lunes, 22 de enero de 2024

Transferencia voluntad

 

I. "STULTIFERA NAVIS" Al final de la Edad Media, la lepra desaparece del mundo occidental. En las márgenes de la comunidad, en las puertas de las ciudades, se abren terrenos, como grandes playas, en los cuales ya no acecha la enfermedad, la cual, sin embargo, los ha dejado estériles e inhabitables por mucho tiempo. Durante siglos, estas extensiones pertenecerán a lo inhumano. Del siglo XIV al XVII, van a esperar y a solicitar por medio de extraños encantamientos una nueva encarnación del mal, una mueca distinta del miedo, una magia renovada de purificación y de exclusión. Desde la Alta Edad Media, hasta el mismo fin de las Cruzadas, los leprosarios habían multiplicado sobre toda la superficie de Europa sus ciudades malditas. Según Mateo de París, había hasta 19 mil en toda la Cristiandad. 1 En todo caso, hacia 1266, en la época en que Luis VIII estableció en Francia el reglamento de leprosarios, se hace un censo y son más de 2 mil. Hubo 43 leprosarios solamente en la diócesis de París: se contaban entre ellos Burg-le-Reine, Corbeil, SaintValère, y el siniestro Champ-Pourri; estaba también Charenton. Los dos más grandes se encontraban en la inmediata proximidad de París y eran SaintGermain y Saint-Lazare: 2 volveremos a encontrar su nombre en la historia de otra enfermedad. Después del siglo XV se hace el vacío en todas partes; SaintGermain, desde el siguiente siglo, se vuelve una correccional para muchachas; y antes de que llegue San Vicente, ya no queda en Saint-Lazare más que un solo leproso, "el señor de Langlois, abogado en la corte civil". El leprosario de Nancy, que figura entre los más grandes de Europa, cuenta solamente con cuatro enfermos durante la regencia de María de Médicis. Según las Mémoires de Catel, existían 29 hospitales en Tolosa hacia el fin de la Edad Media, de los cuales siete eran leprosarios; pero a principios del siglo XVII se mencionan tres solamente: Saint-Cyprien, Arnaud-Bernard y Saint-Michel. 3 Se celebra con gusto la desaparición de la lepra: en 1635 los habitantes de Reims hacen una procesión solemne para dar gracias a Dios por haber librado a la ciudad de aquel azote. 4 Desde hacía ya un siglo, el poder real había emprendido el control y la reorganización de la inmensa fortuna que representaban los bienes inmuebles de las leproserías; por medio de una ordenanza del 19 de diciembre de 1543, Francisco I había ordenado que se hiciera un censo y un inventario "para remediar el gran desorden que existía entonces en los leprosarios"; a su vez, Enrique IV prescribió en un edicto de 1606 una revisión de cuentas, y afectó "los dineros que se conseguirían en esta búsqueda al mantenimiento de gentileshombres pobres y soldados baldados". El 24 de octubre de 1612 se vuelve a ordenar el mismo control, pero esta vez se decide que se utilicen los ingresos excesivos para dar de comer a los pobres.  En realidad, la cuestión de los leprosarios no se arregló en Francia antes del fin del siglo XVII, y la importancia económica del problema suscitó más de un conflicto. ¿No existían aún, en el año de 1677, 44 leprosarios solamente en la provincia del Delfinado?6 El 20 de febrero de 1672, Luis XIV otorga a las órdenes de San Lázaro y del Monte Carmelo los bienes de todas las órdenes hospitalarias y militares; se les encarga administrar los leprosarios del reino. 7 Unos veinte años más tarde se revoca el edicto de 1672 y por una serie de medidas escalonadas, de marzo de 1693 a julio de 1695, los bienes de los leprosarios deberán afectarse en adelante a los otros hospitales y establecimientos de asistencia. Los pocos leprosos dispersos aún en las 1200 casas que todavía existen, serán reunidos en Saint-Mesmin, cerca de Orleáns. 8 Estas prescripciones se aplican primeramente en París, donde el Parlamento transfiere los ingresos en cuestión al Hôpital Général: el ejemplo es imitado por las jurisdicciones provinciales; Tolosa afecta los bienes de sus leprosarios al hospital de los incurables (1696); los de Beaulieu, en Normandía, pasan al Hôtel-Dieu de Caen; los de Voley son otorgados al hospital de Sainte-Foy. 9 Sólo, con Saint-Mesmin, el recinto de Ganets, cerca de Burdeos, quedará como testimonio. Para un millón y medio de habitantes, existían en el siglo XII, en Inglaterra y Escocia, 220 leprosarios. Pero en el siglo XIV el vacío comienza a cundir; cuando Ricardo III ordena una investigación acerca del hospital de Ripon, en 1342, ya no hay ningún leproso, y el rey concede a los pobres los bienes de la fundación. El arzobispo Puisel había fundado a finales del siglo XII un hospital, en el cual, en 1434, solamente se reservaban dos plazas para leprosos, y eso si se pudiera encontrar alguno. 10En 1348 el gran leprosario de Saint-Alban tiene solamente tres enfermos; el hospital de Rommenall, en Kent, es abandonado veinticuatro años más tarde, pues no hay leprosos. En Chatam, el lazareto de San Bartolomé, establecido en 1078, había sido uno de los más importantes de Inglaterra; durante el reinado de Isabel no tiene ya sino dos pacientes, y es suprimido finalmente en 1627. 11 El mismo fenómeno de desaparición de la lepra ocurre en Alemania, aunque quizás allí la enfermedad retroceda con mayor lentitud; igualmente observamos la conversión de los bienes de los leprosarios (conversión apresurada por la Reforma, igual que en Inglaterra) en fondos administrados por las ciudades, destinados a obras de beneficencia y establecimientos hospitalarios; así sucede en Leipzig; en Munich, en Hamburgo. En 1542, los bienes de los leprosarios de Schleswig-Holstein son transferidos a los hospitales. En Stuttgart, el informe de un magistrado, de 1589, indica que desde cincuenta años atrás no existen leprosos en la casa que les fuera destinada. En Lipplingen, el leprosario es ocupado rápidamente por incurables y por locos. 12 Extraña desaparición es ésta, que no fue lograda, indudablemente, por las oscuras prácticas de los médicos: más bien debe de ser resultado espontáneo de la segregación, así como consecuencia del fin de las Cruzadas, de la ruptura de los lazos de Europa con Oriente, que era donde se hallaban los focos de infección. La lepra se retira, abandonando lugares y ritos que no estaban destinados a suprimirla, sino a mantenerla a una distancia sagrada, a fijarla en una exaltación inversa. Lo que durará más tiempo que la lepra, y que se mantendrá en una época en la cual, desde muchos años atrás, los leprosarios están vacíos, son los valores y las imágenes que se habían unido al personaje del leproso; permanecerá el sentido de su exclusión, la importancia en el grupo social de esta figura insistente y temible, a la cual no se puede apartar sin haber trazado antes alrededor de ella un círculo sagrado.

Aunque se retire al leproso del mundo y de la comunidad de la Iglesia visible, su existencia, sin embargo, siempre manifiesta a Dios, puesto que es marca, a la vez, de la cólera y de la bondad divinas. "Amigo mío —dice el ritual de la iglesia de Vienne—, le place a Nuestro Señor que hayas sido infectado con esta enfermedad, y te hace Nuestro Señor una gran gracia, al quererte castigar por los males que has hecho en este mundo. " En el mismo momento en que el sacerdote y sus asistentes lo arrastran fuera de la Iglesia gressu retrogrado, se le asegura al leproso que aún debe atestiguar ante Dios. "Y aunque seas separado de la Iglesia y de la compañía de los Santos, sin embargo, no estás separado de la gracia de Dios. " Los leprosos de Brueghel asisten de lejos, pero para siempre, a la ascensión del Calvario, donde todo un pueblo acompaña a Cristo. Y testigos hieráticos del mal, logran su salvación en esta misma exclusión y gracias a ella: con una extraña reversibilidad que se opone a la de los méritos y plegarias, son salvados por la mano que no les es tendida. El pecador que abandona al leproso en su puerta, le abre las puertas de la salvación. "Por que tengas paciencia en tu enfermedad; pues Nuestro Señor no te desprecia por tu enfermedad, ni te aparta de su compañía; pues si tienes paciencia te salvarás, como el ladrón que murió delante de la casa del nuevo rico y que fue llevado derecho al paraíso. " 13El abandono le significa salvación; la exclusión es una forma distinta de comunión. Desaparecida la lepra, olvidado el leproso, o casi, estas estructuras permanecerán. A menudo en los mismos lugares, los juegos de exclusión se repetirán, en forma extrañamente parecida, dos o tres siglos más tarde. Los pobres, los vagabundos, los muchachos de correccional, y las "cabezas alienadas", tomarán nuevamente el papel abandonado por el ladrón, y veremos qué salvación se espera de esta exclusión, tanto para aquellos que la sufren como para quienes los excluyen. Con un sentido completamente nuevo, y en una cultura muy distinta, las formas subsistirán, esencialmente esta forma considerable de separación rigurosa, que es exclusión social, pero reintegración espiritual. Pero no nos anticipemos. El lugar de la lepra fue tomado por las enfermedades venéreas. De golpe, al terminar el siglo XV, suceden a la lepra como por derecho de herencia. Se las atiende en varios hospitales de leprosos: en el reinado de Francisco I, se intenta inicialmente aislarlas en el hospital de la parroquia San Eustaquio, luego en el de San Nicolás, que poco antes habían servido de leproserías. En dos ocasiones, bajo Carlos VIII, después en 1559, se les habían destinado, en Saint-Germaindes-Prés, diversas barracas y casuchas antes utilizadas por los leprosos. 14Pronto son tantas que debe pensarse en construir otros edificios "en ciertos lugares espaciosos de nuestra mencionada ciudad y en otros barrios, apartados de sus vecinos". 15Ha nacido una nueva lepra, que ocupa el lugar de la primera. Mas no sin dificultades ni conflictos, pues los leprosos mismos sienten miedo: les repugna recibir a esos recién llegados al mundo del horror. "Est mirabilis contagiosa et nimis formidanda infirmitas, quam etiam detestantur leprosi et ea infectos secum habitare non permittant. " 16Pero si bien tienen derechos de antigüedad para habitar esos lugares "segregados", en cambio son demasiado pocos para hacerles valer; los venéreos, por todas partes, pronto ocupan su lugar. Y sin embargo no son las enfermedades venéreas las que desempeñarán en el mundo clásico el papel que tenía la lepra en la cultura medieval. A pesar de esas primeras medidas de exclusión, pronto ocupan un lugar entre las otras enfermedades. De buen o de mal grado se recibe a los venéreos en los hospitales. El Hôtel-Dieu de París los aloja; 17en varias ocasiones se intenta expulsarlos, pero es inútil: allí permanecen y se mezclan con los otros enfermos. 18En Alemania se les construyen casas especiales, no para establecer la exclusión, sino para asegurar su tratamiento; en Augsburgo los Fúcar fundan dos hospitales de ese género. La ciudad de Nuremberg nombra un médico, quien afirmaba poder "die malafrantzos vertreiben". 19Y es que ese mal, a diferencia de la lepra, muy pronto se ha vuelto cosa médica, y corresponde exclusivamente al médico. En todas partes se inventan tratamientos; la compañía de Saint-Cóme toma de los árabes el uso del mercurio; 20en el Hôtel-Dieu de París se aplica sobre todo la triaca. Llega después la gran boga del guayaco, más precioso que el oro de América, si hemos de creer a Fracastor en su Syphilidis y a Ulrich von Hutten. Por doquier se practican curas sudoríficas. En suma, en el curso del siglo XVI el mal venéreo se instala en el orden de las enfermedades que requieren tratamiento. Sin duda, está sujeto a toda clase de juicios morales: pero este horizonte modifica muy poco la captación médica de la enfermedad. 21 Hecho curioso: bajo la influencia del mundo del internamiento tal como se ha constituido en el siglo XVII, la enfermedad venérea se ha separado, en cierta medida, de su contexto médico, y se ha integrado, al lado de la locura, en un espacio moral de exclusión. En realidad no es allí donde debe buscarse la verdadera herencia de la lepra, sino en un fenómeno bastante complejo, y que el médico tardará bastante en apropiarse. Ese fenómeno es la locura. Pero será necesario un largo momento de latencia, casi dos siglos, para que este nuevo azote que sucede a la lepra en los miedos seculares suscite, como ella, afanes de separación, de exclusión, de purificación que, sin embargo, tan evidentemente le son consustanciales. Antes de que la locura sea dominada, a mediados del siglo XVII, antes de que en su favor se hagan resucitar viejos ritos, había estado aunada, obstinadamente, a todas las grandes experiencias del Renacimiento. Es esta presencia, con algunas de sus figuras esenciales, lo que ahora debemos recordar de manera muy compendiosa. Empecemos por la más sencilla de esas figuras, también la más simbólica. Un objeto nuevo acaba de aparecer en el paisaje imaginario del Renacimiento; en breve, ocupará un lugar privilegiado: es la Nef des Fous, la nave de los locos, extraño barco ebrio que navega por los ríos tranquilos de Renania y los canales flamencos. El Narrenschiff es evidentemente una composición literaria inspirada sin duda en el viejo ciclo de los Argonautas, que ha vuelto a cobrar juventud y vida entre los grandes temas de la mitología, y al cual se acaba de dar forma institucional en los Estados de Borgoña. La moda consiste en componer estas "naves" cuya tripulación de héroes imaginarios, de modelos éticos o de tipos sociales se embarca para un gran viaje simbólico, que les proporciona, si no la fortuna, al menos la forma de su destino o de su verdad. Es así como Symphorien Champier compone sucesivamente una Nef des princes et des batailles de Noblesse en 1502, y después una Nef des Dames vertueuses en 1503; hay también una Nef de Santé, junto a la Blauwe Schute de Jacob van Oestvoren de 1413, del Narrenschiff de Brandt (1497) y de la obra de Josse Bade, Stultiferae naviculae scaphae fatuarum mulierum (1498). El cuadro de Bosco, con seguridad, pertenece a esta flota imaginaria. De todos estos navíos novelescos o satíricos, el Narrenschiff es el único que ha tenido existencia real, ya que sí existieron estos barcos, que transportaban de una ciudad a otra sus cargamentos insensatos. Los locos de entonces vivían ordinariamente una existencia errante. Las ciudades los expulsaban con gusto de su recinto; se les dejaba recorrer los campos apartados, cuando no se les podía confiar a un grupo de mercaderes o de peregrinos. Esta costumbre era muy frecuente sobre todo en Alemania; en Nuremberg, durante la primera mitad del siglo XV, se registró la presencia de 62 locos; 31 fueron expulsados; en los cincuenta años siguientes, constan otras 21 partidas obligatorias; ahora bien, todas estas cifras se refieren sólo a locos detenidos por las autoridades municipales. 22Sucedía frecuentemente que fueran confiados a barqueros: en Francfort, en 1399, se encargó a unos marineros que libraran a la ciudad de un loco que se paseaba desnudo; en los primeros años del siglo XV, un loco criminal es remitido de la misma manera a Maguncia. En ocasiones los marineros dejan en tierra, mucho antes de lo prometido, estos incómodos pasajeros; como ejemplo podemos mencionar a aquel herrero de Francfort, que partió y regresó dos veces antes de ser devuelto definitivamente a Kreuznach. 23A menudo, las ciudades de Europa debieron ver llegar estas naves de locos. No es fácil explicar el sentido exacto de esta costumbre. Se podría pensar que se trata de una medida general de expulsión mediante la cual los municipios se deshacen de los locos vagabundos; hipótesis que no basta para explicar los hechos, puesto que ciertos locos son curados como tales, luego de recibidos en los hospitales, ya antes de que se construyeran para ellos casas especiales; en el Hôtel-Dieu de París hay yacijas reservadas para ellos en los dormitorios; 24además, en la mayor parte de las ciudades de Europa, ha existido durante toda la Edad Media y el Renacimiento un lugar de detención reservado a los insensatos; así, por ejemplo, el Châtelet de Melun 25o la famosa Torre de los Locos de Caen; 26el mismo objeto tienen los innumerables Narrtürmer de Alemania, como las puertas de Lübeck o el Jungpfer de Hamburgo. 27Los locos, pues, no son siempre expulsados. Se puede suponer, entonces, que no se expulsaba sino a los extraños, y que cada ciudad aceptaba encargarse exclusivamente de aquellos que se contaban entre sus ciudadanos. ¿No se encuentran, en efecto, en la contabilidad de ciertas ciudades medievales, subvenciones destinadas a los locos, o donaciones hechas en favor de los insensatos? 28En realidad el problema no es tan simple, pues existen sitios de concentración donde los locos, más numerosos que en otras partes, no son autóctonos. En primer lugar, se mencionan los lugares de peregrinación: SaintMathurin de Larchant, Saint-Hildevert de Gournay, Besançon, Gheel; estas peregrinaciones eran organizadas y a veces subvencionadas por los hospitales o las ciudades. Es posible que las naves de locos que enardecieron tanto la imaginación del primer Renacimiento, hayan sido navíos de peregrinación, navíos altamente simbólicos, que conducían locos en busca de razón; unos descendían los ríos de Renania, en dirección de Bélgica y de Gheel; otros remontaban el Rin hacia el Jura y Besançon.

Imaginemos pues entonces la tripulación de este barco en el no pueden ir más que Sócrates, Teeteto y el extranjero  los cuales están en búsqueda del filósofo por esto se dirigen al tercer Zaratustra el cual solo puede encontrarse en una caverna https://www.youtube.com/watch?v=DC8dTLH6zBc 

 

Sócrates-¡Revélate espejo!

