martes, 2 de noviembre de 2021

Meta expresividad en el Perú

 Meta expresividad en el Perú

 

Para hablar con el Arcángel Miguel caído y en su caída humano, es necesario hacer vibrar mis metagramas y es que Miguel hizo estallar sus tímpanos para no escuchar, por lo menos para no escuchar con los oídos y si con todos sus otros órganos sobre todo con el corazón y así me mira como desde una montaña   y me habla con su voz de millares de hombres dolidos a los que no se les dio tiempo de expresar su verdad.

 

Primera vibración Andina Anahata  instinto humano naturaleza conciencia, los rayos del sol clavan a Miguel y el dolor de su musa perdida hace que sangren todos sus poros, lo que nos obliga a caminar junto al rio chili y él puede lavar su conciencia por un tiempo, Miguel es el rio desiertico clavado por el sol       

 

Segunda vibración Griega Vishudha Manipura   Naturaleza mitológica →conciencia→instinto humano el Ángel danza con el espíritu su cuerpo no le da más, no son solo sus oídos sus ojos dejan de ver y entonces surge la imagen del vaso que cae en odisea en el espacio, y Miguel se rompe se desintegra, la necesidad de hacer su obra  su egonaufragio, lo oprime desde adentro y todas las máscaras lo hacen caer, por más que abrazo sus alas, no puedo contenerlo.

 

Tercera vibración Dharmica Ajña svadhisdhara  DeseoConciencia del Maia Nirvana   Silencio exquisito las representaciones abre el teatro en la mente de Miguel y vienen los Karmas desde la flor que necesita la oscuridad y que el antes llamaba hermana, hasta el silencio de su hija cada vez más lejano, todo perdón esta ideologizado más hay un detrás del perdón, ¿Aquello por detrás de las palabras y los signos no son otros signos? No, hay un infinito o son piedras que hay que saltar para llegar  a lo que está detrás de los metasignos, solo en Dios está el continuo infinito, la esfera sin límite y entonces desde su mirada no hay signos solo la transferencias de el a nosotros y de nosotros a él, si aceptamos su perdón.

 

Cuarta vibración Cristiana Sahashara Muladhara Padre→Hijo Miguel→Espíritu santo       

 

[La construcción social de una narrativa alternativa sobre la guerra insurgente-contrainsurgente alterada por una revelación ]

En el Perú hay dos discursos oficiales sobre la guerra insurgente-contrainsurgente vivida desde 1980 hasta aproximadamente 1992 con la captura de Abimael Guzmán. El discurso militar y derechista denomina a esta guerra “lucha contra el terrorismo” y el discurso de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) del Perú que la denomina “conflicto armado interno” que cubre el espacio político centrista e izquierdista llamado moderado. El discurso de Sendero Luminoso la denomina “guerra popular” y el del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, “guerra revolucionaria del pueblo”. Detrás de cada denominación hay, por supuesto, una visión de lo ocurrido en el Perú.

Miguel-La verdad no puede ser discursiva lo comprendo el ego naufragio es vital en cada uno de estos discursos.   

La CVR comenzó su trabajo en el año 2001 y lo concluyó en agosto de 2003 por encargo del gobierno de transición de Valentín Paniagua. El término que adoptó, “conflicto armado interno” o “guerra interna”, procede del derecho humanitario internacional. Es un término jurídico. Esto es curioso, pues la mayoría de los comisionados no eran juristas, como que la vena del discurso de la CVR es más bien una construcción mucho más basada en las ciencias sociales que en el derecho.

Miguel- Tu lo hablas la necesidad de partir de una meta estructura, no desde una posición en la estructura  

