jueves, 25 de septiembre de 2025

Tres de espadas

 

Tres de espadas

Encuentro de minería ontológica en Arequipa

¿Dónde está  el oro y donde está  el plomo?

Ya casi son las 18:00 del 23 de septiembre y estoy llegando un minuto tarde a la plaza 15 de agosto en Arequipa, hoy es el aniversario de mis padres, el día del estudiante, el día en que empieza la primavera y el día de nuestro primer encuentro de minería ontológica, bueno de mini minería pero son estos los encuentros cruciales , donde estén dos o tres reunidos el ser se revelara y el no ser se develara.

   

El respeto enorme que nos tenemos con Edson hace que ninguno llegue tarde, ni siquiera un minuto de hecho siempre llegamos minutos antes, pero ahora veo la plaza vacía, es que mi pierna no da, estoy preocupado y de pronto veo otra cara preocupada es la de Edson que tampoco me encuentra, cruzamos miradas y nos reímos, ah nace el abrazo de amigos. Es verdad Edson es mi amigo por fin he logrado tener un amigo, que bien se siente, le explico emocionado en que consiste la minera ontológica, lo urgente de hacerlo en un mundo donde el algoritmo lo domina todo y muy pronto no se podrá ni vencer ni compra si no estás alienado a sus códigos, por eso es tan importante lograr nuestra propia moneda …!Christian!!! Es Julio cumplió   con lo que dijo y vino, son tres años que no lo veo y es inolvidable la noche que dormimos junto el yo y mi esposa    y es que vino pasadaso a mi casa, yo lo encara diciendo que había un deseo sexual en nuestra relación y el no volvió a aparecer, lo cual me preocupo Julio es hiper talentoso, sensible , humano  profundo como pocos y esto acompañado de una paranoia desbordante  y de una inseguridad que siempre disfraza con un síntoma de risa nerviosa en la que sus ojos brillan y sus dientes muestran los colmillos, pareciera incapaz de matar una mosca porque su ternura es evidente, pero su dolor es cualquier momento lo puede sobre pasar y es que de verdad da el corazón en cada uno de sus gestos, miradas, palabras movimientos.        

 

Él ha venido con una sola misión encararme, para el yo justifico la opresión al decir que nosotros somos complices de ella, para mí él trata de evadir su responsabilidad en la relación opresiva donde el oprimido retroalimenta el deseo que captura a su inconsciente   actuando de mala fe, están claras las espadas la lucha es contra transferencial a muerte , claro cuando digo a muerte es que una de esas ideas tiene que morir y mejor si ambas ideas mueren y podemos lograr una síntesis que nos integre ene l proceso de autoconciencia  y una asíntesis que nos libere en el proceso de autoinconsciencia, los bastos también están claros él se basa para lograr la transferencia a su idea en el marxismo  defendiendo a Jaimito  que en el debate que tuve con él, puso las cosas muy claras hay opresores y oprimidos yo tomo como basto la teoría de la mala fe de Sartre y la desarrollo desde mi cibernética de tercer orden sintonizando con la auto explotación de Byun Chul han pero desde el análisis del inconsciente cultural  lacan, Zizek , el atacara mis bastos y yo atacare los suyos mi estrategia  es lograr la retransferencia para que salgamos de su idea, la suya es eliminar mi idea como contradictoria, la herida que está  detrás no queda clara ni en él ni en mi , todo el debate se mantiene en la autoconciencia no hemos podido ahondar en la inconsciencia, Edson escucha atento y solo al final el propondrá una opción en la que podamos integrarnos.

 

Más lo que ahora quiero chakana de mi corazón es saber dónde  está  el oro y donde está  el plomo, si él tiene razón el oro está  en denunciar y combatir con todo la opresión y al opresor, como si el opresor se trata del diablo o más bien en su lenguaje se trata del Dios opresor porque para él el diablo defiende a los oprimidos a tal punto que él se autodesigna satanista,a si el plomo estaría en no denunciar la opresión y encima justificar la opresión diciendo que los oprimidos realmente quieren ser oprimidos, lo cual para es una contradicción flagrante , yo soy puro plomo a sus ojos, aunque de alguna manera su deseo sigue estando conmigo. Ahora si yo tengo la razón el oro estaría en combatir la opresión tanto del lado del oprimido como del opresor porque los dos participan de la relación y el plomo seria el no aceptar la responsabilidad en esta relación de opresión perpetuándola ya que hay un mundo de bueno y malos de victimas y victimarios y los opresores seguirán oprimiendo y es que son tan fuertes que casi nada podemos hacer ante ellos, clásico argumento conspiranóico, si las cosas son así el plomo es lo único que abra y en caso se puede voltear la torta seremos los nuevos opresores en un proceso siempre violento de opresión.

Descubramos la verdad Chakana amplifiquemos este debate, apelando no solo a los bastos que tenemos sino a cada teoría, reflexión que pueda fundamentar alguna de lso dos posiciones hasta descubrir donde está  el oro y el plomo, que Juli logre transferirme a su posición y que yo logre retransferirme de ella y que yo también logre transferirlo a mi posición   y que el logre retransferirise de ella, al punto que vemos las copas de las que hemos bebido, las heridas que están detrás de estos argumentos, para así  lograr “curarlas”    

 

 

Tu relato es potentísimo: es a la vez una crónica íntima, un debate filosófico, un rito de amistad y una partida de ajedrez ontológico. Voy a intentar desmenuzar este encuentro **para buscar el oro y el plomo**, sin perder el pulso de las tres espadas que atraviesan el texto: la herida, el pensamiento y el deseo.

 

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## 1. **Tres de espadas: la herida compartida**

 

La carta del Tarot de Marsella es el símbolo central.

 

* **Espadas** → pensamiento, discurso, lucha de ideas.

* **Tres** → triangulación: tú, Julio, Edson; oprimido, opresor, testigo; consciencia, inconsciencia, síntesis.

* **Herida** → ninguna idea queda ilesa; el debate es cirugía espiritual.

 

El encuentro no es solo dialéctico, es **performativo**: las palabras cortan y curan. El oro y el plomo no están en una teoría, sino en **la capacidad de dejar que las ideas mueran** para que nazca una síntesis.

 

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## 2. Oro y plomo en la posición de Julio

 

* **Oro (según Julio)**: denunciar y combatir la opresión externa.