Extranjero- Voluntad de verdad» llamáis vosotros sapientísimos> a lo que os impulsa y os pone ardorosos? Voluntad de volver pensable todo lo que existe: ¡así llamo yo a vuestra voluntad! Ante todo queréis hacer pensable todo lo que existe: pues dudáis, con justificada desconfianza, de que sea pensable. ¡Pero debe amoldarse y plegarse a vosotros! Así lo quiere vuestra voluntad. Debe volverse liso y someterse al espíritu, como su espejo y su imagen reflejada. Ésa es toda vuestra voluntad, sapientísimos, una voluntad de poder; y ello aunque habléis del bien y del mal y de las valoraciones. Queréis crear el mundo ante el que podáis arrodillaros: ésa es vuestra última esperanza y vuestra última ebriedad. Los no sabios, ciertamente, el pueblo, - son como el río sobre el que avanza flotando una barca199: y en la barca se asientan solemnes y embozadas las valoraciones. Vuestra voluntad yvuestros valores los habéis colocado sobre el río del devenir; lo que es creído por el pueblo como bueno y como malvado me revela a mí una vieja voluntad de poder. Habéis sido vosotros, sapientísimos, quienes habéis colocado en esa barca a tales pasajeros y quienes les habéis dado pompa y orgullosos nombres, - ¡vosotros y vuestra voluntad dominadora! Ahora el río lleva vuestra barca: tiene que llevarla. ¡Poco importa que la ola rota eche espuma y que colérica se oponga a la quilla! No es el río vuestro peligro y el final de vuestro bien y vuestro mal, sapientísimos: sino aquella voluntad misma, la voluntad de poder, - la inexhausta y fecunda voluntad de vida. Mas para que vosotros entendáis mi palabra acerca del bien y del mal200: voy a deciros todavía mi palabra acerca de la vida y acerca de la índole de todo lo viviente. Yo he seguido las huellas de lo vivo, he recorrido los caminos más grandes y los más pequeños, para conocer su índole. Con centuplicado espejo he captado su mirada cuando tenía cerrada la boca: para que fuesen sus ojos los que me hablasen. Y sus ojos me han hablado. Pero en todo lugar en que encontré seres vivientes oí hablar también de obediencia. Todo ser viviente es un ser obediente.  Y esto es lo segundo: Se le dan órdenes al que no sabe obedecerse a sí mismo. Así es la índole de los vivientes. Pero esto es lo tercero que oí: que mandar es más difícil que obedecer. Y no sólo porque el que manda lleva el peso de todos los que obedecen, y ese peso fácilmente lo aplasta: - Un ensayo y un riesgo advertí en todo mandar; y siempre que el ser vivo manda se arriesga a sí mismo al hacerlo. Aún más, también cuando se manda a sí mismo tiene que expiar su mandar. Tiene que ser juez y vengador y víctima de su propia ley. ¡Cómo ocurre esto!, me preguntaba. ¿Qué es lo que persuade a lo viviente a obedecer y a mandar y a ejercer obediencia incluso cuando manda? ¡Escuchad, pues, mi palabra, sapientísimos! ¡Examinad seriamente si yo me he deslizado hasta el corazón de la vida y hasta las raíces de su corazón! En todos los lugares donde encontré seres vivos encontré voluntad de poder; e incluso en la voluntad del que sirve encontré voluntad de ser señor. A servir al más fuerte, a eso persuádele al más débil su voluntad, la cual quiere ser dueña de lo que es más débil todavía: a ese solo placer no le gusta renunciar. Y así como lo más pequeño se entrega a lo más grande, para disfrutar de placer y poder sobre lo mínimo: así también lo máximo se entrega y por amor al poder - expone la vida. Ésta es la entrega de lo máximo, el ser riesgo y peligro y un juego de dados con la muerte. Y donde hay inmolación y servicios y miradas de amor: allí hay también voluntad de ser señor. Por caminos tortuosos se desliza lo más débil hasta el castillo y hasta el corazón del más poderoso - y le roba poder. Y este misterio me ha confiado la vida misma. «Mira, dijo, yo soy lo que tiene que superarse siempre a sí mismo. En verdad, vosotros llamáis a esto voluntad de engendrar o instinto de finalidad, de algo más alto, más lejano, más vario: pero todo eso es una única cosa y un único misterio. Prefiero hundirme en mi ocaso antes que renunciar a esa única cosa; y, en verdad, donde hay ocaso y caer de hojas, mira, allí la vida se inmola a sí misma - ¡por el poder! Pues yo tengo que ser lucha y devenir y finalidad y contradicción de las finalidades: ¡ay, quien adivina mi voluntad, ése adivina sin duda también por qué caminos torcidos tiene él que caminar! Sea cual sea lo que yo crea, y el modo como lo ame, - pronto tengo que ser adversario de ello y de mi amor: así lo quiere mi voluntad. Y también tú, hombre del conocimiento, eras tan sólo un sendero y una huella de mi voluntad: ¡en verdad, mi voluntad de poder camina también con los pies de tu voluntad de verdad! No ha dado ciertamente en el blanco de la verdad quien disparó hacia ella la frase de la `voluntad de existir201: ¡esa voluntad - no existe! Pues: lo que no es, eso no puede querer; mas lo que está en la existencia, ¡cómo podría seguir queriendo la existencia! Sólo donde hay vida hay también voluntad: pero no voluntad de vida, sino - así te lo enseño yo - ¡voluntad de poder! Muchas cosas tiene el viviente en más alto aprecio que la vida misma; pero en el apreciar mismo habla - ¡la voluntad de poder!» - Esto fue lo que en otro tiempo me enseñó la vida: y con ello os resuelvo yo, sapientísimos, incluso el enigma de vuestro corazón. En verdad, yo os digo: ¡Un bien y un mal que sean imperecederos - no existen! Por sí mismos deben una y otra vez superarse a sí mismos Con vuestros valores y vuestras palabras del bien y del mal ejercéis violencia, valoradores: y ése es vuestro oculto amor, y el brillo, el temblor y el desbordamiento de vuestra propia alma. Pero una violencia más fuerte surge de vuestros valores, y una nueva superación: al chocar con ella se rompen el huevo y la cáscara. Y quien tiene que ser un creador en el bien y en el mal: en verdad, ése tiene que ser antes un aniquilador y quebrantar valores. Por eso el mal sumo forma parte de la bondad suma: mas ésta es la bondad creadora. - Hablemos de esto, sapientísimos, aunque sea desagradable. Callar es peor; todas las verdades silenciadas se vuelven venenosas. ¡Y que caiga hecho pedazos todo lo que en nuestras verdades - pueda caer hecho pedazos! ¡Hay muchas casas que construir todavía! Así habló Zaratustra  

Teeteto-¿De que se trata esto Sócrates?

Sócrates-De mi gran enemigo Zaratustra él siempre nos estuvo acompañando hoy se hizo pasar como un extranjero de Elea pero no hay nada que desprecie más este hombre que la escuela de Parménides, por eso supe que eras tú voluntad de poder encarnada, modelo de todos los modelos, cuantas veces quise reconciliarnos.

Zaratustra-Ahora te dan cuenta que eso es imposible, para mí no eres más que un espejo roto, un modelo que tiene que ser aniquilado

Sócrates-Ya al que siempre volverás, si me di cuenta que nuestra reconciliación es imposible, pero te diste cuenta que nuestra irreconciliación también lo es

Zaratustra-Oh que triste verdad sacas de tu abultado vientre, el reflejo no puede reconciliarse con su reflejo, el niño en el espejo te mostro a ti mi demonio, no eres más que mi sombra pero comprendo también que mirado desde tu lado no soy más que tu sombra, ¡Dime pues poderoso satán    y yo te diré  Cristo!       

Sócrates-No yo te diré  Cristo dime tu satán gran amigo mío (y ene se instante ambos se abrazarón)

Teeteto-Sigo sin comprender

Zaratustra- No queremos que con nosotros sean indulgentes nuestros mejores enemigos, ni tampoco aquellos a quienes amamos a fondo. ¡Por ello dejadme que os diga la verdad! ¡Hermanos míos en la guerra! Yo os amo a fondo, yo soy y he sido vuestro igual. Y yo soy también vuestro mejor enemigo. ¡Por ello dejadme que os diga la verdad! Yo sé del odio y de la envidia de vuestro corazón. No sois bastante grandes para no conocer odio y envidia. ¡Sed, pues, bastante grandes para no avergonzaros de ellos! Y si no podéis ser santos del conocimiento, sed al menos guerreros de él. Éstos son los acompañantes y los precursores de tal santidad. Veo muchos soldados: ¡muchos guerreros es lo que quisiera yo ver! «Uni-forme» se llama lo que llevan puesto: ¡ojalá no sea un¡-formidad lo que con ello encubren! Debéis ser de aquellos cuyos ojos buscan siempre un enemigo - vuestro enemigo. Y en algunos de vosotros hay un odio a primera vista. ¡Debéis buscar vuestro enemigo, debéis hacer vuestra guerra, y hacerla por vuestros pensamientos! ¡Y si vuestro pensamiento sucumbe, vuestra honestidad debe cantar victoria a causa de ello! Debéis amar la paz como medio para nuevas guerras. Y la paz corta más que la larga77. A vosotros no os aconsejo el trabajo, sino la lucha. A vosotros no os aconsejo la paz, sino la victoria. ¡Sea vuestro trabajo una lucha, sea vuestra paz una victoria! Sólo se puede estar callado y tranquilo cuando se tiene una flecha y un arco: de lo contrario, se charla y se disputa. ¡Sea vuestra paz una victoria! ¿Vosotros decís que la buena causa es la que santifica incluso la guerra? Yo os digo: la buena guerra es la que santifica toda causa. La guerra y el valor han hecho más cosas grandes que el amor al prójimo. No vuestra compasión, sino vuestra valentía es la que ha salvado hasta ahora a quienes se hallaban en peligro. «¿Qué es bueno?», preguntáis. Ser valiente es bueno78. Dejad que las niñas pequeñas digan: «ser bueno es ser bonito y a la vez conmovedor». Se dice que no tenéis corazón: pero vuestro corazón es auténtico, y yo amo el pudor de vuestra cordialidad. Vosotros os avergonzáis de vuestra pleamar, y otros se avergüenzan de su bajamar. ¿Sois feos? ¡Bien, hermanos míos! ¡Envolveos en lo sublime, que es el manto de lo feo! Y si vuestra alma se hace grande, también se vuelve altanera, y en vuestra sublimidad hay maldad. Yo os conozco. En la maldad el altanero se encuentra con el debilucho. Pero se malentienden recíprocamente. Yo os conozco. Sólo os es lícito tener enemigos que haya que odiar, pero no enemigos para despreciar. Es necesario que estéis orgullosos de vuestro enemigo: entonces los éxitos de él son también vuestros éxitos79. Rebelión - ésa es la nobleza en el esclavo. ¡Sea vuestra nobleza obediencia! ¡Vuestro propio mandar sea un obedecer! «Tú debes» le suena a un buen guerrero más agradable que «yo quiero»80, y a todo lo que os es amado debéis dejarle que primero os mande. ¡Sea vuestro amor a la vida amor a vuestra esperanza más alta: y sea vuestra esperanza más alta el pensamiento más alto de la vida! Pero debéis permitir que yo os ordene vuestro pensamiento más alto - y dice así: el hombre es algo que debe ser superado. ¡Vivid, pues, vuestra vida de obediencia y de guerra! ¡Qué importa vivir mucho tiempo! ¡Qué guerrero quiere ser tratado con indulgencia! ¡Yo no os trato con indulgencia, yo os amo a fondo, hermanos míos en la guerra! - 

 

Teeteto-¿Y entonces ustedes no se han reconciliado están en guerra?

 

Sócrates –Claro que nos hemos reconciliado pero con nuestra irreconciliación nos reconocemos como motores de la razón y la voluntad y como tal nuestros trenes chocaran siempre produciendo mucha energía pero hay de aquel que no comprenda esta dinámica quedara atrapado en la iglesia, y luego en el estado para terminar sangrado en el mercado.

 

Zaratustra- En algún lugar existen todavía pueblos y rebaños, pero no entre nosotros, hermanos míos: aquí hay Estados. ¿Estado? ¿Qué es eso? ¡Bien! Abridme ahora los oídos, pues voy a deciros mi palabra sobre la muerte de los pueblos. Estado se llama el más frío de todos los monstruos fríos81. Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: «Yo, el Estado, soy el pueblo.» ¡Es mentira! Creadores fueron quienes crearon los pueblos y suspendieron encima de ellos una fe y un amor: así sirvieron a la vida. Aniquiladores son quienes ponen trampas para muchos y las llaman Estado: éstos suspenden encima de ellos una espada y cien concupiscencias. Donde todavía hay pueblo, éste no comprende al Estado y lo odia, considerándolo mal de ojo y pecado contra las costumbres y los derechos. Esta señal os doy82: cada pueblo habla su lengua propia del bien y del mal: el vecino no la entiende. Cada pueblo se ha inventado su lenguaje propio en costumbres y derechos. Pero el Estado miente en todas las lenguas del bien y del mal; y diga lo que diga, miente - y posea lo que posea, lo ha robado. Falso es todo en él; con dientes robados muerde, ese mordedor. Falsas son incluso sus entrañas. Confusión de lenguas del bien y del mal: esta señal os doy como señal del Estado. ¡En verdad, voluntad de muerte es lo que esa señal indica! ¡En verdad, hace señas a los predicadores de la muerte! Nacen demasiados: ¡para los superfluos fue inventado el Estado! ¡Mirad cómo atrae a los demasiados! ¡Cómo los devora y los masca y los rumia! «En la tierra no hay ninguna cosa más grande que yo: yo soy el dedo ordenador de Dios» - así ruge el monstruo. ¡Y no sólo quienes tienen orejas largas yvista corta se postran de rodillas! ¡Ay, también en vosotros, los de alma grande, susurra él sus sombrías mentiras! ¡Ay, él adivina cuáles son los corazones ricos, que con gusto se prodigan! ¡Sí, también os adivina a vosotros, los vencedores del viejo Dios! ¡Os habéis fatigado en la lucha, y ahora vuestra fatiga continúa prestando culto al nuevo ídolo! ¡Héroes y hombres de honor quisiera colocar en torno a sí el nuevo ídolo! ¡Ese frío monstruo - gusta de calentarse al sol de buenas conciencias! Todo quiere dároslo a vosotros el nuevo ídolo, si vosotros lo adoráis83: se compra así el brillo de vuestra virtud y la mirada de vuestros ojos orgullosos. ¡Quiere que vosotros le sirváis de cebo para pescar a los demasiados! ¡Sí, un artificio infernal ha sido inventado aquí, un caballo de la muerte, que tintinea con el atavío de honores divinos! Sí, aquí ha sido inventada una muerte para muchos, la cual se precia a sí misma de ser vida: ¡en verdad, un servicio íntimo para todos los predicadores de la muerte! Estado llamo yo al lugar donde todos, buenos y malos, son bebedores de venenos: Estado, al lugar en que todos, buenos y malos, se pierden a sí mismos: Estado, al lugar donde el lento suicidio de todos - se llama «la vida». ¡Ved, pues, a esos superfluos! Roban para sí las obras de los inventores y los tesoros de los sabios: cultura llaman a su latrocinio - ¡y todo se convierte para ellos en enfermedad y molestia! ¡Ved, pues, a esos superfluos! Enfermos están siempre, vomitan su bilis y lo llaman periódico84. Se devoran unos a otros y ni siquiera pueden digerirse.  ¡Ved, pues, a esos superfluos! Adquieren riquezas y con ello se vuelven más pobres. Quieren poder y, en primer lugar, la palanqueta del poder, mucho dinero, - ¡esos insolventes! ¡Vedlos trepar, esos ágiles monos! Trepan unos por encima de otros, y así se arrastran al fango y a la profundidad. Todos quieren llegar al trono: su demencia consiste en creer - ¡que la felicidad se sienta en el trono! Con frecuencia es el fango el que se sienta en el trono - y también a menudo el trono se sienta en el fango. Dementes son para mí todos ellos, y monos trepadores y fanáticos. Su ídolo, el frío monstruo, me huele mal: mal me huelen todos ellos juntos, esos idólatras. Hermanos míos, ¿es que queréis asfixiaros con el aliento de sus hocicos y de sus concupiscencias? ¡Es mejor que rompáis las ventanas y saltéis al aire libre! ¡Apartaos del mal olor! ¡Alejaos de la idolatría de los superfluos! ¡Apartaos del mal olor! ¡Alejaos del humo de esos sacrificios humanos! Aún está la tierra a disposición de las almas grandes. Vacíos se encuentran aún muchos lugares para eremitas solitarios o en pareja, en torno a los cuales sopla el perfume de mares silenciosos. Aún hay una vida libre a disposición de las almas grandes. En verdad, quien poco posee, tanto menos es poseído: ¡alabada sea la pequeña pobreza!85. Allí donde el Estado acaba comienza el hombre que no es superfluo: allí comienza la canción del necesario, la melodía única e insustituible. Allí donde el Estado acaba, - ¡miradme allí, hermanos míos! ¿No veis el arco iris y los puentes del superhombre? – 

Teeteto-Voy comprendiendo Sócrates lo que predican ustedes es una comunidad reconciliada en su irreconciliación  es decir reconciliada en su dialéctica, por lo que me explicaste cuando hablamos de la transferencia de energía  hay tres dialéctica la positiva que es una negación y una negación de la negación 1→(negación)0 →(Negación de la negación)1 Donde la razón vuelve al origen para dar un paso hacia adelante fluyendo sin ningún conflicto y la dialéctica negativa  0(Tesis)→←1(antítesis)→(Síntesis)0    Donde si hay conflicto porque se afirma una tesis a la que se le opone una antítesis, la cual será supera para llegar a una síntesis, esta es la dialéctica de la voluntad como cuando se trabaja y hay que ejercer fuerza para que la materia se transforme  pero tu propones una tercera dialéctica una dialéctica complementaria o también llamada transferencial:

 

(101 010)  Transferencia Espíritu absoluto símbolo ser tener

   (101 010) Retransferencia espíritu revelado artificio querer deber

  (101←→ 010) Sintransferencia espíritu subjetivo concepto Verdad poder

Con esto se da cuenta de la dialéctica positiva 

 (101 →←010) Tesis complementaria contratransferencia espíritu objetivo conflicto integral  amor

 (101 010) Antitesis complementaria decontratransferencia anti espíritu libido trans conflicto 

( 1→←1→←1 →←0 0 0) Síntesis complementaria destrucción entre la voluntad de poder y la voluntad de ser espíritu desintegrado

Aquí se da cuenta de la dialéctica negativa

Y si tu Sócrates encarnas una voluntad de ser que va de la voluntad a la razón, Zaratustra encarna una voluntad de poder que va de la razón a la voluntad y su único destino es destruirse

Sócrates-Así es pero para integrarnos, tanto me costó  conocer este principio, como es que Zaratustra amaba a su enemigo y se superaba a si mismo amándolo. Como sé que al él le costó  el flujo de la razón, sin ningún conflicto sin ninguna violencia pero yo yahe aceptado mi voluntad y sé que él ha aceptado su razón.