Nuestra opción es hablar de “guerra insurgente-contrainsurgente” por ser un término más preciso y usado en las ciencias sociales, aunque tomado de la teoría y estrategia militar. Notablemente, el estamento militar y policial en el Perú niega que se haya tratado de una guerra, donde el enemigo sería una fuerza beligerante, sino que plantea el tema como una lucha anti-delincuencial. Por otro lado, no todos los conflictos armados. tienen una naturaleza insurgente y contrainsurgente. El término “terrorismo” es menos preciso también, porque una insurgencia puede recurrir al terrorismo sin limitarse a éste. Lo insurgente no quita lo terrorista y lo terrorista no quita lo insurgente. Por supuesto que el debate público, sobre todo a nivel mediático, lleva una gran presión por adoptar un tono condenatorio más que científico Miguel-¿Científico? ¿La posibilidad de negar mi discurso por una falsación experimental? Más la experiencia siempre será una experiencia espiritual y lo empírico su caída, si me quedara ahí cierro toda posibilidad de redención, el espíritu debe de volver al espíritu y entonces la única ciencia es la santidad que cae en la experiencia y se puede redimir de ella más la experiencia solo puede probar la caída, la redención siempre será   una cuestión de fe, la verdad es muy clara en la guerra todos caen en el terror la derecha, el centro , la izquierda oficial, la insurgente, quien cayó más, quien cayo menos es cavar más profundo el hueco de la mentira en nuestras almas       o preciso, lo cual genera suspicacia sobre cualquier denominación que no sea “terrorismo”. Es cierto también que después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos el término “terrorismo” y “guerra al terrorismo” ganó preeminencia mediática y social.

En 2003 la CVR presentó un informe final voluminoso, hecho por muchas personas y no siempre hay coherencia en los énfasis de sus diversos discursos. El núcleo comisionado, y particularmente el núcleo de funcionarios ejecutivos, provino de un entorno limeño procedente de ONGs, dirigentes políticos de partidos de la izquierda “legal”, principalmente de la Universidad Católica de Lima y secundariamente de la Universidad de San Marcos. Estas instancias recurrieron a la subcontratación de diversos intelectuales que habían trabajado previamente cada tema para que elaboren informes temáticos o geográficos. El personal “de planta” de la CVR se dedicó principalmente a hacer entrevistas a víctimas de violaciones de derechos humanos de las que salieron un archivo de testimonios y, sobre todo, una base de datos que dio lugar al estudio cuantitativo de la CVR.

Las principales y más controversiales tesis de la CVR son las siguientes

Sendero Luminoso fue el principal perpetrador de las muertes de la guerra insurgente-contrainsurgente.

Es mentira las muertes las causamos todos

Las muertes causadas por Sendero Luminoso se debieron a una estrategia premeditada de violaciones de derechos humanos, derivada de una concepción ideológica totalitaria que despreciaba la vida humana.

Las concepciones en el hombre siempre son totalitarias así sean conscientes de su relatividad cultural o subjetiva más la cultura y el sujeto ambicionan la totalidad y en ese proceso tarde o temprano despreciaran la vida humana así como volverán a amarla y valorarla si siguen caminando, pero los hombres no siguen caminando mucho menos cuando en el camino se les cruza Dios.   

En cambio, las muertes causadas por las Fuerzas del Orden (FFOO) no obedecieron a una estrategia premeditada, sino a errores iniciales producto del desconocimiento del enemigo al que enfrentaban. Más aún, las FFOO cometieron masacres de campesinos “en algunos momentos y en algunos lugares”, dejaron de lado esa estrategia a finales de los años 1980s y recurrieron a una estrategia de poner a la población de su parte, con lo cual se logró derrotar a la insurgencia.

Hay en la política la posibilidad de generar consensos engañado , seduciendo , mintiendo , esto es violencia blanda pero no es mejor que la violencia dura e incluso llega a ser mucho más maligna y pareciera no tener fin.

Las violaciones de derechos humanos ocurridas en los gobiernos de Fernando Belaúnde y Alan García implicaron una responsabilidad exclusivamente política, mientras las violaciones de derechos humanos ocurridas en el gobierno de Fujimori implicaron una responsabilidad política y personal.

No es justo hacer de Fujimori el chivo expiatorio de los derechos humanos, como tampoco es junto cargar todo el terror en el Alma de Abimael Guzmán, tarde o temprano los chivos expiatorios  devolverán la maldición que cargamos sobre ellos en nosotros y en todos nuestros descendientes  

Sendero Luminoso y el MRTA no sólo no representaron a sectores sociales con reivindicaciones políticas y sociales, sino que no tuvieron apoyo popular. Los dirigentes senderistas y emerretistas no eran campesinos, sino criollos o provincianos “desindianizados”. El apoyo que pudieron demostrar lo consiguieron por la fuerza, conminando a la gente a sumarse a sus filas.

La cabeza del Inkarri es la de Abuimael Guzman ahora solo falta el cuerpo ¿Habrá  la posibilidad de otro inkarri? O estamos condenados a perecer en nuestro sueño de libertad e integración porque hemos hecho del Inkarri un anticristo.  

