La postmodernidad con todas sus estrategias de apropiación, empoderamiento, travestismo cultural, descontextualización, deconstrucción, descolonización, inclusión social ha acabado así como su sensibilidad reality show de cultura zombi donde nada tiene valor ni sentido.
Hoy queremos la Revolución y para hacerla habrá que volver al Espíritu en una Guerra de imaginarios.
Desde el tercer congreso de las artes, la propuesta de una guerrilla cultural ha quedado sin una real realización, hoy es el momento.
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Esta semana nos reunimos con compañeros de algunas Zonas, del Bloque hip hop, de partidos de izquierda, colectivos sociales y del ágora popular para formar la guerrilla y diseñamos nuestra primera acción, la Tv basura en su propio espejo.
Para esta acción necesitamos toda la gente que se quiera sumar, haremos la secuencia del espejo del reality esto es guerra y pasaremos revista a toda la historia de la tv basura, exorcizándonos de ella, haciéndola pedazos, diciendo lo que otras generaciones hace tiempo debieron de decir no más Televisión basura en el Perú.
Los convocamos a todos para una reunión de ensayo de la acción este lunes 16 a las 7:00 PM en la Plaza San Martin.
Convoca Biotejido Teatro Loco A.S
En el espejo del Arte peruano
La televisión y sus imágenes no nacen de la nada, una de sus principales fuentes es el arte y el discurso que ahí se arma, la otra es la necesidad de una representación masiva.
Entonces me pongo frente al espejo de la tv y lo que veré será a Agusto Ferrando representando a la masa del barrio del callejón de un solo caño, esta como toda representación es una representación acrítica, donde de lo que se trata es de darle su lugar en el imaginario del sistema a la masa, es decir el sistema jamás es cuestionado ni la representación de la masa que él hace.
Así el trampolín a la fama, es el reconocimiento de existencia y la configuración de la misma dentro del sistema.
Si sigo mirando veré a Gisela, la chica de barrio que logra hacerse señora gracias a la TV
El meta relato de los medios masivos es el éxito personal dentro del sistema, el sueño americano, que aquí se convierte en el sueño de la choledad.
Pero de hecho en estos primeros programas no son los cholos emergentes los protagonistas sino más bien el criollo marginal.
Es recién con Fujimori que se ira consolidando la imagen del cholo emergente.
Pero primero con Laura bozo habrá que entretenerlo, en un plan siniestro de inteligencia, se hacen los diarios chichas y una programación basura, con el solo propósito de pervertir, de hacer una población que esté dispuesta a hacer lo que sea por un poco de dinero, de lo que se trata es de que la gente no piense, no pase a la lucha ideológica a Sendero se le gana la guerra en la mente, enchufando la mente de la gente en el morbo, el chisme, lo porno, y la violencia, cosa que el sistema capitalista ha hecho desde ya hace tiempo pero que en el Perú logra hacer un gran experimento de control y perversión de masas.
Salido Fujimori, la cosa se suaviza totalmente y se va decididamente a un discurso de inclusión, pero para eso hay que armar la plataforma y esta es el choliwood creado por Magaly medina la farándula y sus escándalos, al que todo el mundo quiere pertenecer para alcanzar la fama preciada y se arma cada cortina de humo, en la que Susy Díaz es toda una profesional.
Esto será matizado por la televisión blanca de concurso, que busca entretener “sanamente” pero de hecho el discurso es el mismo, apagar el cerebro y luchar por la inclusión a todo costo.
El paradigma del cholo emergente para hacer la gran marca Perú construye una identidad de cascara de huevo, donde al que menos se le debe de creer es el cocinero.
Más es de entender que una generación de emergentes empresarios dispuesto a todo por el ascenso social se puede comer este cuento pero otra generación ya con estudios, y dispuesta al análisis al ver la tremenda corrupción del sistema, no se cree él cuenta y cada vez más sale a protestar.
Eso es heroico porque el sistema no lucha solo con su mensajes, sino con la propia tecnología que te da formas de vida, y esta forma en nuestra contemporaneidad es post humana, donde no hay convivio, donde todo es virtual y el contacto con el otro es cada vez más difícil, así que el solo hecho de salir a la calle para vivir con todo tu cuerpo en el espacio real, es ya importante.
Pero la lucha es fuerte los programas Esto es guerra, combate, luchan palmo a palmo para generar la atención de los jóvenes y venderles sus modelos de comportamiento el mensaje es compite en el sistema con todas tus fuerzas.
Y el mensaje en la calle es el pueblo unido jamás será vencido.