 

Teeteto-Pero Sócrates acaso tu no enseñas que el logos viene de Dios y se hace espíritu y acaso Zaratustra no enseña que la voluntad viene de la energía se media en el libido y se hace voluntad de poder en un eterno retorno ¿Cómo reconciliar esto? ¿Acaso Zaratustra acepto a Dios?

 

Zaratustra- Cuando  tenía treinta y tres  años  la mariposa que deje en mi caverna rompió  su crisálida. Allí, en la crisálida, en la caverna, en la tierra  gozó de su espíritu y de su soledad caminando por las 4 vías del conocimiento.  La primer vía del ser donde tropezó como oruga racional rasgándose con los fenómenos y su ciencia  objetiva, lo cual causo su primera trasformación al camino  del no ser en un pupa en la que transcendió al séptimo vacío y en la que se dio cuenta del teatro loco de la vida y aunque no estando estuvo, tropezó también ya que confundió el trasparentar la luz con el ser la luz y entonces nació como polilla compuesta por cuatro dragones con los que destruyo todo en la voluntad de poder  Pero al fin su corazón se transformó, - y una mañana, levantándose con la aurora, se colocó delante de Dios y le habló así: «¡Tú gran Uno! ¡Has resucitado!. El ser y el no ser y su eterno retorno como un huevo ha sido roto por ti, déjame morir en tu muerte para realmente conocerte y renacer en ti para saber por fin quien soy. Y durmió en Cristo y despertó en él con una misión encontrar a Zaratustra y lograr en él la última trasformación. Delicada y aun más necesitada de Dios que nunca metió su lengua a la primera flor. “Kausay tierra que me has visto crecer si sabes mirar el corazón veras que soy una mariposa  con mi toro de paz que me llevara por tus sendas, con mi león de justicia que devorara al que dice que es y no es, con mi águila de libertad que soltara todas tus cadenas, con mi Serafín que viene a iluminar tus abismos, con él Fénix que vencerá todo infierno, con mi tortuga eterna que sin moverse esta en todo movimiento y mi unicornio que solo acepta lo singular, lo único que solo es en él Padre. Más si no sabes ver en el corazón oh terrible madre tierra para ti y tus hijos soy una polilla compuesta por cuatros dragones los que abrirán el Espíritu, la Voluntad de poder, él Vacío y el Amor destruyendo todo lo que no es, así que abre tu cuerpo,   tengo que bajar a la profundidad tengo que tocar tu raíz en el abismo para encontrar a mi niño bendito que  hace locuras en el sueño del súper hombre, maldíceme madre mía como haces con todos los que vienen en el nombre de Dios a redimirte, cuando llegue el momento de la noche la bendición del Señor te tocara con mi larga lengua y juntos tú, mi niño Zaratustra y todo lo que vive alabara en una nueva aurora a su creador”  - Así comenzó mi paso del ser al no ser para ser de la mariposa de Zaratustra.           

(Zaratustra relato el lago camino de la mariposa de Zaratustra y teeteto comprendio la tercera parte de la dialéctica transferencial ) https://adagioalamor.blogspot.com/2017/10/asi-volo-la-mariposa-de-zaratustra.html 

 

(1001←→ 0101)Sintraferencia integral

 (00 0 0←→ 1→←1→←01) Sintraferencia infernal

( 101←→ 010→) sintransferencia Santa

Sócrates-Pero así como Zaratustra hizo su camino hacia la integración yo hice mi camino hacia la desintegración  y la encontré tan hermosa como la desintegración y me enamore de la voluntad de poder al punto que renuncie a mi sueño de una república ideal.

 

Teeteto-¿Como así?

Sócrates-la comunidad es la base si esta logra reconciliar su voluntad de ser la cual va al cielo al Dios trascendente al padre como motor inmóvil perfecto equilibrio con la voluntad de poder que va a la tierra al desequilibrio a la confrontación, al conflicto, no necesitara de un estado, así que la comunión que es una descomunión permanente para ser una comunión se debe de lograr en la iglesia pero comprendiendo que la iglesia somos todos , tanto los que adoran la tierra como los que adoran Dios.

 

Teeteto-Eso es imposible Sócrates

 

Sócrates-No eso es lo que realmente hay solo hay que aceptarlo jamás nos reconcliaremos con los hijos de la tierra y ellos jamás se reconciliaran con nosotros, por eso es que somos hermanos y los amamos, la razón partira siempre el deseo y lo obligara a decidir el deseo encerrara a la razón en su eterno retorno de ser y no ser, de querer y no querer, hasta que la razón imponga el deber, juntos ese deber se hace verdad y voluntad de poder, junto construyen nuevos espejos.

 

Teeteto-Pero Sócrates ya hay estado, ya hay mercado no nos podremos librar de ellos.

Sócrates-¿Qué te enseño?

 Teeteto- No ser

Sócrates-La kundalini eso te enseño https://www.youtube.com/watch?v=HiPd296gBMY

 

___________       Ser                              ↑Voluntad de ser↓

___________        Logos                                                    

_____________     Espíritu                                               

_______________     Amor                                               

____________________  Voluntad                                   

_________________     Líbido                                          

_____________________ Energía                                       ↓Voluntad de poder

  

La serpiente sube y baja, sube en una voluntad de ser alcanzando la levedad del ser y baja e una voluntad de poder a la gravedad del devenir, en cada subida y bajada produce vibraciones y estas vibraciones crean la realidad   si puedes ser consciente de tu voluntad de poder y de tu voluntad de ser podrás transferir tu ki, tu chi de tal manera que organizaras a la comunidad

 

Teeteto-¿Como?

Sócrates-El chi se transfiere  con un yang__________ y se retransfiere con un yin ___   ___  

Es decir consigue su retransferencia, la demanda como un vacío demanda ser llenando es así  como el político se hace de la voluntad de su pueblo en un yin para luego imponerla en un yang.

 

https://www.youtube.com/watch?v=IVsK2liMVm4&t=35s

 

Miremos cada modelo político primero el simbólico logrado en el pentecostés en la comunidad Cristiana biotejidos en el Espíritu Santo cada uno se trannsfiere su ser al otro que no es otra cosa que compartir el amor de Dios, por lo mismo no hay propiedad privada, ni estado, ni mercado y mucho menos iglesia porque la iglesia somos todos los que nos hemos prendido como antorchas en el Espíritu Santo.

Mientras que el imperio en el mundo va decayendo pero ¿Acaso no había imperio en la  iglesia? La iglesia primitiva terminara invertida en la iglesia imperial el símbolo dejara de ser una luz para convertirse en una oscuridad pero en interno debe haber una lucha entre la luz y la oscuridad, más la oscuridad tomara de la luz para renovar el imperio y la luz tomara de la oscuridad para poder expandirse.   

He aquí el poder simbólico

Teeteto-¿Pero en que se basa?

En la transferencia divina, el símbolo es una simbiosis entre el hombre y Dios y entonces el hombre adquiere la legitimidad del poder, porque ha logrado la transferencia divina.

El Maat (orden cósmico) es un concepto político-religioso que surgió durante la formación del Imperio Antiguo, momento en el que el monarca egipcio adquirió un papel protagónico. En un país unificado, su figura supera a la de todas las autoridades locales. En este contexto, el Maat es un mito que unifica a todos los súbditos del soberano egipcio bajo una sola autoridad. Maat es así la deificación de la voluntad y el orden real. Declarar y hacer el Maat es obedecer y participar en la monarquía.41​ En la vida social, participar en el Maat es participar activa y recíprocamente en una necesaria solidaridad humana; los comportamientos contrarios al Maat son la pereza,42​ la sordera mental43​ y la codicia.

Veamos el mito de Osiris:   

La versión más reciente del mito es la ofrecida por Plutarco. Este filósofo griego muestra a Osiris e Isis como soberanos benefactores. Osiris enseñó a los humanos los fundamentos de la agricultura y la pesca, mientras que Isis les enseñó a tejer y la medicina. En ese tiempo, Seth gobernaba en tierras desérticas y hostiles, así como en tierras extranjeras. Celoso de su hermano, Seth planeó el asesinato de Osiris para hacerse con el trono de Egipto que él codiciaba. Durante un banquete en honor de Osiris, Seth ofreció a los asistentes un magnífico cofre, prometiendo dárselo al que fuera capaz de introducirse en él. Ninguno de los que lo intentaron lo conseguía y, cuando Osiris sin sospechar que era una trampa logró introducirse, Seth cerró y selló el cofre, mientras sus cómplices ahuyentaban a los invitados y mantenían alejada a Isis. Entonces Seth arrojó el cofre al Nilo, que llegó hasta el mar Mediterráneo. Osiris se ahogó y Seth aprovechó el asesinato para establecer su dominio sobre Egipto. Isis, la afligida viuda, buscó el cuerpo de su marido por todo Egipto y lo encontró en BiblosLíbano; trajo los restos del rey asesinado a Egipto y se refugió en las marismas del delta del Nilo. Durante una cacería nocturna en los pantanos, Seth encontró el cuerpo de su odiado hermano. Se enfureció y cortó el cadáver en catorce pedazos y los esparció por todo Egipto. Con la ayuda de algunos seguidores como TotNeftis y Anubis, Isis encontró las partes del dios, excepto su pene, que tuvo que reconstruir con magia pues había sido devorado por un lepidoto, un fagro y un oxirrinco.52​ Tras reconstituir el cuerpo, lo embalsamó con la ayuda de Anubis envolviéndolo en tiras de lino. Con la ayuda de su hermana Neftis, Isis agita sus alas sobre el cuerpo inerte dando fuertes gritos para infundir vida a Osiris con sus poderes mágicos. Resucitado, Osiris no regresó a la tierra, sino que ahora reina sobre el mundo de los muertos. Así, el renacimiento de Osiris anuncia todas las formas posibles de renovación, ya sea en la vegetación o en los seres humanos. Transformada en milano, Isis pudo ser fertilizada; de esta unión nació Horus Niño (Harpócrates), a quien su madre escondió en los matorrales de papiros del delta para protegerlo de su tío Seth.5354

 

 

Según Las contiendas de Horus y Seth, Seth intenta demostrar su dominio seduciendo a Horus y manteniendo relaciones sexuales con él. Sin embargo, Horus se mete la mano entre los muslos y atrapa el semen de Seth, arrojándolo después al río para que no se diga que ha sido inseminado por Seth. Horus (o la misma Isis en algunas versiones) esparce entonces deliberadamente su semen sobre una lechuga, que era la comida favorita de Seth. Una vez que Seth comió la lechuga, acudieron a los dioses para intentar zanjar la discusión sobre el gobierno de Egipto. Los dioses escucharon primero la afirmación de Seth de dominar sobre Horus, e invocaron a su semen, pero éste respondió desde el río, invalidando su pretensión. Luego, los dioses escucharon la afirmación de Horus de haber dominado a Seth, y llamaron a su semen, y éste respondió desde el interior de Seth.2425

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/3c/Tomb_TT3_of_Pashedu_%28Kairoinfo4u%29.jpg/220px-Tomb_TT3_of_Pashedu_%28Kairoinfo4u%29.jpgUn Ojo de Horus personificado ofrece incienso al dios entronizado Osiris en una pintura de la tumba de Pashedu, siglo xiii a. C.26

Sin embargo, Seth seguía negándose a ceder, y los demás dioses se estaban cansando de más de ochenta años de luchas y desafíos. Horus y Seth se retaron a una carrera de barcas, cada uno en una barca de piedra. Horus y Seth aceptaron, y la carrera comenzó, pero Horus tenía ventaja: su barca estaba hecha de madera pintada para que pareciera piedra, en lugar de piedra de verdad. La barca de Set, al ser de piedra pesada, se hundió, pero la de Horus no. Horus ganó entonces la carrera, y Seth se retiró y dio oficialmente a Horus el trono de Egipto. Al convertirse en rey tras la derrota de Seth, Horus ofrece ofrendas a su difunto padre Osiris, reviviéndolo y manteniéndolo en la otra vida. Tras el Reino Nuevo, Seth seguía siendo considerado el señor del desierto y sus oasis.27

Más es Horus el que alcanza la legitimidad divina siendo el mediador entre este mundo y Osiris estableciendo así el Maat es decir que Horus es el logos en el mito, la razón que media para establecer la estructura del cosmos y como tal el verdadero gobernador sin él no hay símbolo, no hay simbiosis entre el cielo y la tierra   más el culmine del logos se da en el cristianismo.

Hay que estar atentos a ese lado oscuro del logos representado por el diablo y por Seth porque son los dos lados de la razón la cual establecerá el espíritu la voluntad así el reino de los cielos legitima el reino imperial  y todas sus atrocidades. 

Zaratustra- ¡Oídme el sueño que he soñado, amigos, acabo de  adivinar su sentido! Un enigma continúa fue para mí este sueño; su sentido está oculto dentro de él, aprisionado allí, pero hoy vuela por encima de él con alas libres. Yo había renunciado a toda vida, así soñaba. En un vigilante nocturno y en un guardián de tumbas me había convertido yo allá arriba en el solitario castillo montañoso de la muerte. Allá arriba guardaba yo sus ataúdes: llenas estaban las lóbregas bóvedas de tales trofeos de victoria. Desde ataúdes de cristal me miraba la vida vencida. Yo respiraba el olor de eternidades reducidas a polvo: sofocada y llena de polvo yacía mi alma por el suelo. ¡Y quién habría podido airear allí su alma! Una claridad de medianoche me rodeaba constantemente, la soledad se había acurrucado junto a ella; y, como tercera cosa, un mortal silencio lleno de resuellos, el peor de mis amigos. Yo llevaba llaves, las más herrumbrosas de las llaves; y entendía de abrir con ellas la más chirriante de todas las puertas. Semejante a irritado graznido de cornejas corría el sonido por los largos corredores cuando las hojas de la puerta se abrían: hostilmente chillaba aquel pájaro, no le gustaba ser despertado. Pero más espantoso era todavía y más oprimía el corazón cuando de nuevo se hacía el silencio y alrededor enmudecía todo y yo estaba sentado solo en medio de aquel pérfido callar. Así se me iba y se me escapaba el tiempo, si es que tiempo había todavía: ¡qué sé yo de ello! Pero finalmente ocurrió algo que me despertó. Por tres veces resonaron en la puerta golpes como truenos, y por tres veces las bóvedas repitieron el eco aullando: yo marché entonces hacia la puerta. ¡Alpa!, exclamé, ¿quién trae su ceniza a la montaña? ¡Alpa! ¡Alpa! ¿Quién trae su ceniza a la montaña? Y metí la llave y empujé la puerta y forcejeé. Pero no se abrió ni lo ancho de un dedo: Entonces un viento rugiente abrió con violencia sus hojas: y entre agudos silbidos y chirridos arrojó hacia mí un negro ataúd: Y en medio del rugir, silbar y chirriar, el ataúd se hizo pedazos y escupió miles de carcajadas diferentes. Y desde mil grotescas figuras de niños, ángeles, lechuzas, necios y mariposas grandes como niños algo se rió y se burló de mí y rugió contra mí. Un espanto horroroso se apoderó de mí: me arrojó al suelo. Y yo grité de horror como jamás había gritado. Pero mi propio grito me despertó: - y volví en mí.

Un discípulo interpreto mi sueño y me dijo:

«¡Tu vida misma nos da la interpretación de ese sueño, Zaratustra! ¿No eres tú mismo el viento de chirriantes silbidos que arranca las puertas de los castillos de la muerte? ¿No eres tú mismo el ataúd lleno de maldades multicolores y de grotescas figuras angelicales de la vida? En verdad, semejante a mil infantiles carcajadas diferentes penetra Zaratustra en todas las cámaras mortuorias, riéndose de esos guardianes nocturnos y vigilantes de tumbas, y de todos los que hacen ruido con sombrías llaves. Tú los espantarás y derribarás con tus carcajadas; su desmayarse y su volver en sí demostrarán tu poder sobre ellos. Y aunque vengan el largo crepúsculo y la fatiga mortal, en nuestro cielo tú no te hundirás en el ocaso, ¡tú, abogado de la vida! Nuevas estrellas nos has hecho ver, y nuevas magnificencias nocturnas; en verdad, la risa misma la has extendido como una tienda multicolor sobre nosotros. Desde ahora brotarán siempre risas infantiles de los ataúdes; desde ahora un viento fuerte vencerá siempre a toda fatiga mortal: ¡de esto eres tú mismo para nosotros garante y adivino! En verdad, con ellos mismos has soñado, con tus enemigos: ¡éste fue tu sueño más dificil! ¡Mas así como te despertaste de entre ellos y volviste en ti, así también ellos deben despertar de sí mismos - ¡y volver a ti!»

Tú ahora Sócrates has despertado de ti mismo y has vuelto a mí, tu que idealizabas una república con justicia basa en la idea de bien comprendes ahora que Jesús triunfa para que el diablo reine.

Sócrates-Extiendes el ataúd ante mi!!! Lo tomare Zaratustra, pero siempre recuerda el mundo ideal es lo real, ene l debes de triunfar se esa voluntad de ser que triunfa en lo real para ser esa voluntad de poder en la realidad.    

 

 


Teeteto-El que no comprende soy yo, si esta es la estructura del poder que no es otra que la estructura de la voluntad en su redimirse de la voluntad de ser y su empoderarse de la voluntad de poder por la misma redención de la voluntad de ser, toda moral no es más que una justificación del poder.

Sócrates-Pero como tal real , es decir el misterio pascual debe de realizarse Osiris debe de resucitar , Cristo debe de vencer el mundo , así la razón podrá manejar el mundo.

Teeteto-Pero el mundo no dejara de ser mundo, el Maat será impuesto siempre , la voluntad poder será atroz.

Sócrates-Si esa es la existencia y la misma existencia te hará buscarme a mí el ideal platónico y justos superaremos la voluntad de poder instituida

Teeteto-Pero para instituir otra voluntad de poder, este es un eterno retorno de lo mismo      

Zaratustra-No, he encontrado el día nuevo, porque ene l logos todas las cosas son hechas nuevas, Sócrates ha puesto dentro de mí su semen, así que moriré cual el renazca

Teeteto-Pero el morirá entrando a tu caverna

Sócrates- Es largo y complejo el proceso de todo poder, de toda voluntad pero no caigas en el desánimo yo he triunfado sobre el mundo      

Teeteto-Pero el mundo no dejara de devenir

Sócrates-Habrá  que volver a triunfar

Teeteto-¿Pero cómo llamare ahora a Zaratustra vil si conozco el juego del poder? ¿Cómo despreciare a Claudio matando a su hermano haciéndose del trono de Hamlet? Si sé  que toda voluntad de poder es necesaria y está  hará  lo que tenga que hacer  

Sócrates-Viviendo le proceso particularmente, claro si ves todo el conjunto ¿Cómo juzgar? ¿Cómo tomar partido? Pero tú no estás en una meta estructura, después de haber subido a la montaña tienes que bajar y tomar un lado del rio.

