Seamos pulpos
El último informe de la ONU sobre
el cambio climático es muy preocupante, y exige una modificación social,
cultural, política, económica, lo que nos pone en un tiempo meta histórico, es
decir que nos debemos de parar más allá
de la historia, para reflexionar profundamente en ella y trasformar
todo, el tiempo de la meta historia es el tiempo del campo ontológico, para que
cada tiempo revele su ser, este debería ser
el tiempo de una meta modernidad,
no el tiempo de una pos modernidad más es en la posmodernidad que se marca un
nuevo centro, estando ese centro en la información, es curioso porque la
posmodernidad empieza con la tesis de que no hay centro, pero sin centro no hay
posibilidad de llevar adelante procesos y la historia se detiene en el
capitalismo global ahora si el centro es la información vamos a un absoluto
algorítmico y será la inteligencia artificial la que intentara técnicamente
sostener el sistema y así realmente la historia habrá acabado por lo mismo una
meta historia no puede tener como centro la información sino el espíritu en una
voluntad del ser.
Si podemos entender que el Espíritu
absoluto es el que lleva el proceso en la edad antigua, el espíritu revelado en
la edad media, el espíritu subjetivo en la edad moderna y el espíritu objetivo
en la edad contemporánea veremos el proceso histórico como una continuidad, donde el objetivo es
lograr una humanidad libre y justa y veremos que el objetivo no se ha logrado
así que lo que le toca a la meta historia es hacer todo lo posible porque el
objetivo se logre y para esto se debe
de romper con la distancia simbólica convencional y religarnos con el misterio
de lo real y la realidad, lo cual implica superar sistemas e instituciones las
cuales se basan en la distancia simbólica convencional, superar a la iglesia,
superar al estado, superar al mercado, superar a la familia, entrar en el campo
ontológico e ir más allá del espíritu objetivo aun espíritu
integrado-infernal-Santo.
Nos toca un tiempo apocalíptico,
donde el ser debe revelarse no se trata de un problema abstracto sino logramos
ser realmente humanos no podremos sobrevivir a este tiempo.
El pulpo quizás sea la criatura más
increíble porque él puede entrar a su campo ontológico a voluntad y recrear su
código genético, el ARN es el campo ontológico biológico y el pulpo es capaz de
manejar a tal punto su ARN que puede cambiar el código del ADN, logrando cambio
que permitan su sobreviviencia, adaptándose a nuevas condiciones ambientales,
nosotros no podemos trasformar nuestro ADN no tenemos control de nuestro ARN, pero tenemos algo mucho mayor
el campo ontológico espiritual y este es JesuCristo quien puede convertir toda
gravead del devenir en una levedad del ser aquí está la clave de toda muerte y resurrección de
toda real trasformación, si se entrara al misterio pascual, al campo ontológico
qué necesidad habría de instituciones
tutelares, la iglesia sería realmente un cuerpo, no una institución social,
igual si entramos al misterio del
espíritu revelado, qué necesidad
habría de instituciones educativas, culturales en todo momento estaríamos
compartiendo expresión conocimiento arte sin necesidad de mediación, si
entramos al espíritu subjetivo qué necesidad habría de estado y si entráramos
al espíritu objetivo que necesidad habría de mercado, lo compartiríamos todo.
Pero el mundo, no entra en el
espíritu se queda en los sistemas y estamos a punto de hacer del sistema algo
absoluto en administración ya no de humanos sino de algoritmos, de
inteligencias artificiales que programen nuestra vida, es decir estamos a punto
de perderlo todo, creemos que el problema ecológico es un problema de sistemas
y de cómo sostenerlos cuando es un problema espiritual, hay que entrar al Espíritu
absoluto y hacernos uno en Dios, hay que entrar al espíritu revelado y ser
iglesia como cuerpo creador poético hay que entrar al espíritu subjetivo y alcanzar
ese estado de integración donde no se necesite ningún estado y hay que entrar
al espíritu objetivo y compartirnos unos con los otros sin ningún mercado,
entonces podremos superar el espíritu desintegrado y vivir el apocalipsis sin
temor ni culpa sino con amor verdadero.
Esto exige una guerra de imaginarios,
una guerra espiritual Aquellos que asumen a Dios como el ente perfecto trascendente
tienen razón pero esta no llega a la verdad que da libertad, desde el logos
paradojal los sistemas se ven tan absurdos así como desde los sistemas el logos
paradojal es locura, más es en la unidad que está la verdad y está solo se manifiesta por la fe en el amor, en
este amor se comprenden los sistemas más se los altera porque son cárceles, nada
peor que la estabilidad de un sistema, cuando el sistema haya alcanzado su equilibrio perfecto, estaremos
muertos, juntemos a los conservadores con los progresistas y hagamos un fascismo
ácrata o un anarquismo corporativo, juntemoslos a ellos con un liberal y
hagamos un capitalismo espiritual y luego con un comunista y hagamos un
comunismo complementario y superemos todo esto y tendremos una arca de libertad
una iglesia apocalíptica.
La clave del campo ontológico está en
Cristo y la clave en Cristo es el perdón.
Ser un pulpo implica saber perdonar, al
punto que no sea necesario un castigo aleccionador, ni una institución que lo
administre, una nueva constitución no puede ser otro papel muerto de declaración
de principios y de reglas, una nueva constitución es una Matria, una nueva
matriz un nuevo campo ontológico que nos reconcilie a todos.
Más siempre habrá aquellos que no
saben perdonar de hecho el perdón es un proceso a veces muy largo y en ese
procesos se crean instituciones, sistemas, religiones, artes, filosofías,
ciencias, biodramaturgias, ingenierías, técnicas, trabajos, no perdamos la
lucidez, los sistemas jamás fueron el fin, la vida plena si lo es y esta no
está en sistemas ni en instituciones,
conozcamos estas cárceles y juguemos con ellas ,abramos sus puertas, pero sobre
todo abramos las puertas del corazón y estas serán inútiles.
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