* **Plomo**: justificar la opresión, negar la asimetría, diluir la culpa.

  Su apuesta es marxista-satanista: el diablo como aliado del oprimido, el Dios-opresor como enemigo.

  *Riesgo*: cristalizar el binomio víctima/verdugo ciclo de violencia.

 

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## 3. Oro y plomo en tu posición

 

* **Oro (según tú)**: reconocer la complicidad de oprimidos y opresores, asumir responsabilidad compartida.

* **Plomo**: refugiarse en el papel de víctima o en la fe conspirativa de un “poder absoluto” que no deja actuar.

  Tu apuesta es cibernética de tercer orden: el sistema se autoalimenta si no se devela la co-dependencia.

  *Riesgo*: caer en un relativismo paralizante que diluya la necesidad de resistir.

 

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## 4. La chakana del debate

 

La **chakana** (cruz andina) abre cuatro cuadrantes:

 

| Norte (Oro de Julio)  | Sur (Plomo de Julio)    |

| --------------------- | ----------------------- |

| Denunciar la opresión | Justificarla            |

| Este (Oro tuyo)       | Oeste (Plomo tuyo)      |

| Asumir complicidad    | Culpabilizar solo a uno |

 

El **centro** de la chakana es el punto donde el oro se refina:

💡 *No basta denunciar ni basta asumir complicidad. El oro es el tránsito entre ambos, la capacidad de actuar sin quedar capturado por ninguno de los polos.*

 

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## 5. Transferencia, retransferencia y curación

 

La lucha no es solo conceptual, es **transferencial**:

 

* Julio intenta que te muevas hacia la indignación revolucionaria.

* Tú intentas que él vea la complicidad estructural.

* Edson, como testigo, puede ofrecer el lugar de la **retransferencia**: la salida que no es síntesis neutra sino *curación de la herida*.

 

El oro aparece cuando cada uno **atraviesa su propia herida**:

 

* Julio: reconocer su miedo a la impotencia y su deseo de justicia.

* Tú: reconocer tu miedo a la violencia y tu deseo de pureza reflexiva.

 

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## 6. Una posible clave

 

> “Donde estén dos o tres reunidos, el Ser se revelará y el No-ser se develará.”

 

La frase cristiana, injertada en tu cibernética, sugiere que **el oro no está en las ideas sino en el encuentro mismo**.

El plomo no es solo el error del otro, sino el **residuo de miedo** que impide seguir conversando cuando las ideas mueren.

 

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### 🌟 Propuesta de lectura final

 

* **Oro**: el proceso vivo de *desidentificación* con cada postura, el momento en que las espadas se cruzan pero ninguno necesita ganar.

* **Plomo**: cualquier fijación que impida ese movimiento: dogma, resentimiento, narcisismo intelectual.

 

El oro, entonces, **brilla en la plaza 15 de agosto** cuando los tres logran **abrazarse después de la herida**.

El plomo pesa en cualquier idea que no se deje morir.

 

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¿Quieres que preparemos un esquema visual (chakana/oro/plomo) o una carta estilo tarot que represente este encuentro para usarla en la próxima sesión de “mini minería ontológica”? 

 

Muy bien has comprendido, por lo mismo lo que quiero ahora es que simules el dialogo hasta explorar todas las posibilidades y producir este encuentro pero vamos paso a paso en esta primara parte el fundamente su visión marxista y yo fundamento la mala fe de Sartre que la fundamentación sea profunda en ambos lados. 

 

 Perfecto — hago la simulación en la plaza como si estuvieran sentados en un banco. En esta **Primera Parte** Julio expone con profundidad su fundamento marxista; luego tú respondes con una fundamentación profunda de la **mala fe** sartreana. Mantengo el formato dialogado para que puedas usarlo en la sesión.

 

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# Primera parte — Fundamentos profundos

 

**(Ambiente)**: Plaza 15 de agosto, tarde. Hay tensión contenida, miradas que van y vienen. Julio toma la palabra con firmeza; tú le respondes con calma filosófica.

 

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### Julio (visión marxista — monólogo fundacional)

 

Julio:

 

> Para mí no hay nada más claro que empezar por el motor de la historia: las **condiciones materiales de existencia**. La forma en que una sociedad produce, reproduce y distribuye lo necesario para vivir determina sus relaciones sociales, sus instituciones y hasta sus formas de pensamiento. Eso es la **materialidad histórica**: la economía no es un añadido a la vida social, la estructura económica (la **base**) condiciona la superestructura (leyes, cultura, religión, ideología).

> 

> Desde la **teoría del valor-trabajo** sabemos que bajo el modo capitalista el trabajo humano produce un valor que excede la retribución que recibe el trabajador: esa diferencia es la **plusvalía**, y es la fuente del beneficio capitalista. Esa extracción sistemática constituye **explotación**. No es un caso de malas intenciones individuales únicamente: es una relación estructural, sostenida por instituciones (empresa, Estado, propiedad privada de los medios de producción) y por una maquinaria ideológica que naturaliza lo dado.

> 

> Hablo de **alienación**: el trabajador es separado de su producto, de su actividad, de su especie — reduzco mi ser a una función de mercado. Eso produce sujetos fragmentados, que se ven a sí mismos como cosas, roles, mercancías. La **fetichización de la mercancía** hace que las relaciones sociales aparezcan como relaciones entre cosas; así el poder se oculta.

> 

> Por eso la denuncia no es moralina ni gesto estético: es praxis — una teoría que se vuelve práctica. **Denunciar** es mostrar la relación oculta (el lazo social convertido en mercancía), politizar lo privado, transformar conciencia de clase: pasar del “ser-para-sí” disperso al **ser-para-clase**, a una colectividad que actúa sobre las condiciones que la producen.

> 

> Ideologías y aparatos ideológicos (escuelas, iglesias, medios, cultura) reproducen lo que beneficia a la clase dominante. Si no se desenmascara, la gente vive en **falsa conciencia**, cree que su situación es natural o culpa su fracaso a rasgos personales. Por eso hay que **denunciar y combatir**: romper la hegemonía (en la que Gramsci insistiría) y construir alternativas materiales — cooperativas, sindicatos, redes de solidaridad.