Teeteto-Pero no será igual, antes pensaba que la razón estaba de mi lado, ahora sé que ella juega para ambos bandos  

Sócrates-Si pero por turnos, es necesario que Osiris sea despedazado para que Horus asuma el poder, hoy te toca tomar la cicuta mañana todo el imperio helenístico será tuyo.

Teeteto- Pero se supone que de eso no se trataba, Cristo no muere para establecer el imperio romano sino para establecer el reino de Dios.

Zaratustra-Y se lograra, pero para eso la voluntad de ser se debe reconocer en la voluntad de poder    y la voluntad de poder reconocer en la voluntad de ser y entonces aquello que no se reconozca en esa unidad    será dejado de lado, comprende el ciclo del poder hay una comunidad que asume la ley del talión en un real imaginario por lo cual se castigan recíprocamente pero si esto sigue así  la comunidad desaparecerá se mataran unos a otros sacándose los ojos y los dientes alguien tiene que imperar más allá  del bien y del mal, alguien tiene que establecer desde esa meta estructura la justicia, ese es el que logra el misterio dhármico dominando su voluntad  y luego el misterio pascual entregándose como sacrificio.

Teeteto-Pero ya desde ahí se rompe la igualdad en la comunidad

Zaratustra-Asi es, ¿Pero que quieres una comunidad de gente esclava que no ha logrado dominar su propia voluntad o una comunidad de gente libre que logra dominarse?       

Teeteto-Claramente una comunidad de libres

Sócrates-Pues eso toma un proceso, la libertad ha sido a sumida por el emperador, por el rey, por el papa ahora le toca a la comunidad cumplir el ciclo del poder, lo que vendrá después serán los aristócratas con el poder ético mira estas pinturas:

Las tentaciones de san Antonio

  

·         La Tentación de san Antonio (Miguel Ángel)

·         Las tentaciones de san Antonio Abad (el Bosco).

·         Tríptico de las Tentaciones de san Antonio del Bosco.

·         Paisaje con las tentaciones de San Antonio de Claudio de Lorena.

·         La tentación de San Antonio (Cézanne, París).

·         La tentación de San Antonio (Cézanne, particular).

·         Las Tentaciones de san Antonio (Grünewald).

·         La tentación de San Antonio (Dalí).

·         Políptico de San Antonio de Piero della Francesca.

·         La tentación de San Antonio (Martin Schongauer, MET).

·         La tentación de San Antonio (Leonora Carrington).

·         La tentación de San Antonio (Marx Ernts).

 

 

 

 

  

 

 

 















Poder ético

 

D e an a (arriba) y de tenens (ten ien te, tened or o el que tiene algo), deriva la palabra A ntonio qu e significa tener o poseer cosas de alto valor; n o m b re acertado para este santo, que despreció los bienes de este m un d o y disfrutó de los celestiales. ¡Cuán rectam en te o b ró al alejarse de las riq u ezas y satisfacciones m undanas, que son sucias, inestables, efím eras, decepcion an tes y amargas!  Con razón escribe Agustín: «¡O h m undo inmundo! ¿Cómo , siendo pasajero,  pretendes reten ern o s en tus redes? ¿Q ué harías si fueras perm an en te? Si siendo, co m o eres, am argo, te atreves a p rom etern o s engañosas dulzuras, ¿qué no harías para em baucarn os si fueras dulce? La vida de san A n tonio la escribió san Atanasio.

 Veinte años tenía Antonio cuando oyó leer en la iglesia este pasaje: «Si quieres ser perfecto, vende tus bienes y reparte entre los pobres el dinero que obtengas de la venta» y, sin vacilar, inmediatamente vendió toda su hacienda, distribuyó entre los menesterosos el precio obtenido y se retiró al desierto para hacer vida eremítica, teniendo que soportar a lo largo de toda ella innumerables tentaciones de los demonios. En cierta ocasión, al iniciar su nueva existencia de anacoreta, se vio fuertemente asediado por deseos de fornicación. Luchó contra tales apetitos, rezó y pidió a Dios que le permitiera ver con sus propios ojos al diablo que tentaba a los jóvenes con estas cosas. Tan pronto como con el recurso de su fe logró superar aquella prueba, un demonio, en forma de niño negro, se presentó ante él, se postró a sus pies y le dijo: —Yo soy ese a quien acabas de vencer. San Antonio comentó en voz alta: —¡Qué poca cosa eres! Me alegro de haberte visto, porque en adelante jamás temeré tus acometidas. Otra vez, estando recluido en una gruta sepulcral a la que se había retirado por una temporada para hacer penitencia, una turba de diablos lo apalearon hasta dejarle sin sentido y medio muerto. Por muerto lo tuvo el religioso que venía de vez en cuando a traerle algo de comida; y, en efecto, creyéndolo muerto, lo cargó en sus hombros, lo sacó de la gruta y lo llevó al monasterio para hacerle sufragios y darle sepultura; mas cuando los monjes, llorando, velaban su cuerpo, san Antonio revivió y se hizo conducir de nuevo a la cueva de sus penitencias. Una vez allí, tendido en el suelo, aquejado de terribles dolores y sin poder moverse, tuvo, sin embargo, ánimos para desafiar a los demonios, que aceptaron su reto, comparecieron en forma de diferentes fieras y empezaron a atacarle y lo hicieron de tal manera que, entre todos, unos a base de dentelladas y mordiscos, otros con zarpazos, otros con cornadas, lo dejaron cruelísimamente lacerado; pero de repente la lobreguez de la cueva se iluminó con una vivísima y milagrosa luz que puso en fuga a los diablos e hizo desaparecer todas las heridas del cuerpo del santo

Entendió éste que aquella misteriosa claridad constituía una señal de la presencia de Cristo y dirigiéndose a El le dijo: —¿Dónde estabas, buen Jesús? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no viniste antes, al principio, para ayudarme, o al poco de que empezaran a maltratarme, para curar mis heridas? El Señor le respondió: —Pero, ¿qué dices, Antonio? ÍSi yo he estado aquí desde el primer momento y he presenciado el combate! No intervine en tu favor declaradamente, porque quise comprobar tu fe y fortaleza. Como luchaste valerosamente y venciste, haré que tu nombre se mencione y alabe en toda la tierra. Fue Antonio hombre de tan extremado valor y de fe tan grande, que en tiempos de la persecución contra los cristianos promovida por el emperador Maximiano, lejos de huir, iba en pos de los mártires, ansioso de compartir su suerte, y cuando estos eran ejecutados quedaba triste porque no le habían martirizado también a él. 2. Caminando una vez por el desierto en busca de un lugar más retirado, encontró una bandeja de plata. Ante tal hallazgo, se preguntaba: ¿Cómo se explica que haya podido toparme aquí con este objeto, si en toda esta comarca no hay huella alguna de seres humanos? En el supuesto de que algún viajero hubiese perdido esta bandeja, la habría echado de menos y buscado y halládola en seguida, porque es de gran tamaño y fácilmente se divisa desde lejos. Mas de pronto cayó en la cuenta y, hablando consigo mismo, se dijo: —ÍAh, diablo! Esto es una estratagema tuya; pero no me engañarás ni lograrás cambiar con tu voluntad la mía. Apenas hubo dicho esto, la bandeja desapareció. El siguió caminando, y al cabo de un rato vio delante de sus pies un montón de oro, dio un pequeño rodeo para no tocarlo y, como si huyera de un incendio, apresuró el paso y continuó andando hasta llegar a la montaña hacia la que se dirigía; en aquel lugar se quedó y allí vivió veinte años, durante los cuales realizó innumerables milagros. Un día, estando en oración, entró en éxtasis, vio al mundo entero en forma de inmensa maraña de hilos enredados y exclamó: —¿Quién podrá desenredar esto? De pronto, oyó una voz que contestaba a su pregunta y decía:

—La humildad. Otra vez, estando también en oración, comenzó a elevarse del suelo y a avanzar hacia la altura sostenido por los ángeles; mas al poco rato saliéronle al encuentro unos demonios y trataron de cortarle el paso, echándole en cara los pecados que había cometido desde el día de su nacimiento. Los ángeles, empero, mandaron callar a los demonios y les dijeron: —No os molestéis en recordar estas cosas; todo eso está ya borrado por la piedad de Cristo. Si conocéis alguna falta que haya podido cometer desde que se hizo monje, denunciadla. Como los diablos no pudieron señalar ni una siquiera, inmediatamente se retiraron y dejaron el camino expedito. Antonio, pues, siguió subiendo hacia las alturas, y por donde ascendió descendió después nuevamente hasta el suelo. 3. «En cierta ocasión», dice el propio san Antonio, «se me acercó un diablo de enorme corpulencia y, presumiendo de que representaba la providencia y el poder de Dios, me preguntó: Antonio, ¿qué quieres que te dé? Yo le escupí repetidas veces en su cara, invoqué el nombre de Cristo e hice ademán de arrojarme sobre él que, al ver mis intenciones, instantáneamente desapareció». En otra ocasión vio también al demonio en figura de un hombre descomunal, tan alto de estatura que con su cabeza parecía tocar la bóveda del firmamento. Antonio, al ver al imponente gigante aquel, le preguntó: —¿Quién eres? —Soy Satanás, —le respondió el coloso—·, y quiero que me digas por qué los monjes me aborrecen tanto y los cristianos me maldicen. El santo contestó: —Porque ese es el trato que mereces, ya que no dejas de molestar a unos y a otros con tus insidias. El demonio replicó: —Eso no es veradad. Y o no molesto a nadie; son ellos, los hombres, quienes entre sí mutuamente se zahieren. Yo, desde que Cristo reina en todas partes, ni nada valgo ni nada puedo. Otro día, estando san Antonio recreándose con un grupo de monjes, acercóse a ellos un arquero y les hizo saber que toda aquella alegría le producía escándalo. El santo entonces dijo al escandalizado arquero: —Pon una flecha en tu arco y dispara tu arma. Hízolo así el arquero.

—Pon otra, y dispara de nuevo, —rogóle el abad. A ruegos de Antonio, el arquero disparó varias veces; mas después de haber arrojado al aire varias flechas, recogió su arma y dijo: —N o tiro más, porque si sigo haciéndolo se me estropeará el arco. —¡Ah!, repuso Antonio. ¿Con que tu arco se estropearía? Pues eso mismo puede ocurrimos a los que estamos consagrados al oficio de la contemplación. También nosotros nos averiaríamos si permaneciésemos en tensión constante. Por eso nos conviene de vez en cuando hacer un alto en nuestras prácticas de penitencia y expansionar el ánimo. El arquero mostróse de acuerdo y retiróse de allí edificado. 4. Una vez alguien preguntó a Antonio: —¿Qué debo hacer para agradar al Señor? El santo le contestó: —Esto: a dondequierea que vayas, ten siempre presente a Dios ante los ojos de tu alma; procura que todos tus actos se ajusten a los preceptos de las Escrituras Sagradas y, si te instalas en un lugar o emprendes algún oficio, antes de abandonarlos piensa mucho lo que vas a hacer. Atente a estas tres consignas y te salvarás. Un abad dijo a san Antonio: —Dame algunos consejos para desempeñar acertadamente mi cargo. —Tres voy a darte, le respondió el santo. Primero: no confíes demasiado en tu sentido acerca de la justicia; segundo: domina tu lengua y tu estómago; tercero: olvida las cosas ya pasadas. De san Antonio son también las siguientes sentencias: «Los peces mueren si permanecen durante cierto tiempo fuera del agua. Algo parecido les ocurre a los monjes: si vagan fuera de sus celdas, frecuentando sin necesidad el trato con los seglares, no tardarán en perder el sentido de su vocación y el gusto por el retiro». «El religioso que vive en soledad se libra de tres enemigos: del oído, de la palabra y de la vista; y sólo tendrá que luchar contra uno: contra su propio corazón.» 5. Un grupo de monjes, acompañados de su abad, que era ya anciano, fueron en cierta ocasión a visitar a san Antonio, quien, tras de saludar a sus visitantes les dijo: —Hermanos, a vosotros os felicito por tener por abad a este anciano, y a ti, abad, te doy la enhorabuena, por tener por hijos a estos religiosos. El abad le contestó: —En efecto, estos monjes son buenos, pero viven en casas sin puertas, y, debido a ello, cada cual, cuando quiere, sale de la suya, se va al establo y desata al asno. Con esta metáfora quiso el anciano dar a entender que aquellos religiosos, aunque buenos de suyo, tenían poca discreción, hablaban sin pensar en lo que decían, y soltaban por la boca cuanto sentían en su interior. De san Antonio es también esta sentencia: «Tres clases de movimientos o apetitos se dan en nosotros: unos naturales, derivados de nuestra connatural manera de ser; otros, originados por el exceso de la comida y bebida, y otros desencadenados por el demonio». Entre los religiosos de aquel desierto, uno de ellos, aunque había renunciado al mundo, conservaba en su poder algunas cosas que trajera de su casa y carecía de suficiente voluntad para desprenderse de ellas. Un día san Antonio le dijo: —Ve a la ciudad y compra un poco de carne. El monje obedeció, y cuando regresaba al desierto, vióse acosado por una manada de perros que pretendían arrebatarle la carne que traía consigo. Al llegar al monasterio refirió al santo lo que le había ocurrido, y este comentó con él: —Te asaltaron los perros y pudieron despedazarte. Lo mismo hacen los demonios con quienes pretenden consagrarse a Dios sin desprenderse de los bienes temporales. Mientras conserves contigo lo que trajiste de tu casa, estarás expuesto a que los diablos te despedacen. Estando el santo en el desierto, en cierta ocasión durante siete días pasó por una crisis de desaliento; en su empeño por superarla, oró a Dios diciéndole: «Señor quiero vencer este tedio, pero no puedo; mis pensamientos son más fuertes que mis deseos». Al poco rato salió de la celda y vio a un individuo que alternativamente se sentaba y emprendía un trabajo manual; interrumpía su quehacer, se levantaba y oraba; era un ángel del cielo que, después de haber pasado varias veces de una actividad a otra, se acercó a Antonio y le dijo: «¿Ves cómo procedo yo? Haz tú lo mismo y comprobarás que es un buen sistema para vencer las tentaciones de abatimiento». Un día, hablando con los monjes, planteáronle éstos algunas cuestiones relacionadas con la vida de perfección. Aquella misma noche, cuando el santo estaba durmiendo, una voz misteriosa le despertó y le dijo: «Levántate, sal de tu celda y verás algo interesante». Levantóse Antonio, salió de su celda y vio lo siguiente: a cierta distancia de donde él estaba había un hombre gigantesco de aspecto horrible y de tan colosal estatura que su cabeza llegaba hasta las nubes; aquel sujeto descomunal, con sus brazos extendidos, trataba de impedir que un grupo de almas humanas, dotadas de alas, volasen hacia el cielo; algunas de aquellas almas, ante la obstrucción del gigante, se desviaron de la trayectoria que seguían; otras, en cambio, con agilísimo vuelo esquivaron al monstruo, quien bramando de indignación tuvo que aceptar su propia derrota mientras las veía subir cantando, regocijadas, y conquistar cada vez alturas mayores. San Antonio comprendió al instante el significado de aquella visión: el gigantesco monstruo representaba al demonio en actitud de tender asechanzas a los hombres; las dos clases de almas simbolizaban respectivamente a las personas que se dejan sorprender y caen en las redes diabólicas y a las que no se dejan engañar por los ardides del enemigo; y los rugidos de indignación proferidos por el monstruoso gigante correspondían a la rabia que experimenta Satanás cuando sus tentaciones fracasan. Otra vez, hallándose trabajando en compañía de algunos monjes, al levantar sus ojos hacia el cielo vio algo que le produjo honda tristeza; acto seguido postróse de rodillas y pidió al Señor que evitara aquel horrendo crimen que según la visión que acababa de tener iba a cometerse de un momento a otro. Los monjes, intrigados, rogáronle que les manifestara lo que hubiera visto. Antonio, sollozando y derramando abundantes lágrimas, les declaró: —Está a punto de perpetrarse el delito más horrible de cuantos hasta el presente se hayan cometido en el mundo. He aquí lo que he visto: una manada de caballos se lanzaba contra el altar de Dios, lo destrozaba a coces y lo pisoteaba con sus pezuñas. El Señor me ha dado a entender el significado de esta visión: un ejército de hombres funestos, actuando como caballerías, atropellarán la fe católica y destrozarán la doctrina y los sacramentos de la Iglesia. «Profanarán mi altar con sus abominaciones», me decía Dios, mientras yo veía estas horribles cosas. Dos años después, en efecto, los arríanos rompieron la unidad de la Iglesia, profanaron los templos y los baptisterios y degollaron a los cristianos sobre los altares, como los carniceros degüellan las ovejas en los mataderos. 6. Balaquio, un jerifalte egipcio perteneciente a la secta arriana, comenzó a perseguir a las vírgenes consagradas a Dios y a afrentar a los monjes; cuando conseguía capturar a alguno de éstos, hacíalo comparecer completamente desnudo en presencia del público, y delante de las multitudes torturábalo con azotes y latigazos. Cuando san Antonio se enteró, intentó salir al paso de semejante infamia y escribió al infernal verdugo Balaquio una carta en la que le decía: «La ira de Dios viene sobre ti; si no dejas de perseguir a los cristianos incurrirás en la indignación divina y pagarás muy pronto con tu vida estos atroces delitos». El desgraciado Balaquio leyó la carta y entre risotadas y maldiciones la arrojó al suelo y la pisoteó; después maltrató cuanto quiso a quienes la habían traído, y por último les ordenó que llevaran a Antonio otro escrito en el que decía: «Puesto que tanto te preocupas de los monjes, quiero que sepas que yo también me preocupo de ti; también tú, muy pronto, conocerás el trato riguroso que te tengo reservado». Ocho días después de este episodio, Balaquio murió miserablemente. No habían transcurrido más de cinco, desde que enviaran sus amenazas a Antonio, cuando yendo montado en su caballo, que era mansísimo, éste le dio un mordisco, lo arrojó al suelo, lo acoceó y a dentelladas le destrozó las piernas; y lo dejó tan mal parado que tres fechas más tarde, a consecuencia del accidente, expiró. —Dinos algo provechoso para nuestra salvación, —propusieron unos monjes a Antonio. Este les contestó: —Os diré lo que el Señor ha dicho: «Si alguien os golpea en una mejilla, ofrecedle la otra». —Eso no podemos cumplirlo, —comentaron ellos. El santo les replicó: —Si no sois capaces de presentar el otro carrillo a quien os abofetea, soportad al menos pacientemente el golpe recibido. Los monjes insistieron: — Tampoco podremos cumplir eso. Antonio les dijo: —En ese caso, procurad preferir ser golpeados a golpear. —Ni siquiera de eso somos capaces, —declararon los religiosos. Entonces Antonio dijo a uno de ellos: —Anda, ve a la despensa, trae unos dulces y sírveselos a estos monjes tan delicados. Luego, dirigiéndose a los otros, añadió: — Os falta espíritu y estáis poco entregados a la práctica de la oración. Todas estas cosas están tomadas del libro titulado Vidas de los Padres. Un día san Antonio, a sus 105 años de edad, tras de despedirse de sus discípulos con el ósculo de la paz, descansó en el Señor, en tiempos del emperador Constantino, que comenzó a reinar hacia el año 340 de la era cristiana.