Derivado de lo anterior, gran parte de la población que fue víctima de la guerra insurgente-contrainsurgente estuvo “entre dos fuegos”. No fue parte ni de Sendero y el MRTA ni de las FFOO.

Basta Dios Santo ante ti nunca habrá victimas sino victimarios y es mejor apurarnos en reconocerlo, antes que sea tarde y nuestras sombras nos terminen de devorar.

La izquierda legal 1. si bien no reaccionó a tiempo y con contundencia en su condena a Sendero Luminoso y al MRTA, 2. se enfrentó a Sendero Luminoso y el MRTA con lo cual contribuyó a su derrota.

La izquierda tuvo miedo como lo sigue teniendo ahora, y desde su miedo ya no son humanos sino ratas.

Al publicar su informe la CVR fue cuestionada principalmente por la derecha fujimorista y el estamento militar. La acusación directa al fujimorismo y la documentación de violaciones de derechos humanos por las FFOO fueron rechazadas de plano por estos sectores. La CVR tuvo una clara prioridad en acusar a Fujimori y a las violaciones de derechos humanos cometidas en su gobierno. Este cuestionamiento fue un duro ataque lanzado desde los medios de comunicación bajo influencia fujimorista.

Casi dos décadas después de la presentación del informe final de la CVR las dos narrativas oficiales han mantenido su predominio mediático, principalmente la narrativa militar derechista de los sectores vencedores de la guerra. La narrativa de la CVR ha mantenido su oficialidad principalmente por su conclusión de que Sendero Luminoso, y no el estado peruano, era el principal perpetrador de muertes durante la guerra insurgente-contrainsurgente. Sin embargo, diversos planteamientos que surgieron de la CVR han venido siendo cuestionados en las dos décadas posteriores.

Pero aparte de este cuestionamiento se produjo también un debate sobre las cifras de la CVR y sobre el discurso de la CVR en las nacientes redes sociales. Los exfuncionarios de la CVR se concentraron en defenderse del sector político que más vocalmente los cuestionaba, la derecha, y en tal contienda asimilaron toda crítica a su informe como procedente de la derecha.

Casi dos décadas después de la presentación del informe final de la CVR las dos narrativas oficiales han mantenido su predominio mediático, principalmente la narrativa militar derechista de los sectores vencedores de la guerra. La narrativa de la CVR ha mantenido su oficialidad principalmente por su conclusión de que Sendero Luminoso, y no el estado peruano, era el principal perpetrador de muertes durante la guerra insurgente-contrainsurgente. Sin embargo, diversos planteamientos que surgieron de la CVR han venido siendo cuestionados en las dos décadas posteriores.

El resultado de que Sendero Luminoso es el principal perpetrador de las muertes de la guerra insurgente-contrainsurgente no estuvo basado en los datos que la CVR pudo acumular, sino en una proyección estadística que fue cuestionada desde el día uno de su publicación. Esta proyección fue ejecutada bajo un método indirecto que inflaba en número de muertes perpetradas por Sendero Luminoso. Mientras en los datos documentados el mayor perpetrador era el estado, en las proyecciones de la CVR, el mayor perpetrador era Sendero. Los consultores contratados para este resultado estadístico lo diseminaron con gran jactancia como ejemplo de que los datos originales llevaban a conclusiones incorrectas, mientras que sus métodos estadísticos sí daban cuenta de la realidad subyacente invisible a simple vista. Se trató de un trabajo cuantitativo que tuvo implicaciones cualitativas, pues esta reversión de responsabilidades, obtenida defectuosamente, se convirtió en un punto central de la narrativa de la CVR. Estas conclusiones de la CVR fueron cuestionadas ni bien se publicó el informe final (ver Rendon 2010a,2010b).han sido desafiadas recientemente (Rendon 2019a, 2019b), mostrándose que no hay reversión de resultados de los datos originales: las FFOO son el principal perpetrador antes y después de una proyección estadística bien realizada.