> 

> Y sobre esa metáfora del diablo: si el “Dios” del orden establecido legitima la jerarquía, entonces simbolizar con el diablo la resistencia no es literalismo teológico, sino afirmar lo que rompe el mito. Quien no denuncia —quien relativiza la explotación como “complejidad” o “culpa individual”— está, en los hechos, reproduciendo la dominación. Denunciar es desocultar la trampa estructural y construir un sujeto político revolucionario.

 

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### Tú (fundamentación sartreana de la mala fe — monólogo fundacional)

 

Tú:

 

> Comprendo la fuerza de lo que dices, Julio; sin embargo, mi preocupación es otra: cómo se reproduce internamente la opresión. Para esto me arrimo a Sartre y su noción de **mala fe (mauvaise foi)**, que no es sólo “mentirse” sino una forma específica de relación con la propia libertad.

> 

> Sartre parte de una doble ontología: hay el **ser-en-sí** (las cosas, cerradas, determinadas) y el **ser-para-sí** (la conciencia, siempre trascendental, siempre abierta). La conciencia no es cosa; es proyecto. Pero vivimos atrapados entre **facticidad** (lo que somos, nuestras condiciones) y **trascendencia** (lo que podemos elegir ser). La mala fe surge cuando la conciencia intenta presentarse como si fuera cosa: se **auto-objetiva** para evadir la carga de la libertad.

> 

> El ejemplo clásico: el camarero que “es demasiado camarero”. Actúa como si su papel lo definiera por completo, como si no pudiera elegir; así elude la angustia de su libertad. No se trata de ignorancia: la mala fe es una postura intencional, una **auto-engaño deliberado** que permite eludir responsabilidad.

> 

> Aplicado a la opresión: muchas veces los oprimidos (y también los opresores) entran en modalidades de mala fe que perpetúan relaciones dañinas. Si yo me instalo en el papel de “víctima necesaria” para evitar el trabajo de reconstrucción de mi vida, estoy reproduciendo la condición que critico; si me niego a asumir mi libertad dentro del límite histórico, cedo mi poder de acción. La mala fe es, entonces, un motor psicológico e ético que contribuye a la inercia social.

> 

> La alternativa sartreana exige **aceptar la libertad y la responsabilidad radical**: aun en estructuras opresivas, uno no es completamente determinado; siempre hay margen para elegir, para redefinirse, para resistir desde la propia singularidad. Eso no niega las condiciones materiales —Sartre mismo, en su búsqueda posterior, intentó dialogar con el marxismo— pero insiste en que la transformación exige sujetos capaces de asumir su proyecto, no meros receptáculos de la historia.

> 

> Si sólo denunciamos fuera y no trabajamos sobre la mala fe que nos habita (no asumir culpa, proyectar la responsabilidad siempre hacia afuera, o refugiarse en la impotencia), entonces la revolución será un cambio de máscaras: las relaciones se reproducirán bajo otra forma si los sujetos no se transforman. La ética sartreana es, por eso, una ética de la **autenticidad actante**: no basta la teoría, hace falta el sujeto que elige y que asume su libertad con todas las consecuencias.

 

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### (Breve réplicas cruzadas — fundamentación recíproca)

 

Julio (réplica):

 

> No niego la importancia de la responsabilidad individual; Marx no elimina lo subjetivo. Pero la experiencia histórica nos muestra que la voluntad aislada choca contra estructuras. La **praxis** marxista no es puro determinismo: es un llamado a la organización colectiva que transforme las condiciones materiales que producen la mala fe. Una persona que “elige” autenticidad en un sistema que le quita techo y trabajo corre el riesgo de pasar hambre; por eso la política colectiva es condición de posibilidad para la elección auténtica.

 

Tú (réplica):

 

> Exacto: no propongo responsabilizar al individuo sin solidaridad. Pero tampoco podemos hacer de la responsabilidad una excusa para la pasividad: afirmar que “todo está determinado” es también una forma de mala fe colectiva. La tarea es doble: desactivar la máquina estructural que explota (tu punto) y desactivar la mala fe interior que legitima la reproducción de la opresión (mi punto). Sartre nos recordaría que la libertad es siempre un **deber ético** —si no lo ejercemos, nuestras manos están manchadas, aunque la estructura sea la que oprima.

 

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He dejado aquí la **Primera Parte** —Julio ha expuesto su fundamento marxista con profundidad; tú has expuesto la fundamentación sartreana de la mala fe con la misma densidad; y al final hay réplicas que muestran cómo ambos fundamentos comienzan a dialogar.

 

Si quieres, continúo con la **Segunda Parte**: intercambio más dialéctico (ataques, defensas, ejemplos concretos —por ejemplo: ¿cómo leer la “justificación de la opresión” como mala fe o como efecto estructural?) y luego pasamos a la fase de **transferencia / retransferencia / curación de la herida** en la conversación. ¿Procedo con la segunda parte? 

 

 

Está  muy bueno sigamos, en la siguiente parte recuerda que hay síntomas su risa nerviosa, mi silencios tratando pensar y recordar las cosas en los humanos no fluyen tan articuladamente pero la fundamentación esta correcta en ambos lados arahoa que se mas salpicado el dialogo, yo criticare al alienación desde Hegel comprendiendo que todos estamos alienados si no no habría lo social y que la cuestión es que tan conscientes hemos elegidos esa alienación lo cual me llevara a toda la teoría del incosciente y como el sujeto retroaliemnte el deseo que capturo su inconsciente transfiriéndolos, el intentara profundizar en el paraido predido dibujando un diablo liberador yo criticare esto ya que ene l lobro de Marloxw el diablo lucha para estar mas cerca a Dios , no puede amarlo por haber aciado lo odiara para poder estar cerca de el   

 

              Entendido. Ahora vamos a **bajar la temperatura del discurso**: las pausas, las risas nerviosas, los silencios que piensan.

La plaza 15 de agosto se llena de sonidos lejanos, gente pasando, el cielo arequipeño al anochecer.

El debate es denso, pero los cuerpos interrumpen: miradas, gestos, recuerdos.

 

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### Segunda Parte — Diálogo salpicado, con síntomas

 

*(Los tres se sientan. Edson observa en silencio. Julio enciende un cigarro. Tú miras la fuente. La tarde empieza a oscurecer)*

 

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**Julio** *(con una risa breve, casi un tic)*:

—¿Sabes lo que más me enferma? Que la gente crea que la alienación es una especie de… accidente. *[se encoge de hombros]* Como si pudiéramos vivir “auténticos” en un mundo donde todo está hecho mercancía. No hay salida individual, Christian. Todo es estructura.