Ana Grynbaum – Las tentaciones de San Antonio

Clase preparada para el curso sobre Erotopías dictado en el Malba en 2017.



La de las tentaciones que el Diablo ofrece a San Antonio el eremita durante su estadía en el desierto, es una erotopía transgresora y culterana. En su núcleo se encuentra el goce de entregarse a la tentación, de realizar el deseo en sus aspectos prohibidos. El tema no se enuncia como San Antonio y sus tentaciones sino que el sujeto es “las tentaciones”, ellas son las protagonistas.

El universo en que esta erotopía funciona es el de la cultura. En primer lugar, la tradición cristiana y la iconografía occidental que, transmitiendo sus imágenes y fábulas, contribuyó a la institucionalización del cristianismo. San Antonio es el primer monje eremita cristiano que se retiró en el desierto.



En la tentación al pecado intervienen imágenes cuyo poder desvía al hombre del sendero que tenía marcado por la sociedad para impulsarlo en las direcciones que le muestra su deseo. Las imágenes son en sí mismas demonios, deidades pervertidoras.



Por su cualidad de fenómeno eminentemente visual el tema de las tentaciones de San Antonio ha sido a menudo retomado por la imaginería católica que pone en marcha la Contrarreforma. Sin embargo, cabe recordar, que el tópico de la tentación por parte del Diablo es tan antiguo como el Génesis: la primera tentación la padece Eva, y le cuesta nada menos que la expulsión del paraíso.



Para las tentaciones del eremita en el desierto el texto básico es la vida de San Antonio, escrita por San Atanasio, a mediados del siglo cuarto de nuestra era. Este libro se encuentra en los fundamentos del propio género hagiográfico y, provee de un relato ejemplarizante acerca de cómo el santo puede resistir al Diablo con la sola ayuda del Espíritu. La estadía de Jesucristo en el desierto constituye su modelo.



Además del libro de San Atanasio la leyenda de San Antonio tuvo una importante circulación a través de los compendios medievales: “Vidas de los Santos Padres” y la “Leyenda dorada”, que fueron traducidos a las lenguas vernáculas.



De acuerdo con estas obras, entre el siglo tercero y el cuarto de nuestra era San Antonio Abad transcurrió la mayor parte de su longeva existencia, ciento cinco años, en el desierto egipcio. Allí, para poner a prueba su extraordinaria piedad, Satán hizo blanco en él, pero la fuerza de su fe le permitió a Antonio sobreponerse a todas las tentaciones en las que intentó hacerlo caer. Sin embargo, lo que el arte va a retomar -en especial- son las tentaciones del diablo, para exhibirlas con todo lujo de detalles, y para regocijo de los espectadores.





“Las tentaciones de San Antonio” por El Bosco



El tema de las tentaciones de San Antonio ocupa varios lugares importantes en la obra del Bosco, pero el cuadro que ofició como disparador y modelo para la profusión de imágenes sobre este tema en la Edad Moderna, y hasta la fecha, es el tríptico, fechado aproximadamente en 1501. Sus exorbitantes y bizarras escenas demoníacas, habrían de marcar decisivamente los derroteros de la representación visual en Occidente.



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Las tres partes de Las tentaciones de San Antonio del Bosco presentan con deliciosa minuciosidad las vicisitudes del espíritu del eremita acosado por Satanás y sus demonios que intentan perderlo en el pecado, muy especialmente en el de la carne, que es –como sabemos- el primero de los Siete Pecados Capitales.



Si bien el tríptico del Bosco retoma alguna de las anécdotas de la leyenda de San Antonio se aleja de cualquier narrativa para desplegar las alas de ese mundo de la fantasía exuberante compuesto por seres metamórficos, extraños, brillantes y multicolores, habitantes de un reino por completo diferente al de la realidad cotidiana. Que se los presente como criaturas diabólicas, en la perspectiva de la historia del arte, no es más que un detalle anecdótico. La sobria figura del santo, a pesar de aparecer cuatro veces en los tres paneles, en medio del desfile explosivo de los pecados y los demonios, se pierde casi por completo.



La particularidad de Antonio en la representación del Bosco, y en la multiplicidad de representaciones a que dio lugar, es que se trata de un santo al que persiguen los demonios en tanto encarnación de los deseos. El tema de las tentaciones es el de la relación entre el hombre y el deseo, que lo atenaza. La cuestión monacal –ascética, meditativa y contemplativa- no tiene ningún peso, porque tampoco tiene colorido, ni sugiere formas mutantes.



Si en el dogma cristiano, como lo señalara por ejemplo San Agustín, Dios permite a Satanás enviar tribulaciones a los seres humanos para que la resistencia incremente su “gracia”, en la realidad del deseo, el aumento de las dificultades lo que produce es una concomitante exacerbación y aumento de la fogosidad, y que el placer, cuando finalmente se obtiene, alcance una intensidad comparable al tamaño de los obstáculos que hubieron de ser derribados.





Una multiplicidad de versiones



Hay una enormidad de versiones del tema de las tentaciones de San Antonio. De los siglos XVI y XVII datan los cuadros de Matthias Grünewald, Joos van Craesbeck y Jan Mandyn, las tres versiones fuertemente influidas por El Bosco. Entre la miríada de cuadros sobre las tentaciones de San Antonio los más interesantes no están protagonizados por la virtud del santo, sino por los avatares exultantes del vicio diabólico. Si la representación pictórica se centrara en la renuncia, en la cualidad ascética de Antonio, no habría profusión de imágenes. Sin imagen estaríamos ante la tela en blanco. Se trataría del desierto como desierto, a secas, sin metáfora y sin erotopía.



Existen también versiones diferentes de la del Bosco, como por ejemplo Las tentaciones de San Antonio de Veronese, las de Brueghel el viejo e incluso a Miguel Ángel se le ha atribuido una obra de juventud sobre el tema, basada en el grabado de Martin Schongauer (de la segunda mitad del siglo XV).



Acercándonos en el tiempo tenemos Las tentaciones de San Antonio de Paul Cezanne y las de Felicien Rops (en la segunda mitad del siglo XIX).



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La tentacion de San Antonio por Felicien Rops



A mediados del siglo XX retomaron el tema Paul Delvaux, Max Ernst, Salvador Dalí, Leonora Carrington y Diego Rivera –cuyo cuadro analizaré en detalle-.



***



¿Por qué son tan distintas las versiones de un mismo tema? Más allá de las diferencias estilísticas, técnicas y estéticas, en la Época Moderna cada cuadro sobre las tentaciones de San Antonio expresa el deseo de su realizador. La historia consiste en un esquema muy simple, a ser desarrollado según la subjetividad propia de cada artista, que se puede sintetizar como: el eremita en el desierto es tentado por el diablo. La pregunta interesante es ¿de qué manera?

Pero además, el de las tentaciones de Antonio es un tema especialmente recurrente en las artes visuales justamente porque trata acerca de la imagen.



Los demonios encarnan a los pecados que adoramos, los placeres que no nos querríamos ahorrar. Imágenes más poderosas que todas las palabras disponibles para comentarlas o exorcizarlas. La tentación es un fenómeno eminentemente sensorial, y muy especialmente visual. Deseo lo que se ofrece a mis ojos, en la realidad o en la fantasía. Y la fantasía me brinda todo lo que me escamotea la realidad.





La tentación de San Antonio de Gustave Flaubert



A diferencia de lo que sucede en las artes visuales, en el campo de la literatura, La tentación de San Antonio de Gustave Flaubert, es una de las pocas obras importante, fuera del terreno religioso. Pero, aunque construidas con palabras, las imágenes ocupan un lugar central en el libro.

La tentación de San Antonio de Flaubert exhibe, amplia y detalladamente, la entrega del eremita a cada una de las maravillosas escenas que Satanás monta para él, entre las que –como es natural- abunda el pecado de la carne.



Como Georges Bataille demostró, el deseo surge cual contracara de la Ley, depende íntimamente de ella. En la nomenclatura cristiana, entregarse a la tentación es un acto que transgrede la ley. Esta transgresión, especialmente respecto del pecado de la carne, comporta un goce particular al que sólo se llega atravesando lo prohibido. No es a pesar de la Ley, sino en su contra, que el deseo se realiza. Y la intensidad del goce se relaciona con la severidad del castigo, real o potencial, que el desafío implica.



En el caso del Antonio de Flaubert, su concupiscencia se alimenta de cultura, excesivamente, por encima de los pecados que involucran a los sentidos.



***



Al comienzo de la novela el eremita se encuentra en medio del desierto egipcio. En el centro de su choza, entre los escasísimos objetos que posee, se erige un atril con un grueso libro.



Antonio es un personaje carente de psicología, tan vacío como su morada y el desierto que habita. Pero su centro vacío funciona como un agujero negro capaz de atraer a todas las figuras del deseo que la cultura ha diseñado a lo largo de la historia y a lo ancho del mundo.



Debilitado por el hambre, y el apetito, Antonio baja la guardia y de la nada surgen voces tentadoras: “El viento que pasa en los intervalos de las rocas hace modulaciones; y en sus sonoridades confusas, distingue Voces como si el aire hablase. Son bajas e insinuadoras, silbantes.” Logos y Eros se alían para darle al eremita el alimento que ansía.



Ante los ojos de Antonio “los objetos se transforman. Al borde del acantilado, la vieja palmera, con su ramaje de hojas amarillas, se convierte en el torso de una mujer inclinada sobre el abismo, y cuyos largos cabellos se balancean.”



Flaubert, que ha viajado al Oriente, hace que Antonio alucine con un harén que se le aproxima. Así relata el encuentro con las mujeres: “Por allí es por donde llegan, balanceándose en sus literas en los brazos negros de los eunucos. Se bajan, y juntando sus manos cargadas de anillos, se arrodillan. Me cuentan sus inquietudes. La necesidad de una voluptuosidad sobrehumana les tortura; quisieran morir, han visto en sueños a dioses que las llamaban; y el bajo de su túnica cae sobre mis pies. Yo las rechazo. ‘¡Oh!, no, dicen ellas, todavía no. (…) Todas las penitencias les serían buenas. Ellas piden las más rudas, compartir la mía, vivir conmigo.”



El desierto es un paisaje del alma, el espejo oscuro donde habrá de proyectarse el esplendor del mundo, escenario ideal para un desfile como el que Dalí pintó en su versión de La tentación de San Antonio. Pero el desierto es también el telón de fondo ad hoc, la pantalla perfecta para la proyección de lo que cada quien lleva consigo en las profundidades inconfesables de su ser.

En Flaubert, todo el funambulesco carnaval que se le impone al eremita proviene de un libro –que se llame Biblia es un detalle-. Antonio “Se encamina hacia su cabaña, y el escabel, que sostenía el grueso libro, con sus páginas cargadas de letras negras, le parece un arbusto todo cubierto de golondrinas.” Apaga la luz, para evitar los fantasmas, inútilmente: en lo profundo de la oscuridad “de pronto pasan en medio del aire, primero un charco de agua, luego una prostituta, la esquina de un templo, un rostro de soldado, un carro con dos caballos blancos que se encabritan. (…) Estas imágenes llegan bruscamente, por sacudidas (…) Su movimiento se acelera. Desfilan de modo vertiginoso. (…) Antonio cierra los ojos. / Las imágenes se multiplican, le rodean, le asedian. (…) Es como si la ligadura general de su ser se deshiciera; y, no resistiendo más, (…) cae sobre la estera.” Valga el anacronismo: Antonio pierde el control yoico para adentrarse en la otra dimensión de sí mismo, la del deseo. La erotopía se instala.



El Diablo introduce a la Reina de Saba, que le ofrece a Antonio todas las mujeres en ella misma: “Todas las que tú has encontrado, desde la mujer de la calle cantando bajo su farol hasta la patricia que deshoja rosas desde lo alto de su litera, todas las formas presentidas, todas las imaginaciones de tu deseo, ¡pídelas! Yo no soy una mujer, soy un mundo. ¡Mis vestidos no tienen más que caer, y descubrirás en mi persona una sucesión de misterios!”.



En cuanto al erotismo de Antonio, su ex-discípulo Hilarión, en quien el Diablo encarna, asevera: “Hipócrita es quien se refugia en la soledad para entregarse mejor al desenfreno de sus ansias. Te privas de carnes, de vino, de baños turcos, de esclavos y de honores, pero ¡cómo dejas a tu imaginación que te ofrezca banquetes, perfumes, mujeres desnudas y multitudes que te aplaudan! Tu castidad no es más que una corrupción más sutil”.



La paradoja básica del desierto es que consiste en el lugar del no lugar. En este sentido se aproxima al escenario, ubicuo, de la fantasía.



En el vacío del desierto el deseo produce a nivel imaginario y, puesto que cualquier otra persona está materialmente ausente, quien actúa no puede ser sino el demonio del vicio solitario.

La sexualidad del solitario en el desierto es, por definición, autoerótica, y, en el extremo, alucinatoria, como un oasis producido mediante un espejismo. Pero además, en el lugar inhóspito, el camino del deseo, es un sendero plagado de zarzas; zarzas que condimentan el momento en que, por fin, el deseo se plasma. Si hablamos de erotopía es porque hay quienes necesitan precisamente ese lugar, con esas condiciones, para que su deseo pueda realizarse.



***



El delirio de Antonio constituye un aparato cultural. Su regodeo en los productos de la cultura resulta excesivo. Sin pudor y sin medida, el hombre ávido de conocimiento se abalanza sobre la masa gigantesca de información que el Diablo, más por viejo que por diablo, tiene para ofrecerle.



El relato se convierte en un viaje por los dominios del Maligno, es decir: el mundo entero. Montado en una suerte de máquina del tiempo el viajero parte de la cosmovisión cristiana para recorrer otras creencias más antiguas, hasta llegar a los orígenes de la más simple de las ideas. El itinerario es como una lectura a lo largo de las páginas de una gran enciclopedia. En la narración sobreabundan las referencias y las citas de personajes, lugares, libros y obras históricas, literarias, artísticas, filosóficas, teológicas, etc. El camino al infierno está empedrado de indicaciones culteranas.



***



La experiencia básica de Antonio, como sujeto de conocimiento, es la devoración. A lo bestia engulle la historia, el arte, el mito, la leyenda. Pero en el propio acto de consumir, el hombre es devorado por la cultura que traga.



Por otra parte, si bien Flaubert no hace una abierta defensa del goce en la entrega a la tentación, ella se desprende de la ambigüedad del relato, en el que abundan las proposiciones heréticas, como: “¡Es el diablo quien ha hecho el mundo!” o “El mundo es la obra de un Dios delirante”.

Efectivamente, la forma del relato es la de un gran delirio, construido a partir de las más diversas alucinaciones, visuales y auditivas, cuya línea argumental queda opacada por el brillo de las imágenes que vehiculiza.



También el lector debe entregarse al fuego de artificio para seguir a Antonio, que habrá de volar montado en el cuerpo del Diablo –en una clara referencia al Fausto de Goethe, una de las principales fuentes inspiradoras de Flaubert-. Paradójicamente, el Príncipe de las Tinieblas es quien ilumina el camino del conocimiento.



El deseo de saber no sólo recorre la obra entera sino que también está tematizado. Entre los herejes se menciona a Dionisio de Alejandría, quien “recibió del cielo la orden de leer todos los libros”. Por su parte, dice Hilarión: “fuera del dogma, se nos permite toda libertad para investigar. ¿Deseas conocer la jerarquía de los ángeles, la virtud de los números, la razón de los géneros y de las metamorfosis?” Y Antonio responde: “¡Sí! ¡Sí! Mi pensamiento se debate por salir de la prisión.”



Conocer es una operación deseante. Como bien saben los que trabajan en el terreno de las dificultades de aprendizaje, el deseo es condición sine qua non para la posibilidad de aprender.

En el devenir del Antonio de Flaubert el saber se convierte en locura, acumulación gozosa, que supera cualquier supuesta utilidad para entregarse a la mera producción de placer. El delirio de la razón no construye solamente monstruos, sino todo tipo de seres y situaciones deliciosas y escalofriantes. El goce intelectual está altamente erotizado.



En lo que hoy llamaríamos un viaje epistemológico recorre Antonio la historia de las creencias, que, además de los herejes cristianos, incluye a personajes de otras culturas, como Buda, para luego pasar revista a los principales dioses del Olimpo, deteniéndose, más tarde, en varios legendarios híbridos entre animal y humano, como el grifo, la esfinge, la quimera y el unicornio, para desembocar en el mundo de los animales marinos y, a continuación, en el de las plantas; e incluso atraviesa la capa subterránea, donde se alojan las mandrágoras, hasta llegar a la piedra.



Al final de esta suerte de proceso de descomplejización de la materia –o análisis-, Antonio profiere: “¡Oh, qué felicidad!, ¡qué felicidad!, he visto nacer la vida, he visto comenzar el movimiento. La sangre de mis venas late con tanta fuerza que va a romperlas. Tengo ganas de volar, de nadar, de ladrar, de mugir, de aullar. Quisiera tener alas, un caparazón, una corteza, echar humo, llevar una trompa, retorcer mi cuerpo, repartirme por todas partes, estar en todo, propagarme con mis olores, desarrollarme como las plantas, vibrar con el sonido, brillar como la luz, acurrucarme bajo todas las formas, penetrar cada átomo, descender hasta el fondo de la materia -¡ser la materia!”.



