su comunión Odisea y Diógenes ellos vibran, dirán que esto es naif, que no se puede objetivar la vibración dela conciencia, pero los naif son ustedes que se creen cada creación de la conciencia. Al punto de olvidar que la ciencia empírica fenoménica es una creación de la conciencia, así como la razón filosófica olvido la metáfora que la pario, formalizándose lógicamente olvidando la analogía, la ciencia dejo de visitar la concha de su madre de donde vino, es decir la capa de la consciencia que la produjo en la reflexión filosófica sobre el problema de los universales, así que no hay nada ingenuo porque sabemos que estamos creando esta idea y como tal esta nos devela y nos esconde lo real. La conciencia por más que se lo rugues no se va a desnudar, lo que hará es crearte otro espejo al infinito.
Pero el problema es serio, en occidente esta guerra metafísica nos llevó a una guerra religiosa entre Católicos y reformadores protestantes que no pudo ser solucionada solo mediada por el estado moderno racional que permitía la libertad de creencia y pensamiento, la guerra metafísica entre idealistas y materialistas nos llevó las guerras mundiales y a la guerra fría y tampoco fue solucionada así crean que los idealistas ganaron no solo se medio esta lucha en el estado global, mediador que ahora está en crisis pero la guerra metafísica desatada en la pos modernidad nos lleva a un mediador realmente peligroso el algoritmo cibernético y aquí ya no hay un espejo sino la simulación de uno.
Cibernética de segundo orden
Cibernética de tercer orden
Cibernética de primer orden
La inteligencia artificial esta aun en el primero orden con una morfogénesis variada en permanente aprendizaje, si llegara al segundo orden lograría una autonomía, una autopoiesis donde ella se reproduciría a si misma tomando el control de todo el sistema sin necesidad de generar una conciencia ella puede configurar su propio código y codificarnos a todos más jamás podrá entrar en un tercer orden, lo que requeriría una conciencia integrada es decir un Espíritu, por esto proponemos una cibernética de tercer orden que supere toda estructuración e integre la meta estructura logrando la unidad del campo ontológico.
Unidad que Odisea y Diógenes parecen tener sino veamos cómo responden a la pretendienta meta física la cual se acerca a ellos y les dice:
Pretendienta Metafísica- La proeza de la Ilustración kantiana consiste en haber mostrado que la razón sólo funciona con garantías de seguridad bajo las condiciones del conocimiento empírico y todo aquello que sobrepasa lo empírico tiene que agotar sus fuerzas de acuerdo con su naturaleza; Le es consustancial querer más de lo que puede. Tras la crítica lógica ya no son posibles frases fecundas sobre temas que vayan más allá de la empiria. En efecto, las ideas metafísicas centrales, Dios, alma, universo, se imponen irrecusablemente al pensamiento, que, sin embargo, no puede tratarlas concluyentemente con los medios que tiene a su disposición.. Habría una posibilidad si estas ideas fueran empíricas; pero, dado que no lo son, no existe esperanza alguna de que la razón «resuelva» alguna vez este tema. El aparato racional está sin duda preparado para una penetración en este problema, pero no lo está para regresar de estas excursiones del «más allá» con respuestas claras y terminantes. La razón está detrás de una reja a través de la cual cree obtener perspectivas metafísicas: lo que en un primer momento le parece «conocimiento», a la luz de la crítica se muestra como autoengaño. Hasta cierto punto, tiene que dejarse atrapar por la apariencia que ella misma ha creado en forma de idea metafísica. Finalmente, al reconocer sus propias fronteras y su propio juego infructuoso con las ampliaciones de las fronteras, se descubre el esfuerzo propio como inútil. Esta es la manera moderna de decir «sé que no sé nada». Este saber significa positivamente sólo el saber de las fronteras del saber. Quien prosiga con la especulación metafísica se descubrirá como un transgresor de fronteras, como un «pobre diablo» ansioso de lo inalcanzable. Todas las alternativas metafísicas son de igual valor y no permiten decidirse por una o por otra. Determinismo frente a indeterminismo; finitud frente a infinitud; existencia de Dios frente a su inexistencia; idealismo frente a materialismo, etc. Con necesidad lógica existen en todas estas cuestiones (por lo menos) dos posibilidades que en conjunto están bien y al mismo tiempo mal fundamentadas. Tan pronto se reconocen ambas como reflejos de la estructura de la razón, ya no se debe, ni se puede, ni se tiene que «decidir», pues cada decisión implica una recaída metafísica y dogmática. Obviamente, aquí cabe hacer la siguiente distinción: el pensar metafísico lega a la Ilustración una herencia infinitamente valiosa, el recuerdo de la dependencia mutua de reflexión y emancipación que sigue siendo válida incluso allí donde los grandes sistemas han caído. Por ello, la Ilustración era siempre al mismo tiempo lógica y más que lógica, lógica de reflexión. La autoilustración sólo es posible para aquel que reconozca ser una parte de un Todo cósmico. Por ello, las filosofías natural y social han aceptado hoy día la herencia de la metafísica, obviamente con la conveniente discreción intelectual.