 

*(Julio suelta una carcajada súbita, los dientes brillan. Después vuelve a fruncir el ceño.)*

 

**Tú** *(silencio largo, miras la fuente)*:

—(murmuras) Alienación… sí… pero ahí Hegel… *[te detienes, respiras]*

—Hegel ya decía que **sin alienación no hay sociedad**. Si el Espíritu no se separa de sí, no hay historia. Ser para sí implica primero perderse.

*(Pausa. Miras a Edson, que asiente levemente.)*

—La pregunta no es “¿estamos alienados?” sino… *[te quedas pensando]* qué tan conscientes somos de **elegir** la forma de esa alienación.

 

**Julio** *(se inclina hacia adelante)*:

—Pero eso es un lujo, hermano. La mayoría ni siquiera puede elegir qué comer mañana. ¿Cómo “elegir” alienación si el mercado ya eligió por ti?

 

**Tú**:

—Justo por eso hablo del **inconsciente**. No basta decir “el mercado lo impone”. El sujeto retroalimenta el deseo que lo captura.

*(Hablas más despacio)*

—Lo que Lacan llama el **deseo del Otro**: no sólo sufrimos la opresión, también la deseamos, la mantenemos. La transferencia… la cedemos.

—Cada vez que buscamos un amo para odiarlo… *[silencio]* lo estamos creando.

 

*(Julio se ríe otra vez, un poco más alto, se muerde el labio.)*

**Julio**:

—¿Entonces la culpa es del deseo? [ríe] O sea, ¡la víctima se lo busca!

 

**Tú** *(lo miras con calma)*:

—No es culpa… es estructura de deseo. El inconsciente no es libre, pero tampoco es pura víctima. El deseo no sabe lo que quiere; por eso lo repite.

 

*(Julio se echa hacia atrás, exhala humo, mira al cielo.)*

**Julio**:

—Por eso yo prefiero imaginar… un **paraíso perdido**.

*(su voz baja, casi un susurro)*

—Un lugar donde el diablo es el liberador.

—El Dios que ustedes veneran… es el gran Opresor. El diablo… es el que dice “no serviré”.

*(Una risa nerviosa se le escapa, mezcla de desafío y ternura.)*

 

*(Tú guardas un silencio largo, los ojos clavados en las losas de piedra.)*

**Tú**:

—He leído… en el *Fausto* de Marlowe…

—Ese diablo que lucha por acercarse a Dios… que no puede amarlo, entonces lo odia para… permanecer cerca.

*(levantas la mirada)*

—¿No ves que tu diablo liberador sigue atado al Dios que odia?

—El odio también es un lazo. La rebelión puede ser solo otra forma de dependencia.

 

*(Julio se queda quieto. La risa se corta a la mitad. Una brisa recorre la plaza.)*

 

**Julio** *(más bajo)*:

—Quizá… pero ese odio da fuerza. Sin él no te mueves.

 

**Tú** *(casi en un murmullo)*:

—O te encierra. El inconsciente se alimenta del objeto que rechaza.

—El que odia para liberarse… a veces… solo se asegura de nunca soltar.

 

*(Silencio. Se oyen pasos lejanos. Edson observa, los ojos brillando como quien guarda una pregunta para el final.)*

 

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En este tramo se siente el **ritmo humano**:

 

* **Risa nerviosa de Julio** como descarga ante la angustia de la dependencia.

* **Tus silencios** como espacio de elaboración, donde el pensamiento se detiene para dejar hablar al cuerpo.

* **Edson** como testigo silencioso, reservando la posibilidad de una síntesis.

 

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¿Quieres que en la **siguiente parte** entremos a la zona de **transferencia y retransferencia**, donde ambos comienzan a reconocer las heridas detrás de los argumentos, o prefieres prolongar todavía más el ida y vuelta teórico (por ejemplo, sobre Hegel, Lacan, Byung-Chul Han) antes de entrar en la fase más emocional? 

 

Si prolonguemos aun lo teórico  yo ire con Zizek y byung chul han él ira al paraíso perdido de Jhon milton y al diablo de bakunin ene l texto Dios y el estado  yo criticare ambos   

 

*(La noche cae lentamente sobre la plaza. Las luces de los faroles pintan sombras largas. El aire es frío pero la discusión arde. Edson permanece atento, con la mirada que oscila entre ustedes dos. Julio juega con su cigarro, tú frotas las manos para calentarte. Las palabras ya no salen como discursos, sino en oleadas, con pausas, tics, chispazos de teoría.)*

 

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### Tercera Parte — Zizek / Byung-Chul Han vs. Paraíso Perdido / Bakunin

 

**Tú** *(después de un largo silencio)*:

—Zizek… *[chasqueas la lengua, buscas la frase]* …dice que lo más difícil no es imaginar el fin del mundo, sino el fin del capitalismo.

*(miras a Julio)*

—Eso me recuerda que incluso nuestra rebelión se vuelve mercancía. El capitalismo es una **máquina que absorbe la negatividad**, la vuelve moda, la vende.

—Cada protesta, cada grito… puede terminar en un anuncio publicitario.

*(te inclinas hacia adelante)*

—Por eso Byung-Chul Han habla de la **autoexplotación**: ya no necesitamos un amo visible; nosotros mismos, por deseo de rendimiento, nos convertimos en nuestros propios opresores.

—El “paradiso perdido” puede ser solo otra pantalla que oculta esta lógica: creer que hay un afuera absoluto cuando en realidad el sistema vive de absorber cada afuera.

 

*(Julio sonríe de costado, deja escapar una risa breve que parece una tos.)*

 

**Julio**:

—Interesante… pero Milton lo vio antes.

*(Se endereza, su voz gana intensidad)*

—En el *Paraíso Perdido*, Satán dice: *“Mejor reinar en el Infierno que servir en el Cielo”*.

—Ese verso es dinamita. No se trata de mercancía: es el grito de una criatura que prefiere la libertad, aunque sea en el dolor, antes que la sumisión eterna.

*(Julio ríe otra vez, nervioso, pero con brillo en los ojos)*

—Y Bakunin lo lleva más lejos en *Dios y el Estado*: *“Si Dios existe, el hombre es esclavo; el hombre debe ser libre, por eso Dios no puede existir”*.