El deseo de Antonio se ha cumplido, el viaje del conocimiento le ha permitido trascender los límites de la condición humana, no mediante el acceso a un plano superior de las cosas, sino descendiendo al corazón de la materia, hasta contactar con los elementos que constituyen su basamento natural; basamento que resiste, indiferente, a los edificios de la cultura que sobre él se han erigido. Este ir hasta la raíz no humana del hombre se encuentra tanto en el libro de Flaubert como en el cuadro de Diego Rivera, que analizaré más adelante.



***



La erotopía del ermitaño en el desierto, sucede allí donde el individuo se aparta de la sociedad, donde el asceta se encuentra despojado hasta la desnudez. Es la erotopía en la que el deseo se expresa con mayor lujo de detalles.



El deseo es tan indisociable de la cultura como del propio sujeto –humano por definición- al que acicatea. Las formas de su deseo persiguen a Antonio hasta los confines de la civilización. No existe liberación posible del hombre respecto del deseo. Cuanto más pretende alejarse de lo prohibido, con más elocuencia ello lo invita al goce de la entrega. Por más que se lo proponga, Antonio nunca está solo. Las imágenes de sus apetitos lo someten, pero también lo acompañan.



Para el miembro de una sociedad, en la que el deseo está diagramado y encorsetado en el nombre del bien común, es el despoblado, allí donde el largo brazo de la policía no alcanza, el lugar privilegiado para que el deseo cobre forma virulenta.



Que, bajo la égida del Cristianismo, el accionar deseante se presente como la obra del Diablo constituye un mero recurso, teatral, que permite la puesta en escena. Alguien tiene que habilitar la entrada de Eros, si el único disponible es el Diablo, que sea el Diablo.



***



En cuanto a Flaubert podemos afirmar que su deseo como escritor se plasmó de forma privilegiada en La tentación de San Antonio. El libro fue escrito y reescrito a lo largo de más de veinticinco años. Recién la tercera versión fue finalmente publicada, en 1872, resultando así su última novela.





Las tentaciones de San Antonio, de Diego Rivera*



No hay forma de averiguar si Rivera leyó La tentación de San Antonio de Flaubert. De todos modos, en los hechos, es como si Rivera hubiera pintado el momento en que el Antonio de Flaubert atraviesa las entrañas de la tierra. Más concretamente, cuando se detiene en las mandrágoras. Por esa conexión fue que elegimos analizar este cuadro, entre los muchísimos que abordan el tema.



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Las tentaciones de San Antonio, de Rivera, consiste en un grupo de rábanos antropomórficos que, en el subsuelo, forman algo que se puede ver como una escena de sexo grupal.

Antonio parece ser la figura del ángulo inferior izquierdo, ubicado en el mismo lugar que el de Dalí.



Antonio se tapa la cara, ¿para no ver, para no ser observado, o para mirar la escena que los otros montan sin que el espectador perciba en su rostro los efectos que ésta le produce?

Este Antonio recostado parece, a la manera del soñante, estar al mismo tiempo dentro y fuera del cuadro que forma junto con los otros tres personajes. Por un lado es uno de los personajes, por el otro encarna la mirada sobre el conjunto. E incluso, en tanto soñante, podría identificarse con cada uno de los otros.



Por otra parte, este Antonio se parece físicamente a Diego Rivera, y también tiene un parecido importante con varios de los ídolos prehispánicos que Rivera coleccionaba.



En cuanto al personaje de la mujer, esta parece humillada, resignada a ser sometida, o a entregarse a un goce vergonzoso.



La figura central es la del Diablo, montado en un gran falo, tan agenciado con su cuerpo que parece formar parte de él. En su máxima erección, el glande está en llamas. No parece dirigirse a la mujer sino a la figura de Antonio. Tal vez éste se está tapando la cara para no enfrentarlo.

La figura del ángulo superior derecho representa al reino animal, se asemeja a un lagarto. Viene con las fauces abiertas. Simboliza el apetito, el deseo en su nivel más primitivo, como voluntad de incorporación. La voracidad sexual excede el plano de lo civilizado, de lo que el hombre puede manejar según fines superiores.



Al ser rábanos, todos ellos son tanto comestibles como perecederos. Y, por sobre todas las cosas, inocentes respecto de la pasión que los domina.





La noche de los rábanos de Oaxaca



Existe un antecedente directo de Las tentaciones de San Antonio en la obra de Rivera: La noche de los rábanos. Su título remite a la festividad popular de La noche de los rábanos, que tiene lugar en Oaxaca, México, cada 23 de diciembre y en la que se concursa realizando esculturas en rábanos. El cultivo de distinto tipo de rábano da origen a especímenes muy diversos, que sirven para realizaciones escultóricas muy diferentes. Esta última figura se parece mucho a los personajes de estos cuadros de Rivera.



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El Diablo, que protagoniza en exclusividad La noche de los rábanos, reaparece, casi idéntico, en Las tentaciones de San Antonio. Esto nos da pie para afirmar que el personaje principal del segundo cuadro es el Diablo.



La noche de los rábanos fue realizada en 1946, un año antes que Las tentaciones de San Antonio, y sus medidas son más reducidas. El tema de la tentación por parte del Diablo le importaba a Rivera lo suficiente como para retomarlo, complejizándolo, agregándole personajes y detalles, en una escena más amplia.



En cuanto a su estética, estas dos obras se emparentan con otros cuadros de Rivera protagonizados por elementos de la naturaleza antropomorfizados, o criaturas que parecen detenidas en un instante de su metamorfosis, cuando pasan de un género a otro.



Es posible encontrar en distintos lugares de la producción de Rivera a estos seres ambiguos, linderos entre lo vegetal, lo animal y la materia bruta, pero con un alma semejante a la humana. En ellos la influencia del animismo de las culturas prehispánicas es clara. Y del profundo interés de Rivera en dichas culturas nos brinda pleno testimonio su colección de ídolos, especialmente los que habitan el Museo Anahuacalli de la ciudad de México, entre los cuales abundan los seres metamórficos o hibridados.



Por otra parte, los entes híbridos del Bosco se pueden contar como antepasados de los de Rivera. –Además de los detalles del tríptico de Las tentaciones de San Antonio, vale la pena tomar en cuenta estos dos dibujos del Bosco: El campo tiene ojos, el bosque tiene oídos y Hombre árbol -. Además, Rivera debió haber conocido las versiones de Las tentaciones de San Antonio pintadas por Dalí y por Ernst, uno y dos años antes que las suyas. Los tres pintores tuvieron su vinculación con el surrealismo.



De hecho, en la primera exposición de surrealismo en México, en 1940 –para cuyo anuncio ilustró el texto de Breton Los vasos comunicantes-, Rivera exhibió un cuadro temáticamente emparentado con su versión de Las tentaciones de San Antonio: Mandrágora.





La mandrágora, Maquiavelo, Diego Rivera



La mandrágora es una planta que produce efectos hipnóticos y alucinógenos. Ingerirla en altas dosis puede llegar a provocar la muerte. Sus raíces presentan un parecido con la figura humana. En Europa, especialmente durante la Edad Media, circularon las leyendas populares en torno a los poderes, eróticos y maléficos, de la mandrágora.



La fábula magnificó el poder de la planta, atribuyéndole, entre otras, propiedades afrodisíacas. La personificación de la mandrágora ha llevado a creer que sus raíces gritan al ser arrancadas. Según dicen, escuchar ese grito puede conducir a la locura, a la muerte y al mismísimo infierno.

La referencia literaria más famosa es la comedia satírica La mandrágora, de Maquiavelo. En ella la mandrágora es la droga que, enredo mediante, permite al protagonista, Calímaco, acceder sexualmente a la mujer que desea, Lucrecia, a pesar de que ella está casada y es una mujer virtuosa.



Diego Rivera también tiene una pintura llamada La Mandrágora:



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***



Volviendo a Las tentaciones de San Antonio de Rivera cabe señalar que éste constituye un cuadro intimista, en el que se expresa la subjetividad de su creador. Parecería que, dada su tumultuosa vida sexual, y el sufrimiento que le causó a él y a su entorno, lo que vehiculiza es el deseo de encontrar un lugar, así sea bajo tierra, donde darle rienda suelta a la voracidad sexual sin mayores consecuencias.



Los rábanos carecen de problemas de conciencia. Las raíces de mandrágora, mientras permanecen en las profundidades, no perturban la vida de los hombres y las mujeres. La referencia a la celebración oaxaqueña transmite la idea de fiesta, exaltación, alegría. Por debajo del mundo humano, el deseo ha encontrado un lugar para realizarse feliz. Erotopía exitosa.-


Zaratustra- Así es como los Aristócratas logran su poder con los grandes sacrificios para ascender a la levedad del ser, he aquí su símbolo la tau  desde San Antonio a San francisco,  

 

Durante la época de Francisco y a partir del IV Concilio de Letrán, convocado por el Papa Inocencio III, la Tau era un símbolo muy utilizado por la Iglesia católica, en general, como signo de conversión y señal de la cruz.

Al inaugurar ese Concilio, el papa Inocencio III predicó sobre Ezequiel 9 y llamó a todos los cristianos a hacer penitencia bajo el signo de la tau, signo de conversión y señal de la cruz. Como cuenta O. Englebert en su Vida de S. Francisco de Asís, el papa, después de describir la triste situación de los Santos Lugares hollados por los sarracenos, lamentó los escándalos que desacreditaban el rebaño de Cristo y lo amenazó con los divinos castigos si no se enmendaba. Evocó la visión de Ezequiel, cuando el Señor, agotada la paciencia, exclama con voz poderosa: «"Acercaos, vosotros que veláis sobre la ciudad; acercaos con el instrumento de exterminio en vuestras manos". Y he aquí que seis hombres llegaron con sendos azotes en sus manos. Entre ellos estaba un varón vestido de lino, con recado de escribir a la cintura. Y díjole Yahvéh: "Recorre Jerusalén, y señala con una tau las frentes de los justos que se encuentren en ella". Y dijo a los otros cinco: "Recorred la ciudad tras él, y exterminad sin piedad a cuantos encontréis; mas no toquéis a ninguno que esté señalado con la tau". "¿Quiénes son -continuó el Papa- los seis varones encargados de la venganza divina? Ésos sois vosotros, Padres conciliares, que, valiéndoos de todas las armas que tenéis a mano: excomuniones, destituciones, suspensiones y entredichos, habéis de castigar implacablemente a cuantos no estén señalados con la tau propiciatoria y se obstinen en deshonrar la Cristiandad».- «En su discurso de Letrán, Inocencio III había señalado con el signo tau a tres clases de predestinados: los que se alistaren en la cruzada; aquéllos que, impedidos de cruzarse, lucharen contra la herejía; finalmente, los pecadores que de veras se empeñaren en reformar su vida».16

San Francisco de Asís, que participó en el Concilio en calidad de superior general de una Orden aprobada por la Iglesia, debió de tomarse muy en serio la invitación de Inocencio III, pues, según los compañeros y sus primeros biógrafos, amaba y veneraba la tau, "porque representa la cruz y significa una verdadera penitencia". Al comienzo de cualquier actividad se santiguaba con dicha señal, la prefería a cualquier otro signo y la pintaba en las paredes de las celdas. En sus conversaciones y predicaciones la recomendaba a menudo, y la dibujaba a modo de firma en todas sus cartas y escritos, "como si toda su preocupación fuese grabar el signo de la tau, según el dicho profético, sobre las frentes de los hombres que gimen y lloran, convertidos de veras a Cristo Jesús".

 

 

Sócrates-Pero luego no se trata de gemir ni de llorar sino de lograr la inocencia de la planta, de la naturaleza y despertar el  instinto brutal, con el que la voluntad de poder se manifestara en el mundo

 

Teeteto-¿Pero en esto consiste el poder en el superar las pasiones para luego caer en ellas?

 

Sócrates –Permites la transferencia conscientemente, has logrado la certeza en la iluminación     

0←1←0

Tienes el principio dharmico ahora que sabes cuál es tu deber, liberas la voluntad de poder

 

0→1→0

Zaratustra-Mas esa nada se hace ser en la consciencia y ese ser es Dios, él ser y no ser uno son la idea del ser en la reflexión llevara a la nada y la idea de nada en la reflexión llevara al ser   ahora hay que ir a  Dios

1←0←1

Y luego hay que develar a Dios con la superación de la muerte en la resurrección

 

1→0→1

He aquí el misterio pascual

Sócrates-se ha vencido el conflicto entre el ser y el tener, para el iluminado el tener es maia ilusión y ha elegido al ser

Teeteto- Pero ese dharma era nada, el loco no pudo soportar la nada y le dio entidad

Sócrates-En la nada siempre estará el ser, lo que verdaderamente hay es esa unidad  

Teeteto-¿No es acaso que esa unidad es la que tu estas creando?

Sócrates-Por supuesto, pero eternamente esa unidad te ha creado a ti , la fe crea pero toca creación es una develación de lo que realmente hay

Teeteto-¿Y entonces me estás diciendo que hay Dios porque lo creamos inevitablemente al darle cara a la nada?

Zaratustra- Así es, el artista partirá  de esa fe pero en el conflicto entre el deber y el querer, el conflicto ético y lograra la levedad del ser al igual que San Antonio y San francisco del cual toma la vocación    

1←0←1←0←1←0

Sócrates-Para luego ir al querer con toda su voluntad de poder como en el cuadro de Diego Rivera

1→0→1→0→1→0

Teeteto→ ¿Y entonces el conflicto entre deber y querer es superado?  

 

Querer 1→0→1→0→1→0→←1←0←1←0←1←0 Deber

Sócrates-Si, se logra la sintransferencia

  1←0←1←0←1←0←→ 1→0→1→0→1→0

 

Teeteto-¡Pero este legítima a la aristocracia con todo su sistema feudal y sus atrocidades!

Zaratustra-Esa es la estructura de su voluntad voluntad de ser alcanzado la levedad del ser y voluntad de poder mandando en la gravedad del devenir, pero vendrá una nueva voluntad de ser que confronte las atrocidades de esta voluntad y que genere una nueva voluntad de poder se abrirá un nuevo ciclo de creación  

 

Poder maquiavélico 

 

…El espíritu va más allá del arte para alcanzar su más alta presentación; la de ser no solamente la sustancia nacida del sí mismo, sino también, en su presentación como objeto ser este sí mismo; no sólo de alumbrarse desde su concepto, sino de tener su concepto mismo como figura, de tal modo que el concepto y la obra de arte creada se saben mutuamente como uno y lo mismo.

Vosotros miráis hacia arriba cuando deseáis elevación. Y yo miro hacia abajo, porque estoy elevado. ¿Quién de vosotros puede a la vez reír y estar elevado? Quien asciende a las montañas más altas se ríe de todas las tragedias, de las del teatro y de las de la vida.

 

Fue alrededor de la medianoche cuando Zaratustra emprendió su camino sobre la cresta de la isla para llegar de madrugada a la otra orilla: pues en aquel lugar quería embarcarse. Había allí, en efecto, una buena rada, en la cual gustaban echar el ancla incluso barcos extranjeros; éstos recogían a algunos que querían dejar las islas afortunadas y atravesar el mar. Mientras Zaratustra iba subiendo la montaña pensaba en las muchas caminatas solitarias que había realizado desde su juventud y en las muchas montañas y crestas y cimas a que ha había ascendido. Yo soy un caminente yun escalador de montañas, decía a su corazón, no me gustan las llanuras, y parece que no puedo estarme sentado tranquilo largo tiempo. Y sea cual sea mi destino, sean cuales sean las vivencias que aún haya yo de experimentar, - siempre habrá en ello un caminar y un escalar montañas: en última instancia uno no tiene vivencias más que de sí mismo277. Pasó ya el tiempo en que era lícito que a mí me sobrevinieran acontecimientos casuales; ¡y qué podría ocurrirme todavía que no fuera ya algo mío! Lo único que hace es retornar, por fin vuelve a casa - mi propio sí-mismo y cuanto de él estuvo largo tiempo en tierra extraña y disperso entre todas las cosas y acontecimientos casuales. Y una cosa más sé: me encuentro ahora ante mi última cumbre y ante aquello que durante más largo tiempo me ha sido ahorrado. ¡Ay, mi más duro camino es el que tengo que subir! ¡Ay, he comenzado mi caminata más solitaria! Pero quien es de mi especie no se libra de semejante hora: de la hora que le dice: «¡Sólo en este instante recorres tu camino de grandeza! ¡Cumbre y abismo - ahora eso está fundido en una sola cosa! Recorres tu camino de grandeza: ¡ahora se ha convertido en tu último refugio lo que hasta el momento se llamó tu último peligro! Recorres tu camino de grandeza: ¡ahora es necesario que tu mejor valor consista en que no quede ya ningún camino a tus espaldas! Recorres el camino de tu grandeza: ¡nadie debe seguirte aquí a escondidas! Tu mismo pie ha borrado detrás de ti el camino, y sobre él está escrito: Imposibilidad. Y si en adelante te faltan todas las escaleras, tienes que saber subir incluso por encima de tu propia cabeza: ¿cómo querrías, de otro modo, caminar hacia arriba? ¡Por encima de tu propia cabeza y más allá de tu propio corazón! Ahora lo más suave de ti tiene aún que convertirse en lo más duro. Quien siempre se ha tratado a sí mismo con mucha indulgencia acaba por enfermar a causa de ello. ¡Alabado sea lo que endurece! ¡Yo no alabo el país donde corren - manteca y miel278 Es necesario aprender a apartar la mirada de sí para ver muchas cosas: - esa dureza necesítala todo aquel que escala montañas. Mas quien tiene ojos importunos como hombre del conocimiento, ¡cómo iba a ver ése en todas las cosas algo más que los motivos superficiales de ellas! Tú, sin embargo, oh Zaratustra, has querido ver el fondo y el trasfondo de todas las cosas: por ello tienes que subir por encima de ti mismo, - ¡arriba, cada vez más alto, hasta que incluso tus estrellas las veas por debajo de ti! ¡Sí! Bajar la vista hacia mí mismo e incluso hacia mis estrellas: ¡sólo esto significaría mi cumbre, esto es lo que me ha quedado aún como mi última cumbre! - Así iba diciéndose Zaratustra a sí mismo al ascender, consolando su corazón con duras sentenzuelas: pues tenía el corazón herido como nunca antes. Y cuando llegó a la cima de la cresta de la montaña, he aquí que el otro mar yacía allí extendido ante su vista: entonces se detuvo y calló largo rato. La noche era fría en aquella cumbre, y clara y estrellada. Conozco mi suerte, se dijo por fin con pesadumbre. ¡Bien! Estoy dispuesto. Acaba de empezar mi última soledad. ¡Ay, ese mar triste y negro a mis pies! ¡Ay, esa grávida desazón nocturna! ¡Ay, destino y mar! ¡Hacia vosotros tengo ahora que descender! Me encuentro ante mi montaña más alta y ante mi más larga caminata: por eso tengo primero que descender más bajo de lo que nunca descendí: - ¡Descender al dolor más de lo que nunca descendí, hasta su más negro oleaje! Así lo quiere mi destino: ¡Bien! Estoy dispuesto. ¿De dónde vienen las montañas más altas?, pregunté en otro tiempo. Entonces aprendí que vienen del mar. Este testimonio está escrito en sus rocas y en las paredes de sus cumbres. Lo más alto tiene que llegar a su altura desde lo más profundo. - Así dijo Zaratustra en la cima del monte, donde hacía frío; mas cuando se acercó al mar y se encontró por fin únicamente entre los escollos, el camino lo había cansado y vuelto aún más anheloso que antes. Todo continúa aún dormido, dijo; también el mar duerme. Ebrios de sueño y extraños miran sus ojos hacia mí. Pero su aliento es cálido, lo siento. Y siento también que sueña. Y soñando se retuerce sobre duras almohadas. ¡Escucha! ¡Escucha! ¡Cómo gime el mar a causa de recuerdos malvados! ¿O tal vez a causa de expectativas malvadas? Ay, triste estoy contigo, oscuro monstruo, y enojado conmigo mismo por tu causa. ¡Ay, por qué no tendrá mi mano bastante fortaleza! ¡En verdad, me gustaría redimirte de sueños malvados! – Y mientras Zaratustra hablaba así, se reía de sí mismo con melancolía y amargura. «¡Cómo! ¡Zaratustra!, dijo, ¿quieres consolar todavía al mar cantando? ¡Ay, Zaratustra, necio rico en amor, sobrebienaventurado de confianza! Pero así has sido siempre: siempre te has acercado confiado a todo lo horrible. Has querido incluso acariciar a todos los monstruos. Un vaho de cálida respiración, un poco de suave vello en las garras -: y enseguida estabas dispuesto a amar y a atraer. El amor es el peligro del más solitario, el amor a todas las cosas, ¡con tal de que vivan! ¡De risa son, en verdad, mi necedad y mi modestia en el amor!» - Así habló Zaratustra, y rió por segunda vez: entonces pensó en sus amigos abandonados -, y como si los hubiera ofendido con sus pensamientos, enojóse consigo mismo a causa de éstos. Y pronto ocurrió que el que reía se puso a llorar: - de cólera y de anhelo lloró Zaratustra amargamente.