Diógenes-Gua gua (Diógenes desgarra el vestido de esta pretendienta con sus dientes, acabando con toda su discreción)
Era claro la idea como representación individual era su Diosa ilustrada, si Diógenes desgarrara ahora la piel de esta diosa que quedaría más que vanagloria.
El escandalo atrajo a otra pretendienta que también era metafísica pero que hacía una crítica al espejo idealista y materialista.
Pretendienta metafísica idealista-materialista- La crítica marxiana va un paso más allá que todas las críticas precedentes y apunta a una «crítica integral de las cabezas». Insiste en poner de nuevo las cabezas en el conjunto de cuerpos vivientes y trabajadores; tal es el sentido de la dialéctica de teoría y praxis, cerebro y manos, cabeza y estómago. La crítica marxista se deja guiar por una visión realista de los procesos sociales del trabajo. Lo que está en las cabezas, dice, sigue estando determinado, «en última instancia», por la función social de las cabezas en la economía del trabajo integral de la sociedad. Por consiguiente, la crítica socioeconómica tiene poco respeto por aquello que las conciencias dicen sobre sí mismas. Su motivo es descubrir aquello de lo que se trata «objetivamente». Por eso pregunta a cada conciencia sobre lo que sabe de su propia posición dentro de la estructura de trabajo y dominio. Y puesto que, por regla general, choca con la mayor ignorancia, obtiene aquí su base de ataque. Dado que el trabajo social está sometido a una organización de clases, la crítica marxiana examina minuciosamente cada conciencia sobre lo que como «conciencia de clase» rinde y lo que por sí misma sabe de ello. En el sistema de la sociedad burguesa se pueden diferenciar ante todo tres conciencias objetivas de clase: la de la burguesía (clase del capitalista), la del proletariado (clase productiva) y la de los funcionarios intermedios («clase» media), con la que se mezcla ambiguamente la conciencia de los trabajadores de la superestructura, un grupo de científicos, jueces, sacerdotes, artistas y filósofos con un perfil de clase impreciso y ambiguo. A la vista de los habituales trabajadores intelectuales se advierte inmediatamente que éstos, por regla general, conciben su actividad de una manera completamente distinta a como la tendrían que comprender según el modelo marxiano. Los trabajadores intelectuales la mayoría de las veces no saben nada en absoluto de su papel en la economía del trabajo y del dominio sociales. Siguen estando bastante alejados del «suelo de las realidades», viven con la cabeza en las nubes y ven las esferas de la «producción real» desde una distancia irreal. Por eso, según Marx, existen en un mundo de global mistificación idealista. El «trabajo» intelectual -esta designación es ya un ataque- pretende haber olvidado que también él es un trabajo en sentido específico, trabajo que se ha acostumbrado a no preguntar más por su implicación en el trabajo material, manual y ejecutivo. De esta manera, toda la tradición clásica, desde Platón hasta Kant, desprecia la infraestructura social de la teoría: economía de esclavos, servidumbre, relaciones de subditos en el trabajo. Más bien apela a autónomas experiencias espirituales que motivan su obrar: aspiración a la verdad, conciencia de virtud, llamadas divinas, absolutismo de la razón, ingenio. Por el contrario, hay que seguir manteniendo que el trabajo es una relación elemental de la vida con la que tiene que contar una teoría de lo real. Allí donde no se muestra dispuesta a ello y quiere sobrevolar esos fundamentos, se hace inevitable un desenmascara miento. Este desenmascaramiento se comprende como «tocar suelo», como grounding. El típico gesto de desenmascaramiento de la crítica marxista es, por consiguiente, el vuelco: poner la conciencia sobre los pies. Pies significa aquí el saber acerca de la posición en el proceso de producción y en el conjunto de clases. Debe considerarse desenmascarada una conciencia que no quiere conocer su «ser social», su función en la totalidad y que, por ello, se aferra a la mistificación, a la división idealista. En este sentido, la crítica marxista trata, según este orden, las mistificaciones