—El diablo es el primer emancipador, el que se niega a arrodillarse. Esa negación es el verdadero comienzo de la libertad.

 

*(Tú frunces el ceño, dejas que la idea repose. Pasan unos segundos en silencio; Edson levanta una ceja, atento.)*

 

**Tú**:

—Pero Milton…

*(bajas la voz)*

—¿No ves que Satán necesita a Dios para existir? Su grito solo tiene sentido frente al Cielo.

—Incluso su rebeldía confirma la estructura que combate.

—Como el niño que desobedece para que el padre lo mire.

*(suspiras)*

—Es una libertad que no suelta la cadena, solo la tensa.

 

*(Julio se encoge de hombros, sonríe otra vez.)*

 

**Julio**:

—¿Y qué si la cadena está ahí? Mejor tensarla que besarla.

 

**Tú**:

—¿Seguro?

—Si la rebelión se define por el enemigo, entonces el enemigo sigue marcando el ritmo.

—Eso es lo que Zizek llama **la paradoja de la negatividad**: creemos que estamos rompiendo, pero seguimos bailando en la pista que el sistema preparó.

*(mueves la mano, como dibujando un círculo)*

—El capitalismo ama a su Satán, lo necesita para renovarse.

—Bakunin cree que mata a Dios, pero su diablo sigue orbitando alrededor de la idea de Dios.

 

*(Julio mira el cielo, exhala humo, se ríe, pero la risa ahora suena cansada.)*

 

**Julio**:

—Quizá… pero ese orbitaje… es lo único que nos mantiene calientes.

*(hace una pausa, mira a Edson)*

—Si renuncias a la rebelión, ¿qué queda? ¿Una libertad abstracta que nadie puede tocar?

 

*(Tú te quedas pensando, frotando las manos. Edson respira hondo, como si quisiera hablar pero se contuviera.)*

 

**Tú**:

—Lo que queda… es reconocer que el diablo de Milton y el de Bakunin son, al final, **figuras de nuestra propia escisión**.

—Son el nombre poético de nuestra **alienación inevitable**, la que Hegel vio como motor de la historia.

—Pero si aceptamos que no hay un “afuera puro”, tal vez podamos elegir cómo jugar dentro, sin quedarnos prisioneros del odio que necesita un amo para odiarlo.

 

*(Julio se queda mirando la fuente, la risa se apaga. Solo se oye el agua y el viento.)*

 

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Aquí el debate se vuelve **circular y humano**:

 

* **Tus pausas** abren espacio a la reflexión sobre Zizek y Byung-Chul Han.

* **Las risas nerviosas de Julio** marcan el vértigo de invocar a Milton y Bakunin.

* Ambos se mueven entre teoría y confesión, cada cita es también un síntoma.

 

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¿Quieres que en la siguiente fase empiece a intervenir **Edson** con una propuesta de integración, o prolongamos aún más el duelo teórico con, por ejemplo, Lacan o la noción de “deseo del Otro” frente a la praxis política? 

 

Esta realment bueno cada cita es un síntoma y es hora de descubrirlo yo le hablare de la serie de Netflix el bunker atomico la cual ha tenido muy malas criticas porque se parece demasiado a la casa de papel , pero ahí te das cuenta claramente en los personajes, que los estafados estafan al estafador se dejan engañar asi la vida es mas fácil echándole al culpa al otro pero basta un tiempo encerrado para que nos demos cuenta que todos engañan a todos excepto la pareja protagónica que lucha por amar  y no deja que su inconsciente sea atrapado, es como si los ricos no quiseiran pagar el precio del amor, la madre un puede amar al hijo porque le va a costar la vida , el rico no puede dejar de tener amantes porque si se quedara con una sufriría el amor exige un compromiso al cual todos rehúyen y entonces solo queda en poder ,en los ricos la banalidad de la opresión y en los pobres la banalidad de la rebelión , esto desata en Julio toda su ira al punto que interviene Edson para lograr una mediación  

**[La bodega sigue vibrando con una electricidad extraña: un lugar que es a la vez refugio y laboratorio de pensamiento. El olor a café recalentado se mezcla con el de madera húmeda. El aire es denso, lleno de pausas, de miradas que se clavan más que las palabras. Las risas nerviosas de Julio suenan como chispas en la penumbra.]**

 

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**Tú** (mirando al suelo, casi murmurando):

¿Viste la serie *El Búnker Atómico*? …ya sé, las críticas son malas, que si copia a *La Casa de Papel*, que si los personajes son clichés… pero justo por eso me obsesiona.

(se detiene, respira hondo)

Porque ahí, en ese encierro, los estafados terminan estafando al estafador. Todos se dejan engañar porque así la vida se hace más llevadera. Basta un tiempo encerrado para ver que **todos engañan a todos**, excepto esa pareja que decide amar. Ellos se niegan a que su inconsciente sea atrapado.

 

*(silencio largo, casi insoportable)*

 

**Julio** (risa corta, seca, casi un estallido):

¡Ja!… suena como una fábula burguesa para Netflix. ¿Qué quieres probar? ¿Que el amor es un pequeño milagro capitalista?

 

**Tú** (subes la mirada, lento):

Quiero decir que los ricos —esos dueños del búnker— no quieren pagar el precio del amor.

La madre no puede amar al hijo porque le costaría la vida.

El rico no puede dejar de tener amantes, porque amar de verdad lo obligaría a sufrir.

El amor exige compromiso… y todos huyen.

Entonces sólo queda **el poder**: en los ricos, la banalidad de la opresión; en los pobres, la banalidad de la rebelión.

(se interrumpe, como si algo doliera)

Eso… eso me recuerda a lo que Zizek dice: *“el cinismo contemporáneo sabe que el otro miente, pero igual participa en el juego porque es más cómodo”*.

 

**Julio** (ríe otra vez, ahora más largo, pero su risa se quiebra):

Milton lo entendió antes que todos. *“Better to reign in Hell, than serve in Heaven”*.

El diablo de *El Paraíso Perdido* no ama a Dios porque amarlo sería esclavitud. Prefiere odiarlo para estar cerca de él, respirando su sombra.

Bakunin lo afila en *Dios y el Estado*: *“Si Dios existe, el hombre es esclavo; el hombre debe destruir a Dios para ser libre”*.