No todas la acciones de Sendero Luminoso fueron como la masacre de Lucanamarca. Sendero Luminoso apostó a ganarse el apoyo campesino con la coerción, pero también con el consenso y la negociación (Caro Cárdenas 2014). Muchas de las muertes ejecutadas por los bandos armados contaron con la aprobación de sectores inicialmente no beligerantes. De hecho, en las narrativas oficiales hay inexactitudes flagrantes: la CVR atribuyó la ejecución de la masacre de Lucanamarca al escritor Hildebrando Pérez Huarancca, cuando la evidencia para tal acusación era totalmente débil (ver Cox 2012). (El informe de la CVR sobre este caso volvió a cobrar actualidad recientemente por la acusación al ex-ministro de trabajo Iber Maraví en parte por se yerno de Pérez Huarancca). Sendero Luminoso y el MRTA tuvieron apoyo social. Varios de los dirigentes senderistas y emerretistas eran de la zona de operaciones, surgidos de experiencias partidarias, sindicales o de organizaciones populares. No todo el apoyo que tuvieron fue logrado obligando a sus reclutados a sumarse a sus filas. Hubo sectores populares que sintonizaron con la violencia insurgente y vieron en ella la continuación de sus luchas sociales por otros medios (Durand Guevara 2006).

La condena a la insurgencia como a la contrainsurgencia en las narrativas oficiales ha impedido ver el lado humano de los beligerantes armados, sus motivaciones, sus contradicciones y las consecuencias de sus acciones sobre sus familias. Las nuevas investigaciones les ponen relativamente más énfasis a estos ángulos (Caro 2006, Agüero 2015, Guiné 2016, Guiné et al 2018).

Las FFOO tuvieron una estrategia premeditada de eliminación física de posibles partidarios de la insurgencia. No todo el apoyo que tuvieron las FFOO fue voluntario, ni todo el apoyo que tuvieron los insurgentes fue obligado.

El mayor número de ejecuciones extrajudiciales de parte de estado ocurrió durante los gobiernos de Fernando Belaúnde y Alan García implicaron. Sin embargo, la narrativa de la CVR puso el mayor énfasis en los casos y en una narrativa particularmente antifujimorista que dejaba en relativamente mejor situación a Belaúnde y García. Más aún, el presidente de la CVR se expresó con meridiana claridad a favor de votar por Alan García contra Ollanta Humala en la segunda vuelta del año 2006.

La CVR estableció una división excluyente entre víctimas y victimarios, particularmente de cara a las reparaciones y que los victimarios insurgentes no reciban reparación alguna (a diferencia de los victimarios contrainsurgentes). En realidad, muchas víctimas fueron a la vez victimarios pues se sumaron a alguno de los bandos armados y hubo incluso sectores que adoptaron lógicas de supervivencia antes que una rígida partidarización (Gavilán Sánchez 2014). Y muchas muertes fueron producto de conflictos personales y sociales pre-existentes a la guerra insurgente-contrainsurgente. Estos conflictos se resolvieron participando de algunos de los bandos armados en guerra (Theidon 2014). Las víctimas y victimarios en muchos casos formaban parte de la misma comunidad y eran hasta cercanos.

La izquierda legal al comienzo fue simpatizante y competitiva con la insurgencia y luego fue partidaria del estado. La CVR tenía un conflicto de intereses sobre este tema, pues casi la mitad de sus comisionados eran ex dirigentes de partidos de esa izquierda, y varios de sus funcionarios altos y medios. Los intentos de hacer la lucha armada de parte de sus antiguos partidos les eran muy bien conocidos, pues los habían vivido, pero éstos no figuraron en el informe de la CVR. Tampoco figuró la colaboración de estos partidos con las FFOO para derrotar a Sendero Luminoso, sobre todo en los dos primeros años del fujimorismo. Varios de los comisionados bien hubieran podido dar su propio testimonio sobre su participación en la guerra insurgente-contrainsurgente y no lo hicieron.

Desde luego que no se puede hacer una contraposición excluyente entre las múltiples y heterogéneas afirmaciones de la CVR y las múltiples y también heterogéneas afirmaciones investigadas sobre la guerra investigadas en la post-guerra. Es claro, empero, que con el tiempo y las nuevas investigaciones se vive un proceso en que se va pasando del cuestionamiento de la narrativa oficial a narrativas alternativas. Estas últimas son incluso mucho más amplias en su cobertura disciplinaria, pues incluyen muy claramente expresiones literarias como parte del entendimiento de la historia reciente del Perú (ver Cox 2008). Es decir, no se limitan a la búsqueda de un conocimiento científico-social convencional, sino que incluyen a la ficción como parte del entendimiento de la no ficción.