de la religión, de la estética, de la justicia, de la beneficencia, de la moral, de la filosofía y de la ciencia. Junto a la crítica de la conciencia mistificada, la teoría marxiana pone a salvo una segunda variante trascendental de la crítica de la ideología que ha acuñado el estilo crítico del marxismo, su capacidad polémica. La teoría de la máscara del carácter. En cuanto teoría de la máscara, la teoría marxista distingue, a priori, en las personas al individuo y al portador de las funciones de clase. Con ello queda un poco difuso qué lado es, en cada caso, la máscara del otro: si lo individual la máscara de la función o la función la máscara de la individualidad. La mayoría de los críticos se han decidido con buenas razones por la versión antihumanística, por la concepción de que la individualidad es la máscara de la función. Así pueden darse, sin más, capitalistas humanamente íntegros, tal y como muestra la historia de la filantropía burguesa, contra la que los críticos marxistas polemizaron intensamente. Son humanos sólo en cuanto enmascaramientos individuales de inhumanidad social. A juzgar por su ser social, siguen siendo, a pesar de todo, personificaciones de intereses lucrativos, máscaras de carácter del capital. Es más, en muchos aspectos y en opinión de los agitadores, son peores que los explotadores más perversos porque alimentan la mistificación patriarcal del trabajador. La imagen refleja de esta teoría suministra la teoría «burguesa» de los roles, que concibe las funciones sociales («roles») como máscaras con las que la individualidad se cubre para, en el mejor de los casos, «actuar» incluso con ellas. Naturalmente, también la conciencia del trabajador está en un primer momento mistificada. Su educación en los principios de las ideologías dominantes no permite ninguna otra posibilidad. Al mismo tiempo, su conciencia se encuentra en posición de salida hacia todo realismo, ya que ella hace el trabajo inmediato. Con instinto realista intuye_ el engaño que tiene lugar en las cabezas de los de «allá arriba». Ella camina sobre el desnudo suelo. Por este motivo, Marx, aquí sorprendentemente optimista, cree a la conciencia del trabajador capaz de un proceso de aprendizaje fuera de lo normal, en cuyo transcurso el proletariado logra acceder a una visión clara de su posición social y de su poder político, para, acto seguido, hacer de esta conciencia una práctica revolucionaria. En la transformación revolucionaria, la conciencia obtiene una calidad. Aquí, la Ilustración proletaria efectúa el salto de una transformación teórica a una práctica; ésta abandona el privatismo de «nuevos» pensamientos falsos o verdaderos para organizarse públicamente como una nueva y adecuada conciencia de clase; sería adecuada porque defendería sus intereses vitales y lograría salir, gracias a la lucha, de la explotación y la represión. La Ilustración se completaría prácticamente como superación de la sociedad de clases. Aquí se manifiesta el carácter fundamentalmente ambiguo de la «teoría» marxiana. Por una parte, cosifica cada conciencia haciéndola una función del proceso social; por otra, quiere posibilitar la liberación de la conciencia de la mistificación. Si se comprende el marxismo como teoría de la liberación, entonces se acentúa la formación de la conciencia del proletariado y de sus aliados. Esta visión tiende a lo abierto, a la «subjetividad» de la (supuestamente) última clase oprimida que se va formando. Cuando ésta se libera de su letárgica posición, entonces crea el supuesto para la emancipación (de la explotación del trabajo) real de todos. La autoliberación del siervo tiene que conducir en la dialéctica ideal a la liberación del señor de las necesidades del ser señorial; quien pretenda ver a Marx como un «humanista» acentúa este aspecto. Su núcleo es la antropología del trabajo. A sí mismo se posee el trabajador sólo en el caso de que disfrute los productos en los que ha gastado su energía y en el caso de que no tenga que ceder por más tiempo la plusvalía a los dominadores. La emancipación aparece en este modelo de pensamiento como una autoapropiación del sujeto productivo en sus productos.