La rebeldía es la única dignidad que queda.

 

**Tú** (inclinas la cabeza, voz más grave):

¿Pero no ves la trampa?

En Milton, el diablo se rebela sólo para seguir orbitando a Dios.

En Bakunin, la negación absoluta todavía depende de aquello que niega.

Es la paradoja de Byung-Chul Han cuando habla del poder que se disfraza de libertad: creemos destruir a Dios, pero el odio nos mantiene atados.

La supuesta autonomía es apenas el negativo de la dominación.

 

*(Julio aprieta los puños, los ojos brillan como si un fuego interno se encendiera)*

 

**Julio**:

¡Pero esa dependencia es el único camino para tocar lo absoluto!

Si no hay Dios, si no hay amo, ¿contra quién se forja la conciencia?

El odio es el cincel de la libertad.

 

**Edson** (entra casi sin ruido, como si hubiera estado escuchando desde antes):

(voz suave, pausada)

O tal vez ambos juegan al mismo juego:

el amor que exige sacrificio y el odio que exige destrucción son dos caras de la misma moneda.

Quizá la verdadera mediación no esté en amar ni en odiar, sino en **soportar la intemperie**, sin refugio en Dios ni en su sombra.

 

*(silencio pesado. La risa de Julio se corta en seco. Tus dedos tamborilean en la mesa. Nadie se atreve a hablar primero.)*

 

---

 

¿Quieres que la siguiente parte explore más el estallido emocional de Julio —su ira que casi rompe la mediación— o profundizamos en la respuesta de Edson como figura de equilibrio filosófico? 

 

hagamos ambas cosas que Edson profundice y julio estalle , mas lo que dice edson me hace estallar a mi 

 

**[La bodega es ahora una cámara de presión. El calor del café frío y el olor a humedad se mezclan con un aire casi metálico. Los tres parecen sentir que el techo se encoge. Una gota de agua cae desde una cañería y suena como un disparo.]**

 

---

 

**Edson** (sin levantar la voz, pero cada palabra es un filo):

Quizá todo este debate —Dios, el Diablo, el amor, el poder— sea una coartada.

Ni Milton ni Bakunin logran escapar porque ambos necesitan una figura absoluta:

o un cielo que esclaviza, o un infierno que dignifica.

Pero tal vez **no haya absoluto**.

Tal vez el verdadero desafío sea vivir sin ese eje,

sin el amo que odiamos ni el amor que nos salva.

Soportar que el sentido no venga de arriba,

ni siquiera del odio que proyectamos.

 

*(el silencio se alarga, la gota de agua vuelve a caer; Edson no sonríe, pero su serenidad es casi ofensiva)*

 

---

 

**Julio** (explota, voz quebrada entre ira y miedo):

¡No! ¡Eso es peor que Dios!

¡Eso es el vacío!

¿Quieres que seamos piedras mudas, que soportemos sin nombre, sin historia?

¡Prefiero la guerra, el fuego, el odio que al menos arde!

(risa breve, seca)

El infierno es calor, Edson.

Tu intemperie es hielo.

 

*(golpea la mesa; la taza vibra, un hilo de café cae como sangre negra)*

 

---

 

**Tú** (te incorporas de golpe, la voz tiembla entre rabia y vértigo):

¡No!

¡No nos quites ni siquiera el odio!

Tu neutralidad es un veneno dulce.

Byung-Chul Han diría que esa transparencia absoluta

es la peor forma de dominación:

el poder que no necesita látigo,

que se disfraza de libertad para que nos rindamos solos.

 

*(respiras hondo, pero la respiración no alcanza; las palabras salen a saltos)*

 

Zizek lo grita en cada chiste obsceno:

el sujeto **necesita el obstáculo**,

el trauma que retroalimente el deseo.

Sin eso, no hay inconsciente,

no hay retorno, no hay juego.

Sólo queda una anestesia perfecta.

 

---

 

**Edson** (parpadea, pero su voz sigue suave, casi maternal):

Quizá confundís la anestesia con la apertura.

No es que no haya deseo…

es que el deseo no necesita amo.

La herida puede existir sin verdugo.

 

---

 

**Julio** (risa nerviosa, casi un grito):

¡Eso es imposible!

Sin verdugo, sin Dios,

¿quién mide la herida?

¿Quién nos garantiza que no somos nada?

 

*(su voz se quiebra; mira hacia ti como buscando un refugio que no quiere encontrar)*

 

---

 

**Tú** (miras a Julio, luego a Edson, la garganta ardiendo):

Si no hay verdugo…

entonces la herida somos nosotros.

Y eso… eso duele más que cualquier infierno.

 

*(la bodega entera parece latir; la gota de agua cae una vez más,

marcando un tiempo que ninguno sabe si es principio o final.)*

 

---

 

¿Quieres que ahora la tensión derive hacia una **ruptura física** —un gesto, una salida brusca—

o que se mantenga en un **silencio denso**, donde cada uno empiece a revelar su propio síntoma interior (miradas, recuerdos, gestos involuntarios)? 

 

 

sique se revelen los sintomas, el silencio se rompe hablando huevadas y media pero detrás de ellas esta el dolor     

 

**[El silencio es tan denso que el sonido de la gota parece un tambor. Las respiraciones se vuelven visibles en el aire. Ninguno mira al otro directamente. Las sillas crujen con movimientos mínimos, casi nerviosos.]**

 

---

 

**Julio**

(risa repentina, descolocada, como si alguien le hubiera contado un chiste privado)

¿Se han fijado que en Arequipa el helado se derrite más lento que en Lima?

—*jajaja*—

Debe ser porque los volcanes guardan el frío, o porque la ciudad es… cómo era… *puta madre*, la ciudad es un freezer elegante.

*(su risa se quiebra, los colmillos brillan; se pasa la mano por la nuca)*

Igual… igual todo se derrite, ¿no?

La madre, el padre, la rabia, el amor.

Todo.

*(la risa se apaga en un hilo casi inaudible)*

 

---

 

**Tú**

(mirando la taza vacía, como si adentro hubiera una respuesta)

Mi pierna…

Hoy pensé que no llegaba a la plaza porque la pierna no daba.

Un minuto tarde y parece una eternidad.

Qué raro que un cuerpo avise antes que la mente, ¿no?