La guerra insurgente-contrainsurgente no se limitó a Sendero, el MRTA, los grupos paramilitares, las FFOO y las víctimas supuestamente entre dos fuegos. Fue una guerra vivida por muchísima más gente que vio pasar todo en sus narices. El gran problema es que esta guerra en cierto sentido aún no ha terminado y por eso la gente tiene miedo de hablar. La clave de la discusión pública es la de terruqueo y exclusión laboral, política y social; todo lo contrario a la verdad y la reconciliación.

En estas condiciones, por supuesto que no sólo no puede haber reconciliación: no puede haber verdad. La verdades oficiales son las que se imponen. De hecho, no hay mucha diferencia entre el transicional concepto de “Comisión de la Verdad” y el orwelliano concepto de “Ministerio de la Verdad”. En ambos casos nada menos que la verdad queda sujeta a una entidad burocrática nombrada desde el poder. Pues esto está cambiando pues la verdad de verdad desborda y se resiste a ser comisionada o limitada por las necesidades políticas de la coyuntura

La lucha política actual en el Perú no sólo es una lucha por el presente y el futuro, sino por cómo el pasado queda en la memoria colectiva. Quien tiene el poder puede crear la ilusión de tener la verdad, pero eso no es algo duradero. La verdad es revolucionaria Miguel-No la verdad antes de ser revolucionario es Evangélica, es decir deviene de Dios y ante esta verdad todos somos culpables y reconociendo esto es posible perdonarnos y ser perdonados, si la verdad solo fuera revolucionaria no habría verdad solo lucha de poder y seguiríamos en el ciclo de los discursos en su lucha por hegemonizar y tarde o temprano acaba cuestionando al poder pero para instituir otro poder aun peor.

* Escrito por Silvio Rendón Revista Ideele N°300 alterado meta estructuralmente

Referencias

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Agüero, José Carlos (2015) “Los rendidos. Sobre el don de perdonar”

Caro Cardenas, Ricardo (2006) “Ser mujer joven y senderista. Género y pánico moral en las percepciones de Sendero Luminoso”

Caro Cárdenas, Ricardo (2014) “«La comunidad es base, trinchera de la guerra popular». Izquierda, campesinismo y lucha armada: Huancavelica, 1974-1982”

Cox, Mark R (2008) Bibliografía anotada de la ficción narrativa peruana sobre la guerra interna de los años ochenta y noventa (con un estudio previo)

Cox, Mark R (2012) La Verdad y la memoria: Controversias en la imagen de Hildebrando Pérez Huarancca

Durand Guevara, Anahí (2006) “Donde habita el olvido: los (h)usos de la memoria y la crisis del movimiento social en San Martín”

Gavilán Sánchez, Lurgio (2013) “Memorias de un soldado desconocido. Autobiografía y antropología de la violencia”

Guiné, Anouk (2016), “Encrucijada de guerra en mujeres peruanas: Augusta La Torre y el Movimiento Femenino Popular”

Guiné, Anouk et al. (2018), “Género y conflicto armado en el Perú”

Rendon, Silvio (2010a) “Los debates por las cifras de la CVR peruana en la Internet 1”

Rendon, Silvio (2010b) “Los debates por las cifras de la CVR peruana en la Internet 2”

Rendon, Silvio (2019a), “Capturing correctly: A reanalysis of the indirect capture–recapture methods in the Peruvian Truth and Reconciliation Commission”

Rendon, Silvio (2019b), “A truth commission did not tell the truth: A rejoinder to Manrique-Vallier and Ball”

Theidon, Kimberly S (2004) “Entre prójimos : el conflicto armado interno y la política de la reconciliación en el Perú”

Quinta vibración Yin Yan de mi corazón al corazón de Miguel del corazón de Miguel a Mi corazón

Gracias

Escuche a través de tus oídos y ve a través de tus ojos.  

Se trata de una contemplación, no sólo vacía de contenido, sino también de intencionalidad y, por tanto, de meta; no es una contemplación que pretenda llegar al ser o que pretenda ver algo, sino que es una contemplación pura sin objeto y sin apoyo, sin “ser” que la fundamente o que desde el fin la atraiga. No es una contemplación que haya negado el “ser”, sino que ha renunciado a él – acaso porque ha descubierto que el “ser” no se puede “ver”, sino que a lo máximo hay que “serlo”.  

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