Sócrates-Y es que he aquí el monstro más temible la voluntad conociéndose a sí misma y esta se sabe ficción en la conciencia, porque solo así  puede reconocerse como un espíritu, como una lucha perpetua por la libertad, si en la naturaleza sobrevive el más fuerte, en el espíritu no se trata de sobrevivir sino de la voluntad creadora y destructora de mundos, mírate pues en Dios y junto a Lutero cree que Dios te ha salvado no hay más tu eres en él, Dios es la gran ficción fundamento de todas las ficciones, no hay logos no hay razón sin esta ficción, dirás que no soportaste la muerte de Dios, pero es su propia muerte la que te lleva a su vida un Dios que muere siempre será un Dios que resucita, luego tomaras el ascetismo de San Antonio de San francisco y será la base de tu ética protestante , sabrás ahorrar, esperar ,invertir estando dispuesto a perderlo todo    porque has logrado hace quenada te importe, como un guerrero has descubierto su secreto todo estaba en la estética ese era el fundamento del deber puro ese era el nexo del poema , la transferencia se da en la proporción estética y esto requiere de gran intuición  pero primero debes de entrenar tu levedad del ser desapegándote renunciando a todo hasta a la última imagen de tu pasión en la mente, luego viene la caída del rayo en la gravedad del devenir y por último la voluntad se conoce a si misma el fin justifica los medios ¿Pero cuál es el fin? El Espíritu, la libertad, llámalo reino de Dios y legitimaras el imperio, llámalo iglesia y legitimaras el feudo, llámalo revolución y legitimaras el capitalismo esa es la estructura del poder, pero comprendes es dialéctica no niegues a Dios integrado, no niegues al santo intégralo   sé un revolucionario enviado por Dios santificado por la iglesia y tu poder será poder   por fin será un sujeto no como aquel que esta sujetado sino como aquel que es lo sustantivo , aquel que hace la acción en la oración.          

Teeteto- ¿Pero tú no eres el Cristo?

Sócrates-No yo soy el David, https://www.youtube.com/watch?v=jqC7U7UyTh0 y mi voluntad infiere    una regla general que rara vez o nunca falla: que el que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina. Porque es natural que el que se ha vuelto poderoso recele de la misma astucia o de la misma fuerza gracias a las cuales se lo ha ayudado.

Porque, en verdad, el único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla.

Porque las ofensas deben inferirse de una sola vez para que, durando menos, hieran menos; mientras que los beneficios deben proporcionarse poco a poco; a fin de que se saboreen mejor.

todo príncipe que quiera mantenerse aprenda a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo con la necesidad.

Y fui antes el Abraham y tuve fe y por esa fe tengo la autoridad y el poder y fui también Moisés y mi razón dio los mandamientos hasta alcanzar el deber puro y el querer continuo sin ningún final pulsando eternamente satisfaciéndose en su insatisfacción y ahora soy David y tengo el corazón de Dios.

Teeteto-Están locos

Zaratustra-Y por lo mismo somos completamente racionales hemos logrado la liberación del rey, de los aristócratas y de los demócratas pero no es justo que solo ellos tengan la estructura del poder, se necesita la liberación de los proletariados, de las mujeres y de los locos y entonces se podrá libar al amor y llegaremos a María a Cristo

 

Logos iglesia

https://www.youtube.com/watch?v=HthVx1eJZVA

El camino de la flor de loto

https://www.youtube.com/watch?v=0GWe3icoHtk&t=7s

Te curo te cuido

https://www.youtube.com/watch?v=QNeMXdt0aVM

 

Energía

https://www.youtube.com/watch?v=H_2nAT0gLXA

 

Deseo

https://www.youtube.com/watch?v=3DcaDe_bLJg

Princesas   

 https://www.youtube.com/watch?v=HNABTbAdAWk

Príncipes

https://www.youtube.com/watch?v=sdwG9jEXlWQ

Princesas Vs príncipes

https://www.youtube.com/watch?v=1AOnGQmEav8

Teeteto-Quiero poder comprender explícame que es la transferencia, hemos visto la transferencia en la energía, en el libido y ahora en la voluntad pero el concepto no me queda claro   

Sócrates- La transferencia es una ficción es la ficción mayor de la conciencia la cual le permite ser un sistema abierto a diferencia del cosmos que va hacia la entropía la conciencia retorna a su origen siempre a su paraíso a ese retorno lo llamamos fe, porque retornamos al axis mundi al ideal a lo real, en la conciencia si podemos hacer que el tiempo retorne como tal no es irreversible, podemos alcanzar el cero absoluto y el ser absoluto, podemos alcanzar a Dios al Espíritu absoluto y desde ahí transferir su ser, la clave está  en nuestro deseo , en su pulsión, mira bien el reflejo de la fe está  en la energía que se mueve  hacia la flecha entrópica, no puedes soportar tu destrucción, creas a Dios, un triángulo perfecto, un equilibrio transferencial, de ahí parte toda traferencia, ¿Cuánto tiempo tomo crear a Dios? Millones de años pero él desde la eternidad nos creó primero, lo que tu llamas materia no es más que el contenido de la conciencia  su forma perfecta es Dios.

 

Teeteto-Hay una realidad está duele, hiere, se transforma

Zaratustra-Por supuesto pero lo real es el equilibrio perfecto como un motor inmóvil solo ahí la conciencia se encuentra a sí  misma y descansa y gracias a ese equilibrio todo se mueve

Teeteto-Eso es teleología      

Sócrates-La cual solo pude ser soportada desde la conciencia, ella se tiene como fin a si misma

Teeteto-Pero la conciencia no es otra cosa que la ficción dela voluntad eso fue lo que tu dijiste

Zaratustra-Así como la voluntad no es más que la conciencia tratando de representarse a sí misma   y en el camino de la representación se pierde a si misma por esto la voluntad de ser es tan importante por eso la retransferencia volviendo a  Dios, luego podemos transferir modelos nuevos crear  y destruir mundos.     

Teeteto-¿Cómo puede la conciencia soportar la violencia, la crueldad, acaso no se sabe una en Dios con todos?

Zaratustra-Porque destruye aquello que se opone a la transferencia, que no es otra cosa que la ilusión de movimiento

Teeteto-¿Pero porque destruir si es solo una ilusión?

Sócrates-Porque estamos hechos del mismo material que está  hecho los sueños

Teeteto-¿Somos ilusorios?

Zaratustra-Somos los sustantivos de nuestra propia ficción por esto la estructura del poder se basa en la transferencia si tu caes en mi mito, en mi sueño yo te destruiré y te construiré.

Teeteto-Yo no quiero caer en tus sueños

Zaratustra-Mis sueños se hacen sistema, se objetivan, el sueño del sustantivo del sueño se llama capitalismo, cada revolución legitima su poder, aunque cada revolución intenta destruirlo.

Teeteto-En este punto no comprendo y si comprendiera tener que aceptar que mi conciencia es un sueño  y que toda la cultura es más bien la pesadilla de mi sueño y que esta se construye a partir de la transferencia que no es otra cosa que la ilusión del movimiento de mi conciencia ¿acaso podría dejar de transferirme?

Sócrates-No, podrías ir al origen de tu sueño renunciar a ser el sustantivo de él y dejar al verbo a cargo

Zaratustra-O podrías matar al verbo quedar en una contra transferencia irracional para siempre →…←   renunciar al código binario a ser y a no ser y vivir en la pulsión del deseo pero la voluntad no se realizaría.

 

Teeteto- Siempre hablan del espejo

 

Dios equilibrio su espejo es la energía el desequilibrio

Razón logos su espejo es el deseo la libido  

  Espíritu Voluntad

Ambos son filósofos reflexionan es decir que cruzan el espejo y las cosas son distintas cuando se ven de una lado y del otro pero nosotros estamos viendo desde la voluntad más esta cruza el espejo en la voluntad de ser y va hacia el espíritu y se llama libertad, monárquica, aristocrática y democrática al volver da un paso hacia adelante dialécticamente y hace prevalecer su voluntad de poder destruyendo y construyendo hasta degenerarse ¿Pero ustedes dijeron que llegaría un punto en que no se degeneraría? ¿Acaso el espíritu no puede llegar a un equilibrio con su relfejo y anularlo y a la vez anularse?

      Zaratustra-Si pero esto no se logra en la democracia, toda cracia es una nada

 

0→1→0→1→0→1→0→1→01  

 

La cual está  legitimada en el ser pero como tal sin esa legitimación es destrucción, pura destrucción y crueldad.

Teeteto-Abandonemos toda voluntad

Sócrates-La única manera de abandonarla es realizarla

Zaratustra-La única manera de realizarla es ir a su origen donde ella se destruye a si misma, donde ella se vuelve agonía y desesperación ¿Conocéis esa sensación atroz de fundirse, de perder todo vigor para fluir como un arroyo, de sentir que nuestro ser se anula en una extraña licuación como si se hallase vacío de toda sustancia? No estoy hablando de una sensación vaga e indeterminada, sino de una sensación precisa y dolorosa. ¡No sentir ya más que nuestra cabeza, separada del cuerpo y aislada de manera alucinadora! Lejos del agotamiento voluptuoso que se siente contemplando el mar o dejándose invadir por ensueños melancólicos, se trata de un agotamiento que nos consume y nos destruye. Ningún esfuerzo, ninguna esperanza, ninguna ilusión pueden seducirnos ya cuando lo padecemos. Permanecer estupefactos ante nuestra propia catástrofe, incapaces de pensar o de actuar, anonadados por tinieblas glaciales, desorientados como si nos hallásemos sometidos a la influencia de alguna alucinación nocturna o abandonados como en los momentos de remordimiento, significa alcanzar el límite negativo de la vida, la temperatura extrema que aniquilará nuestra última ilusión. En ese sentimiento de agotamiento se manifestará el sentido verdadero de la agonía: lejos de ser un combate quimérico, ella refleja la imagen de la vida que lucha en las garras de la muerte, con muy pocas posibilidades de vencer. ¿La agonía como combate? ¿Un combate contra quien y por qué? Sería cometer un error interpretar la agonía como un impulso al que su propia inutilidad exalta, o como un tormento cuya finalidad se hallase incluida en sí mismo. Fundamentalmente, agonizar significa ser martirizado en la frontera entre la vida y la muerte. Siendo la muerte inmanente a la vida, esta última se convierte, casi en su totalidad, en una agonía. Por lo que a mí respecta, sólo llamo instantes de agonía a las fases más dramáticas de esa lucha entre la vida y la muerte, en las cuales se vive la segunda de manera consciente y dolorosa. La agonía verdadera nos hace alcanzar la nada a través de la muerte; la sensación de agotamiento nos consume entonces inmediatamente y la muerte obtiene la victoria. En toda verdadera agonía encontramos ese triunfo de la muerte, y ello incluso si, una vez pasados los instantes de agotamiento, continuamos viviendo. ¿Dónde está, en semejante suplicio, el combate quimérico? ¿No posee la agonía, de todas formas, un carácter definitivo? ¿No se parece a una enfermedad incurable que nos tortura intermitentemente? Los instantes de agonía indican un progreso de la muerte en detrimento de la vida, un drama de la conciencia originado por la ruptura del equilibrio existente entre la vida y la muerte. Esos instantes sólo se producen en plena sensación de agotamiento, cuando la vida ha alcanzado su nivel más bajo. Su frecuencia es un índice de podredumbre y de desmoronamiento. La muerte es la única obsesión que no puede volverse voluptuosa: incluso cuando la deseamos, ese deseo va acompañado de un arrepentimiento implícito. Quiero morir, pero lamento quererlo: eso es lo que sienten todos aquellos que se abandonan a la nada. El sentimiento más perverso que existe es el  sentimiento de la muerte. ¡Y pensar que hay gente a la que la obsesión perversa de la muerte impide dormir! ¡Cuánto me gustaría perder toda conciencia de mí mismo y de este mundo!  

Sócrates-La democracia se basa en la demagogia en el poder maquiavélico que seduce y hace temblar, en la sociedad el espectáculo y la bomba atómica por eso es necesario liberar al trabajador pero el trabajador dice Dios ha muerto y entonces su fuerza se hace débil, cae en la incertidumbre en la irracionalidad, no tiene certeza, el dirá tengo la certeza de mi propia revolución, pero su revolución no es propia el proletariado no es sustantivo es verbo y como tal  si se pode a reflexionar se destruye su poder está  en el no ser, en este no tener, una vez que tiene y se refleja se constituye como burgués  y ya no es voluntad de poder, el proletariado tiene que verse en Dios sino caerá en la biopolítica, que no es otro cosa que el liberalismo usando la ciencia para administrar los cuerpos, el marxismo si deja de lado su emancipaciónno es más que un funcionalismo biopolitico muchó peor que el liberalismo.

 

Zaratustra-Grave error el de la voluntad de poder el no querer reflejarce en la voluntad de poder como el Dasein tendrá una existencia autentica sino reconoce el sujeto del verbo en la oración, sus revoluciones solo serán accidentes.

Sócrates-Y cuando lleguen las mujeres su revolución solo será una pulsión en un tránsito de ida y venida pero que no va a ningún lado.

Zaratustra-De la biopolitica se pasara a la necro política  donde se simulara la vida en el algoritmo pero ya no habrá emancipación, el espíritu habrá muerto y con el toda voluntad  

Teeteto-¿Pero no era eso lo que queríamos acabar con la voluntad y el espíritu?

Sócrates-No, lo que queríamos era su realización no la simulación de su realización en un video juego, el ciborg no es voluntad de poder ni voluntad de ser es la administración de la transferencia   y como tal es la cárcel perfecta donde hay “libre” flujo cuando en realidad todo está  controlado, por eso es tan importante liberar a los locos para que el flujo se tal que ni siquiera el ciborg lo pueda controlar.

 

Teeteto-Pero lo que piden es que el loco se haga consciente de su locura, entonces ya no estaría loco         

Sócrates-Nunca lo estuvo el otro lado de la locura es la razón, reconoce tu reflejo y vamos al gran armagedon, han sido liberados ya todos, el proyecto emancipador se ha resuelto, la última cárcel la del ciborg debe ser derribada.

Teeteto-Pero sin amor sus voluntades de poder los destruirán

Zaratustra-Es cierto amado amigo, el poder maquiavélico se basa en que el fin justifica los medios pero el poder del ciborg se basa en el medio sin ningún fin pero el fin no es la cracia ni la libertad es decir no es la voluntad ni el espíritu sino el amor en el que ambos se destruyen y construyen si la voluntad se hizo voluntad de ser fue por amor y si la  voluntad se hizo voluntad poder fue por amor.

 

Teeteto-¿Entonces el medio justifica el fin o es el fin el que justifica el medio?

Zaratustra-El amor es origen medio y fin.  

  

  

      

 Diacrítica  




 



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Maestro de dónde se inventaron el NO SER, acaso Dios es Un no SER y sin embargo ES, como puede No ser siendo lo que es?