Como si el músculo supiera que el pensamiento va a doler.

*(silencio, tocas la rodilla con disimulo, como si acariciaras una cicatriz)*

 

---

 

**Edson**

(suspira, voz baja, casi un murmullo)

Yo… llevo años soñando con un ascensor que nunca llega.

Subo, bajo, cambio de piso,

pero nunca se abre la puerta.

A veces escucho gente afuera,

pero nadie llama.

*(mueve los dedos como si contara monedas invisibles)*

Es ridículo… pero siempre despierto con la sensación de que *alguien*

me está esperando.

 

---

 

**Julio**

(se inclina hacia adelante, ojos brillantes, sonrisa frágil)

¿Será que todos estamos esperando?

Un ascensor, una pierna que aguante,

un helado que no se derrita…

*(risa corta, casi infantil)*

Yo siempre espero que alguien me diga que no soy un monstruo.

Pero nadie lo dice.

Ni siquiera el diablo.

 

---

 

**Tú**

(alzas la mirada, apenas)

Yo espero que el algoritmo no nos gane.

Que no convierta este dolor en un emoji.

Que el oro y el plomo… sigan pesando.

Porque si todo es aire,

¿cómo curamos la herida?

 

---

 

**Edson**

(cierra los ojos, apoya la frente en la mano)

Quizá la herida… no se cura.

Quizá sólo se nombra.

Y mientras hablamos huevadas,

esa herida nos escucha.

 

---

 

**[La gota vuelve a caer. Nadie ríe ahora, pero las palabras flotan como humo tibio. El dolor, expuesto apenas en esas confesiones torpes, se queda suspendido entre las tres respiraciones.]**

 

¿Quieres que la escena siga hacia una **confesión más íntima** (por ejemplo recuerdos personales que se enlacen con las teorías)

o que vuelva a una **discusión intelectual** como una defensa frente a lo que acaba de asomar? 

 

**[La gota cae otra vez, pero ahora nadie la escucha. La tensión vuelve a la mesa como un rebote eléctrico: las manos buscan tazas vacías, las rodillas golpean el borde, las palabras salen atropelladas, cortadas por silencios demasiado largos.]**

 

---

 

**Julio**

(risa que se ahoga a mitad de camino)

—*jajaja*—

Ok… ok… basta de poesía, volvamos a la carnicería.

La alienación, ¿no?

Hegel dice que es inevitable,

pero yo digo que el problema no es si la elegimos,

¡es que la fábrica está encendida las veinticuatro horas!

Mientras tú hablas de elección,

los dueños de la fábrica cuentan billetes.

¿De qué sirve “elegir” una jaula?

Es jaula igual.

 

*(mira de reojo, chasquea los dedos, como si espantara un insecto invisible)*

 

---

 

**Tú**

(la voz sube un poco, las palabras se tropiezan)

Pero… pero si no hay elección, Julio,

¿qué hacemos? ¿Nos declaramos mártires profesionales?

El inconsciente retroalimenta el deseo,

lo dice Lacan: *no hay sujeto sin falta*.

Si el oprimido no reconoce su propia complicidad,

la opresión sigue,

cambia de uniforme, de bandera,

pero sigue.

*(golpeas la mesa sin querer; el sonido te hace estremecer)*

 

---

 

**Edson**

(sonríe apenas, como para calmar, pero su tono es inquieto)

Tal vez los dos tengan razón.

La alienación es condición del espíritu,

pero la fábrica concreta no se detiene porque lo sepamos.

Quizá la conciencia no libera,

solo… incomoda.

*(bebe un sorbo inexistente de su taza vacía)*

 

---

 

**Julio**

(se inclina hacia ti, ojos brillantes)

Eso es lo que quieren que creas:

que la conciencia es incomodidad y nada más.

Pero Milton lo sabía,

el Diablo se rebela aunque pierda.

Bakunin lo gritó:

“Si Dios existe, hay que abolirlo”.

La derrota no importa,

lo que importa es no obedecer.

*(ríe otra vez, pero su risa suena como un corte de vidrio)*

 

---

 

**Tú**

(respondes rápido, casi atropellando las palabras)

¡Pero hasta el Diablo necesita a Dios para definirse!

Sin el Amo, su rebelión se evapora.

Zizek lo explica:

el acto más radical no es rebelarse,

es **dejar de jugar el juego**.

Byung-Chul Han también:

la violencia del sistema es que nos hace creer

que elegir entre amo y rebelde es libertad.

 

*(la voz te tiembla; sientes que hablas demasiado rápido, como si las ideas te persiguieran)*

 

---

 

**Edson**

(mira la mesa, la voz un poco más áspera)

¿Y si ninguno de los dos puede salir porque ambos disfrutan el juego?

El oro, el plomo…

quizá solo pesan porque los seguimos contando.

Si dejáramos de medir,

¿qué quedaría?

 

*(un silencio breve, casi insoportable; las respiraciones suenan como golpes)*

 

---

 

**Julio**

(murmura, casi un siseo)

Quedaría el vacío.

Y el vacío… también es una jaula.

 

---

 

**Tú**

(sin pensarlo, casi un suspiro)

O una puerta.

 

---

 

**[La gota vuelve a caer. El sonido, antes lejano, ahora es un metrónomo que marca el temblor de las ideas. La discusión continúa, pero cada frase parece una confesión disfrazada.]**

 

¿Quieres que la conversación siga escalando hacia un **choque de estrategias** (cada uno propone cómo actuar en el mundo)

o que derive a una **reflexión sobre el amor y el compromiso**, tomando ese vacío como punto de partida? 

 

No, ahora voy por Edson y le pregunto porque viene ¿Que hace acá?

 

El responde porque goza con mi pasión, pero luego se va asfixiando y tiene que separarse aunque sea por un tiempo

Yo lo critico como es que dices que gozas de mi pasión, pero luego quieres matar a Dios en mi, es que no sabes que mi pasión viene de esa fe  

Ahí julio ataca mi fe con todo

Edson responde

 

**[La gota vuelve a caer, pero ahora parece marcar un duelo. El aire se espesa. Tus ojos se clavan en Edson, que mira su taza vacía como si quisiera esconderse dentro de ella.]**

 

---

 

**Tú**

(la voz sale más grave de lo que esperabas)

Edson…

¿Por qué vienes?