Más lo que le falta a la calle es reflexión reconstrucción ideológica, nuestros imaginarios no solo deben de ser emotivos, sino racionales, espirituales, en que estamos poni3endo nuestra fe, porque estamos luchando, si es por intereses particulares, eso no tiene sentido, si es por la legitimación de minorías, estamos con el sistema, si es por la inclusión, seguimos en el mismo bote de basura, haremos televisión fuera de la televisión que es justamente lo que busca el sistema que en la red nosotros repliquemos su imaginarios, más si estamos por la justicia, por la libertad, por el amor, por la verdad, por un mundo sin explotados ni explotadores , entonces estamos inmersos en un proceso revolucionario.
Pero ustedes dirán, este no es un mundo de héroes sino de antihéroes, y sacaran su gran polo amarillo de los Simpson y me lo enrostraran en la cara, con algún que otro eructo.
Y Nosotros tendremos que configurar en la guerrilla, nuestra familia, que rompa con él al fondo hay sitico, con el chavo del ocho, con los Simpson y que por fin haga un cambio jugando y no acepte el sistema.
Hermanos hay mucho por hacer ¿la postmodernidad acabo? Por supuesto que lo hizo pero en el Perú siempre nos quedamos rezagados, es hora de hacer de la vida un arte y de que nosotros seamos esa familia que se levanta con el espíritu de una gran revolución global.
Para esto los imaginarios del cholo emergente deben de ser destruidos o más bien llenados de sentido, porque eso es lo que la post no soporta el sentido y el compromiso.
Gustavo Buntix, uno de los personajes más hábiles de la postmodernidad en el Perú hace poco dio una conferencia sobre el indigenismo.
Este momento en el arte es crucial, porque aquí frente al espejo se resuelve el problema de la identidad, ¿Que somos? Pero lo que hace Buntiux es criticar el travestismo del criollo y del mestizo al ponerse la máscara del indio, lo critica sobre todo en la revista amauta de Mariátegui, para pasar luego a ensalzar sutilmente la figura de chambi el fotógrafo cusqueño en el que si hay un indigenismo indígena, lleno de travestismo y máscaras, era un fotógrafo de estudio, pero que logra el éxito de apropiarse de una modernidad.
Pero de que modernidad???? Pues de una modernidad vacía , sin lucha, sin revolución, sin corazón, una máscara de estudio, chambi respondiéndole a Hiram Bingham apropiándose de sus fotos que salieron en la national geographic, tomándose en el con las mismas poses del investigador norteamericano, en el mismo paisaje y hasta con la misma vestimenta, ¿En un mensaje claro descolonizador?
No lo creo, aquí hay una apropiación, pero el que queda dentro del sistema es Chambi, Bingham no ha sido tocado.
Es esta la modernidad que ellos quieren, que el sistema quiere una que no cambie sus estructuras una, que no los toque.
Y ahora ellos dicen vivan los cholos, viva la inclusión dentro de nuestro sistema.
Y las respuesta debe ser somos runas, hombres nuevos viva la revolución.
Si comparamos el indigenismo mexicano con el indigenismo peruano, tienen similitudes, pero la gran diferencia es que en México hubo experiencia cero hubo revolución hubo cambio estructural, que luego fue destruido, Buntix dirá pero siquiera ellos tuvieron su foto esa en que Emiliano Zapata y Pancho Villa están en la silla presidencial, nosotros no.
Entonces nos queda una ardua tarea construir una verdadera modernidad y esta solo puede ser complementaria porque no se trata de volver al despotismo ilustrado al positivismo científico, sino a una del ser donde se logre la reconciliación de los hombre con la naturaleza y con Dios, pasando del paradigma del hacer, del producir del vivir para trabajar, al paradigma del ser y su realización que solo se dará en un mundo de amor, libertad y justicia.
No se trata de luchar para tomarnos la foto, se trata de tener una experiencia cero, una revolución real en el Perú, donde por fin se pueda vivir con sentido y valor.
(Esta reflexión es fruto de un intercambio con mi amigo-hermano Miguel Blásica)
Hacer de la vida un arte es la consigna
Pero primero hagamos del arte, Arte, no publicidad, ni diseño, ni propaganda.
Revelemos el Ser.
Démosle a la imagen sentido.
Este es un llamado a la vuelta a identidades fuertes de Razón y de Fe y abiertas dispuestas a una complementación a mí no me hace indio el poncho o la mascaipacha, sino la experiencia del pachacutec de poder poner el mundo al revés, de lograr una revolución.
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