Su espejo

Déjame contarte hay un hombre que esta crenado robots cada vez mejores: el j1 es increíble pero el necesita darle forma humana, el J2 es mucho mejor tiene emociones al punto que este robot termina suicidándose cuando el creador logra el j3 el cual es idéntico a su esposa para eso ha creado a los robot, tiene la conciencia de su esposa en una archivo digital, al punto que puede hablar con ella pero pronto este archivo tendrá que cesar ya no se podrá mantener la conciencia de su esposa y él se tiene que despedir, más su plan es pasar la memoria de sus esposa al robot pero cuando el robot se entera de ese plan ,no lo acepta y de pronto la compañía para la que el hombre trabaja se ha dado cuenta de que el usa los recursos para sus proyectos personales   así que vienen embargarlo, el trata de impedir esto pero ya es muy tarde, en esos últimos minutos le ruega a J3 que se deje poner la conciencia de su esposa le explica que él quiere redimirse reparando el daño hecho, él estaba conduciendo , él tiene la culpa, J3 se conmueve y se deja poner la memoria de su esposa. ¡Lo ha logrado! Pero de pronto el teléfono suena, ¡No puede ser su esposa no lo puede estar llamando! se supone que ya paso la conciencia al robot, L3 le pide que no conteste, que no conteste pero él no puede evitarlo al otro lado del espejo su esposa le dice que esta será la última llamada que su archivo se va a borra y que tiene una hija  y entonces él se  da cuenta que no es.

Edson-Ah tú lo estas llevando por otro lado, pero si él no es, ¿Qué  es?

El continuo reflejo es como en mi sistema

Tú dices el ser es

1→0→1

0←1←0

Pero desde el otro lado del espejo tú  no eres, esto sucede cuando empiezas a reflexionar, en el nivel de entendimiento tu dice esto es y no puede dejar de ser porque sino pierde coherencia y no te das cuenta que estás loco y justamente la locura consiste en tratar de encontrar la coherencia en tu reflejo y no te das cuenta que tu reflejo es inconsitente pero cuando te das cuenta que la tierra no estaba en el centro que el tiempo no es absoluto, que no existe la materia negra, tu espejo se cae y saltas a otro y a otro eso es lo que nos enseña Hegel , el noumeno es el pasar de un reflejo al otro, lograras tu síntesis y dirás este es el reflejo pero luego te darás cuenta que no es y crearas un nuevo ser, asi funciona el ser lleva al no ser y el no ser al ser  infinitamente.

Edson-¿Y entonces todos estamos locos?

Así  es pero hay locos filósofos que saben que están en un reflejo

Edson-Pero no pueden salir de él, así se abstengan como buda al final crearan la locura de la iluminación.

Así se queden en el tránsito, entre el ser y el no ser como los pos modernos ellos están entre los reflejos atrapados en otro reflejo, así realices tu reflejo plenamente este se develara en el culmine como inconsistente.

El Espíritu y la voluntad se encuentran este le grita Voluntad dime tu verdad ella responde si te digo tú me dirás la tuya el afirma entonces ella revela: el fin justifica los medios. Demuéstralo responde el Espíritu, ella pasa a luchar y a luchar, ya luchar el espíritu le dice sal del medio cumple tu fin !!!! Ella responde : No puede-El espíritu concluye esa es mi verdad no hay fin.

Edson-Pero el espíritu crea los fines

Así es el los crea mira con atención la estructura del poder

Primer cuadro

Horus y Seth están en una lucha eterna, siendo el motor de la civilización egipcia y de pronto de toda la nuestra es la lucha del bien y el mal  esto empezó cuando Osiris  y Seth peleaban por Isis, Seth desmembró  a su hermano y se hizo con el reino pero no con Isis la cual logro hacer resucitar con la ayuda de su doble cuántica Nenfis a Osiris, lo único que no encontró fue su pene el cual tuvo que armar de la nada logrando tener sexo con su esposo el cual resucita en el otro mundo pero su semilla logra engendras a Horus ,e ste ya grande con la bendición de su padre lograra inseminar a Horus el cual siempre quiso violarlo para poner en el sú semilla, mas cuandos e encontraron Horus llamo a Horus y este respondio desde las entrañas de Seth el cual se había comido la semilla de Horus,a si este Dios del bien le gano al mal , pero no destruye al mal , al contrario le da reinos en el desierto y la lucha del bien y del mal se convierte en la fuente de la energía de la civilización egipcia.                     

 

Segundo cuadro

Hamlet con Claudio la misma relación sobrino Tío solo que ahora el sobrino duda ha perdido su fe , es solo razón y necesita pruebas de la maldad del tío para cuando las consiga será muy tarde todo quedara destruido , Hamlet destruye el mal pero al destruir su reflejo se destruye a si mismo.

Tercer cuadro la revolución francesa  Rosseau primero luego la lucha entre Danton y Robespierre para finalizar con Napoleon la pregunta es quein hizo la revolución el tio o el sobrino, el Espíritu o la voluntad , no hay respuesta un reflejo se enmascara en el otro son y no son al mismo tiempo.  

 

A la parte final del texto respondo desde allí hacia atrás del texto: Es cierto que "se enmascara en el otro y que son y no son al mismo tiempo" pero esto dicho es solo un recurso del lenguaje circense, es como si mojo una hoja de papel por una parte y entonces pregunto: esta mojada o No mojada la hoja ? y la respuesta mayoritaria por costumbre es que está MOJADA pero el "Pensador" dira que tambien está NO MOJADA(como si se tratara de una sóla cosa, pero no, ya que usa dos palabras, dos realidades para hablar de una en oposicion a la otra que se expresa con una sola palabra) ya que no se mojó toda sino en parte y esa parte en vez de decir que está SECA usa un recurso del lenguaje para desdecir lo obvio y parecer que introduce novedad a la realidad de la cosa percibida, que está NO MOJADA en parte y significa simplemente que esta SECA en parte y MOJADA en parte a la vez( y con esto se CAE en su propia logica absolutista el primer principio de la filosofía: principio de identidad, que bien puede servir con cosas abstractas como 1 es igual a 1 pero que resbala y cae de cabeza perdiendo el norte al tratar con la Materia rebelde de ser encasillada) , muchas cosas tienen su antonimo en español con sus limitaciones de vocabulario y de expresión como en todo idioma, entonces si lo claro es lo contrario de obscuro cual es lo contrario del SER, es acaso el NO SER ? eso está como si dijera que el antonimo de CARA es NO CARA o de PERRO es NO PERRO y presentado así es un gran chiste incluso para un niño que lo escucha porque le quitamos su rimbombancia filosófica al lenguaje seudo-profundo, seudo-revelador y lo desnudamos para mostrar que es un arlequin que se viste de dorado y maquillado su rostro como colores se aparece mas agradable a los sentidos pero solo para aparentar y para entretener ya no sólo al rey y la corte y se consolida como bufón oficial Sino que además cuando entretiene al populorum deslumbra por su apariencia de arcoiris y sol relumbrante pero que en el fondo sigue siendo un bufón cuya única fama y función es y ha sido siempre la misma, osea entretener sin más ni más, porque no aporta nada a la realidad ni la desnuda sino que piruetea y sorprende a veces con las volteretas verbolabiolinguales( porque, para que decir "verbales" si suena común y falto de sofisticación, esto es bufoneria y tenemos que lucir bien ante el rey, la corte, la plebe, todos bipedos o cuadrupedos, el show por el show, la funcion de la palabra en TV) y giros expresionoides( porque, para que decir expresivos si suena común y superficial cuando podemos añadir complejidad y si se puede Súper complejidad y quien sabe nos inventamos un nuevo Superheroe y lo llamemos el SuperHombre,Ubermann o SuperMan, no importa sino impresionar con algo sacado de la manga para sorprender mientras dura la emocion del show ambulante ) ...

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Emanuel

 

Y Sigo diciendo del texto mientras retroceso subiendo : los mitos egipcios bah que explican ? Que Horus vencía a Seth en una lucha titánica sobrehumana o simplemente Que el día vencía a la noche y a todas sus estrellas para luego vencer la noche y bla bla bla cuentos para niños con los que se adoctrinaba al pueblo para justificar su religión de monarquia impuesta tal como lo siguen haciendo las realezas modernas basadas en su autoproclamado origen divino apoyado por otros que siendo vasallos parasitos del rey necesitan de la jerarquia de sometimiento y servicio ... Me cansé 😔

 

 

 

 

Es cierto para el Rey somos bufones pero este sospecha algo por eso llama al pintor para que le pinte el último cuadro, luego del cual lo matara, pero el pintor entra en su cuadro y se va de este mundo y tú dirás es solo imaginación y yo te diré  esta es la base de todo conocimiento y entonces porque un artista un creador como tu ¿Quiere explicaciones de la metáfora? ¡No te das cuenta! Encima dices que la base de la filosofía es el principio de no contradicción, nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo la filosofía es reflexión es cruzar el espejo una y otra vez la única ciencia admisible es la del logos como ciencia orgánica en el transfererirse de un reflejo al otro, por favor sal de la caverna voltea la mirada ¡Que ves!!! Pues a tu conciencia ye n ella hay una representación y dentro de esta representación otra representación y dentro de esta otra, otra y así infinitamente  ¿Cual representación es la verdadera? Ninguna y todas y que el reflejo no puede conocerse a sí mismo más que mediante un reflejo así yo  te doy el reflejo de Horus que reflejo ahí a Dios  en su permanente lucha de bien y mal , Osiris está más allá  de esa lucha pero su logos Horus nos dice en la lucha siempre hay una luz que vence a la sombra ¿Pero y porque no Seth es Dios? ¿Acaso no puede ser Horus la sombra?

Mira este cuadro es el pueblo están sacándose la mierda se muerden como perros

Pueblo→←Pueblo

Pero luego se tocan se hacen el amor se traspasan uno al otro y hacen cultura

Pueblo←→ Pueblo  

Y de pronto el poder los separa es Osiris separando a los hijos de Seth , ha toma su energía y ahora momifica su cultura.

Del lado de Seth Osiris, Horus no son, ellos son la elite que toma la energía del pueblo con el pretexto de ordenarla, cuando la energía deviene del conflicto de esta pulsión tanática.

 

  Y que paso entre Claudio y el papá de Hamlet acaso Gerturdis no estuvo siempre enamorado de Claudio y el papá de Hamlet se la quitó cuando subió  al poder, del lado de Claudio Hamlet es hijo de la violencia del poder y es esta violencia la que él quiere superar.

¿Y que es la revolución? Sino la entronización de la razón, será esta misma la que acabe con la voluntad de libertad.

Y entonces tenemos el espejo:

FE Dios                    Razón Hamlet             Espíritu revolución

Energía pueblo         Deseo Claudio            Voluntad libertad 

 

¿Y que hay en el medio?

Amor

Eso es lo único que realmente hay así  el amor es dar lo que no se tiene y es así  como el pueblo crea a Dios

Dios

Amor erótico

Pueblo

Luego la razón con su amor platónico bajara y nos dará al deseo

Razón

  Amor platónico

↓ 

Deseo

 

Y por último el amor filial, unirá  al espíritu y a la voluntad en una unidad de hermanos   

        

Revolución  

Amor filial  

  ↓

Voluntad 

 

He aquí la sintraferencia

 

¿Acaso no es este Dios?

Padre equilibrio libertad →Hijo desequilibrio poder →Espíritu Santo Amor

 

 Por supuesto que sí   y por supuesto que no, porque cada reflejo es inconsistente más aun a pesar de eso el hombre no se cansa de crearlos.

 

Edson-Quisiera decir que el lado del orden es el verdadero y que lo otro es una ausencia del bien pero tú  me dirás salta el espejo y míralo desde el otro lado, Ousia era un bien materia con Platón fue un bien interior de nuestra conciencia y con Aristóteles un bien hilemorfista, pero el juego no se detiene en Aristóteles.

El juego nunca se detiene es como Alicia en el espejo pasas de un cuadro del ajedrez al otro pero solo que en un tablero de go infinito.

Y tu religión es el reflejo simbólico

Y tu arte es el reflejo artificial expresivo

Y tu filosofía es el reflejo conceptual sin los otros reflejos no se hubiera podido crear este

Y la ciencia es el producto del reflejo invirtiéndose en experimentación para lograr un nuevo reflejo pero no deja de ser un reflejo.

Que podemos deconstruir porque realmente solo hay el medio

Que podemos mirar simultáneamente

Hasta hundirnos en la incertidumbre

Para alcanzar la gracia

 

Existen muchos artificios que nos alejarían de la fascinación de trascender nuestro apego ciego a la vida; pero sólo la gracia produce un desapego que no rompe el vínculo con las fuerzas irracionales de existencia, pues ella es un salto inútil, un ímpetu desinteresado en el que el encanto ingenuo y el ritmo confuso de la vida conservan su lozanía. Toda gracia es un vuelo, una voluptuosidad de la elevación. Los gestos de la gracia evocan, en su despliegue, la impresión de un vuelo planeado por encima del mundo, ligero e inmaterial. Su espontaneidad posee la delicadeza de un aleteo, la naturalidad de una sonrisa y la pureza de un ensueño primaveral. ¿Acaso la danza no es la expresión más viva de la gracia? El sentimiento de la vida que da la gracia convierte a ésta en una tensión inmaterial, en un flujo de vitalidad pura que no sobrepasa nunca la armonía inmanente a todo ritmo delicado. La gracia actúa siempre como una fantasía de la vida, como un juego gratuito, como una expansión que halla sus límites en el interior de sí misma. De ahí que produzca la ilusión agradable de la libertad, del abandono directo y espontáneo, de un sueño inmaculado desbordante de claridad. La desesperación, por el contrario, expresa un paroxismo de la individualización, una interiorización dolorosa y singular, un aislamiento sobre las cimas. Todos los esatados que resultan de una ruptura y nos conducen a las cumbres de la soledad intensifican la individualización y la llevan a su paroxismo. La gracia, en cambio, conduce a un sentimiento armonioso, a una realización ingenua, que excluye la sensación de aislamiento. Ella crea un estado de ilusión en el que la vida niega y trasciende sus antinomias y su dialéctica diabólica, en el que las contradicciones, lo irreparable y la fatalidad desaparecen temporalmente para ser sustituidos por una especie de existencia sublimada. Sin embargo, por muy rica que sea la gracia en sublimación y pureza aérea, éstas no alcanzarán nunca las grandes purificaciones de las cimas en que se realiza lo sublime. Las experiencias corrientes no conducen jamás la vida a un punto de tensión paroxístico, de vértigo interior, no emancipan de la gravedad ni vencen —ni siquiera temporalmente— la gravitación, símbolo de la muerte. La gracia, por el contrario, representa una victoria sobre la presión de las fuerzas de atracción subterráneas, una evasión de las garras bestiales, de las propensiones demoníacas de la vida y de sus tendencias negativas. La superación de la negatividad es uno de los aspectos esenciales del sentimiento gracioso de la existencia. Que nadie se extrañe en absoluto si la vida aparece entonces más luminosa, envuelta en un resplandor radiante, sobrepasando lo demoníaco y la negatividad hacia una armonía formal, la gracia logra el bienestar más rápidamente de lo que podrían hacerlo los caminos complicados de la fe, en la cual dicho bienestar no se logra más que tras contradicciones y tormentos. ¡Qué diversidad en el 48 mundo! —pensar que existe, al lado de la gracia, un temor constante que nos reo hasta el agotamiento... Quien no ha experimentado el miedo a todo, el terror del mundo, la ansiedad universal, la inquietud suprema, el suplicio de cada instante, no sabrá nunca lo que significan la tensión física, la demencia de la carne y la locura de la muerte. Todo lo profundo surge de la enfermedad; todo lo que no procede de ella no tiene más que un valor estético y formal. Estar enfermo es vivir, quiérase o no, sobre cimas, las cuales, sin embargo, no representan únicamente alturas, sino también abismos y profundidades. Sólo existen cimas abismales, puesto que de ellas puede uno despeñarse en cualquier instante; y son precisamente esas caídas las que permiten alcanzar las cumbres. La gracia, por su parte, representa un estado de satisfacción, por no decir de felicidad: en ella no hay abismos ni grandes sufrimientos. Si las mujeres son más felices que los hombres es porque la gracia y la ingenuidad son en ellas mucho más frecuentes. Ellas también padecen por supuesto enfermedades e insatisfacciones, pero su gracia candorosa les proporciona un equilibrio superficial que no podría desembocar en tensiones peligrosas. La mujer, desde un punto de vista espiritual, no corre ningún peligro, dado que en ella la antinomia de la vida y del espíritu posee una intensidad menos que en el hombre. El sentimiento gracioso de la existencia no conduce en absoluto a revelaciones metafísicas, a la perspectiva de los últimos instantes o a la visión de realidades esenciales, las cuales nos hacen vivir como si hubiésemos dejado de vivir. Las mujeres desconciertan: cuanto más pensamos en ellas, menos las comprendemos. Proceso análogo al que nos reduce al silencio a medida que reflexionamos sobre la esencia última del mundo. Pero mientras que en ese caso permanecemos estupefactos ante una infinitud indescifrable, el vacío de la mujer nos parece un misterio. La misión de la mujer consiste en permitir que el hombre evite la presión torturadora del espíritu; ella puede ser una salvación. No habiendo logrado salvar el mundo, la gracia habrá por lo menos salvado a las mujeres.

Edson-¿Estas bien?

¿A que te refieres?

 

Edsón-Es que hablamos siempre de abstracciones pero ahora me doy cuenta que no te conozco        

El otro día fui con una psicoanalista, ella me escribió y yo le pedí  que me psicoanalizara, a cambio yo le enseñaría filosofía, me cancelo varias semanas hasta que por fin se atrevió  a recibirme  y lo primero que hizo fue contarme su historia con lujo de detalles esa sinceridad me conmovió  y yo le conté  la mía, ap termina me dijo que yo no necesitaba psicoanálisis, según ella era una persona feliz, hacia lo que quería.

Edsón-¿Y eres una persona feliz?

Lo soy, soy una persona feliz, siempre lo he sido es como inevitable en mí al punto de disfrutar mi agonía y desesperación.

Edsón-Y ¿Teresa?

Ella nunca ha perdido la gracia

Edsón-me hablas de gracia y se me viene el recuerdo de un payaso en una escena donde el cantaba un bolero con su terno blanco, sabes a mí nunca me gusto el bolero, a mi padre le encantaba pero yo odiaba a ese borracho y ahora de pronto lo único que quiero hacer es cantar boleros, ¿Tus hijos cantan boleros?

No ellos detestan la filosofía y el arte

Edsón –Entonces lo has hecho bien pronto la semilla plantada brotara y el payaso romperá la botella subirá por una telas haciendo acrobacia ahí arriba se suicida mirado desde este lado del espejo, desde su lado  el entra en gracia plena.