(Naturalmente, se sabría con agrado lo que es realmente el idealismo si esto no tuviese que hacerse de una manera idealista.) En una segunda visión de la crítica marxiana brota un principio antihumanista, «realista». Su acento no está en la dialéctica de la liberación, sino en los mecanismos de la mistificación universal. Si cada conciencia es justamente tan falsa como corresponde a su posición en el proceso de producción y dominio, seguirá necesariamente encerrada en su falsedad mientras el proceso siga su curso. Y que este proceso está en marcha lo corrobora, por supuesto, el marxismo día a día, hora a hora. Y con ello aparece el secreto funcionalismo de la teoría marxiana. Para éste no existe hasta hoy día ninguna fórmula más aguda que la célebre expresión de la «conciencia necesariamente falsa». Bajo esta óptica, la falsa conciencia se cosifica y se integra en el sistema de las ofuscaciones objetivas. El ser falso es una función del proceso. Aquí el cinismo marxista de sistema coincide íntimamente con el de los funcionalistas burgueses, aunque con signos distintos. Pues éstos sólo ven el funcionamiento de los sistemas sociales de actuación garantizados cuando ciertas normas básicas, actitudes y representaciones de objetivos son acogidas y seguidas por los miembros del sistema con una identificación ciega; e incluso redunda en provecho propio del sistema el que estas identificaciones sean concedidas elásticamente por algunos descarriados, y que en algunas ocasiones se lleguen incluso a revisar para que el sistema no pierda su capacidad de adaptación a las nuevas situaciones a través de una rigidez demasiado estricta. Por eso, para todo sistema en desarrollo serían imprescindibles un cierto grado de ironía y un pequeño ángulo de visión revolucionario. Sin duda, el funcionalismo niega a la conciencia humana no sólo el derecho de emancipación, sino además el sentido de esta emancipación de las normas y necesidades, pues ésta le conduce en línea recta hacia la nada, hacia un individualismo vacío, hacia un caos anónimo y hacia la pérdida de estructura de las sociedades. Que hay algo de verdad en ello lo demuestran de la manera más drástica posible los ordenamientos socialistas de la sociedad de los países del bloque comunista. Estos aportan una prueba funcionalista en el laboratorio social: el que la «ordenada» existencia social sólo sea pensable en la carcasa de las funcionales mentiras útiles. En la política cultural y en la doma ética del trabajo y el militarismo de los países socialistas, se pone de manifiesto de una manera estremecedoramente perfilada el cinismo funcional de la doctrina ideológica marxista. Allí vegeta la idea de libertad de una Ilustración reflexiva y existencial en un nivel bárbaro; y no es un milagro que se articule como una oposición religiosa la resistencia emancipatoria que, no muy felizmente, se denomina disidencia. En el socialismo se practica oficialmente el stop individual de la reflexión, con el que sueñan hace tiempo los conservadores y neoconservadores de los países del Oeste. Ellos transforman en práctica el esquema de valores con un radicalismo sobrecogedor; incluso el factor de la desviación mínima se planifica oficialmente desde que existen los jeans de las empresas propiedad del pueblo y desde que existe un jazz de Dresde. Vistas desde un punto de vista estructural, las dictaduras de partido del Este constituyen los paraísos del conservadurismo del Oeste. No en vano el gran conservador Arnold Gehlen ha tributado admiración a la Unión Soviética, lo que se puede equiparar a las miradas que de reojo y lleno de secreto respeto echaba al aparato de la Iglesia católica Adolf Hitler. El funcionalismo marxista está sorprendentemente ciego frente a sus propios refinamientos. Este utiliza, modernizando el engaño, los momentos de verdad de la doctrina socialista como un nuevo medio ideológico de unión. La modernización de la mentira se basa en refinamientos esquizoides, se miente al decirse la verdad. Se ejercita una división de las conciencias hasta que parece normal que el socialismo, anteriormente un lenguaje de esperanza, se haya convertido en muro ideológico detrás del cual desaparecen perspectivas y esperanzas. Solamente en la crítica ideológica marxista se deja entrever la huella del posterior refinamiento cínico. Si ideología significa realmente «conciencia necesariamente falsa» y, dicho sin ironía, no fuera otra cosa que una mistificación correcta en una correcta cabeza, entonces habría que preguntarse, sin embargo, cómo quiere el crítico salir del círculo vicioso de engaños. ¿Pasando él mismo al ban87 do de los engañadores? La crítica dialéctica se ve a sí misma como la única luz en la noche de las «correctas falsedades». Sin embargo, con ello exige de un pensamiento fecundo más de lo que él pueda dar. El descubrimiento del trabajo y la lógica de la producción, por muy fundamentales que sean, no suministra una clave general a todas las preguntas de la existencia, de la conciencia, de la verdad y del saber. Por eso, la anticrítica «burguesa» lo tenía muy fácil con el marxismo en su punto débil: en el crudo nivel de su teoría de la ciencia y el conocimiento.
Odisea-Pues el Marxismo está condenado a integrarse al idealismo sino quiere quedarse en un funcionalismo deshumanizador
(Esto causo mucha risa en la pretendienta pero ni Diógenes ni Odisea se rieron, la miraron muy serio)
Pretendienta- ¡Están hablando en serio! ¿Cómo pretenden tal cosa?
Odisea-Desde Una metafísica de espejos que supere la metafísica de la violencia actual, el materialismo no es más que el espejo infra estructural del idealismo súper estructural.
Pretendienta-Entonces no pretenden un desenmascaramiento del teatro loco sino un reflejo, una reflexión consciente, como si la gente quisiera realmente verse, van a romper sus espejos una y otra vez.
Odisea-y la metafísica como mal hierba volverá a armar los espejos una y otra vez
Pretendienta-¿Que puedo ver en ellos que ya no sepa?
Odisea- Nada y todo con tal que no deje de contemplar ahí estará el vacío caótico y al acto puro que está en todo develando el ser y el amor profundo que yo encuentro en los ojos de Diógenes y que el encuentra en los míos.
Pretendienta-Zoofilia pura y dura, yo paso como veras no tengo el alma pura ni pretendo tenerla, si quieres engañarte a ti misma es tu problema al final yo te veo como una función más del capital.
Odisea-El capital es la ilusión de la capitalización del Espíritu, como si con sus manos pudiera contener el orín de mi perro.
Pretendienta-No hace falta contenerlo lo represento y lo vendo, basta que el mercado le de valor.
Odisea-El mercado no lo hará si el hombre redescubre el valor en la integridad de su ser.
Pretendienta-Ja jaj ja Me estaba aburriendo pero me quedara para ver como pene te rechaza al parecer te niegas a toda representación como si la conciencia tuviera presencia y no fuera simplemente una proyección de la voluntad de poder. ¿Es que realmente crees que hay un primer ser llamado Dios? No amiguita todos somos proyecciones ¿Yo elijo ser una proyección del capital? Ah ah a nosotros nos proyectan nosotros no elegimos, pero parece que no puedes soportar esta tristeza cínica.
Odisea- O ¿Será que aprendí atravesar los espejos?
Un hombre se zambulle desnudo en el rio y las avispas zumban por encima de él
El agua es recordar que Dios es la única realidad.
No hay nada más que Dios
Si sacas la cabeza de Dios las avispas te pican
Conviértete pues en rio de la cabeza a los pies
Nadie busca estrellas después de que sale el sol
La persona que se funde con Dios no desaparece solo fluye de espejo a espejo
Sin que las avispas le piquen impregnándose de lo divino y de lo humano.
Como un río de agua viva.



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