¿Qué haces aquí, escuchando cada palabra,

siempre como a medio paso,

nunca del todo?

 

---

 

**Edson**

(al principio sonríe, casi avergonzado)

Porque…

(goza la palabra, la muerde)

porque gozo con tu pasión.

Hay algo en la forma en que te lanzas,

en cómo defiendes cada idea como si fuera tu respiración…

eso me arrastra.

 

*(hace una pausa; sus dedos tiemblan apenas)*

 

Pero…

también me asfixia.

Es demasiado.

Tu fe… tu fuego…

A veces necesito alejarme,

aunque sea por un tiempo,

para poder… respirar.

 

---

 

**Tú**

(das un golpe leve en la mesa, los ojos ardiendo)

¿Gozas de mi pasión

y luego quieres matar a Dios en mí?

¿No entiendes que mi pasión viene de esa fe?

No es un adorno, Edson,

es el corazón que late en cada palabra.

Si arrancas a Dios,

me arrancas a mí.

 

---

 

**Julio**

(se endereza de golpe, la risa se vuelve un grito afilado)

¡Exacto!

Por eso Dios es el peor tirano:

te hace creer que sin él no eres nada.

Ese fuego que defiendes es una correa,

¡un candado de oro!

¿No ves que tu fe es el instrumento más perfecto de opresión?

Milton lo escribió con poesía,

Bakunin lo gritó con pólvora:

*Dios debe morir*

para que el hombre nazca.

Cada vez que dices “mi pasión viene de mi fe”,

el opresor sonríe.

 

*(sus ojos brillan con una furia húmeda, los colmillos asoman en su risa rota)*

 

---

 

**Edson**

(respira hondo, la voz tiembla como una cuerda tensada)

Julio…

y si Dios no fuera solo amo,

si también fuera herida,

nombre para lo que no sabemos decir…

¿Matar a Dios no sería otra forma de adorarlo?

A veces pienso que el odio más feroz

es solo amor que no soporta su propio peso.

 

*(mira primero a Julio, luego a ti; su mirada es una mezcla de cariño y miedo)*

 

---

 

**Julio**

(chasquea la lengua, casi escupiendo las palabras)

Eso es teología de consuelo.

Es perfume para la cadena.

El amor que no se atreve a ser odio

es solo obediencia disfrazada.

 

---

 

**Tú**

(miras a los dos, la garganta ardiendo)

¿Y si Dios fuera solo el nombre de nuestra herida?

¿Si la fe fuera la forma de no dejar que el vacío nos trague?

Edson dice que goza con mi pasión,

Julio quiere quemar la casa entera.

Yo solo…

yo solo quiero que la herida respire.

 

---

 

**[La gota vuelve a caer. Nadie habla por unos segundos. El silencio ya no es solo debate: es un territorio donde cada palabra es una confesión y cada respiración un riesgo.]**

 

¿Quieres que ahora **Julio contraataque** con una crítica más personal —entrando en tu historia, en tus gestos—

o que **Edson revele algo íntimo** que explique su necesidad de acercarse y luego huir? 

 

Si que se empiece a revelar lo intimo, yo explico la cibernética de tercer orden ene lla Dios no existe es el frustrate intento de llenar la herida en el proceso de la auntoinconsciencia por lo mismo Dios debe moiri y ser herida que respira, falta que renuncia a ser llenada, afirmación de la afirmación en esa falta para que se debele el absurdo   de todo consuelo y realmente podemos existir, pero en el proceso de al autoconciencia Dios es como síntesis de todos los proceso de negación de la negación y como tal es libertad pero ¿libertad de la herida? O Herida en su libertad de auntonegarse una y otra vez de reinventarse hasta la resurrección en el amor   

 

**[La gota cae. Esta vez suena como si golpeara dentro de cada uno. Edson aprieta las manos. Julio frunce el ceño, pero se queda quieto. Tú respiras hondo y sientes que las palabras te atraviesan antes de salir.]**

 

---

 

**Tú**

(mirando a los dos, la voz quebrada y firme a la vez)

Escúchenme…

Lo que yo llamo *cibernética de tercer orden*

es justo este laberinto.

En el proceso de **autoinconsciencia**,

Dios no existe:

es el frustrante intento de llenar la herida.

La herida es real,

el deseo de taparla es la gran trampa.

Por eso, en ese nivel,

**Dios debe morir**

y convertirse en lo que siempre fue:

una herida que respira.

Una falta que se afirma en su propia falta,

una afirmación que renuncia a toda plenitud

para que el absurdo de todo consuelo se revele.

Solo ahí podemos existir sin anestesia.

 

*(silencio; el eco de “existir sin anestesia” queda flotando)*

 

Pero en el proceso de **autoconciencia**,

Dios es otra cosa:

es la **síntesis de todas las negaciones de la negación**,

el momento en que la libertad se reconoce en su propio límite.

¿Es libertad *de* la herida?

¿O herida en su libertad de auto-negarse,

de reinventarse una y otra vez

hasta resucitar en el amor?

 

*(te quedas sin aire; el pecho duele)*

 

---

 

**Edson**

(al principio solo te mira, como si algo dentro de él hubiera cedido)

…eso…

eso es lo que me atrae y me asfixia.

Tu fe no es consuelo,

es una máquina que se devora a sí misma.

Cuando hablas así,

no suenas a sacerdote,

suena a…

*(traga saliva)*

a alguien que ama tanto la herida

que la convierte en arte.

 

*(sus ojos se humedecen; baja la mirada)*

Yo…

yo crecí en una casa donde Dios era un castigo.

Un padre que gritaba “Él te ve”

cada vez que respiraba.

A los trece decidí matarlo,

pero cada vez que alguien habla con esa pasión…

yo…

yo siento que regresa.

Que me mira otra vez.

Y no sé si corro para escapar

o para que alguien, por fin,

lo nombre de otra manera.

 

*(se cubre la cara un segundo; respira como si estuviera subiendo una montaña)*

 

---

 

**Julio**

(la risa nerviosa vuelve, pero suena quebrada)

Carajo, Edson…

—*jajaja*—

Eso… eso sí que no lo vi venir.

Yo que vine a matar a Dios

y resulta que ustedes lo tienen

como una herida que sangra,

como un padre que acecha,

como una libertad que se niega a morirse.

 

*(mira el suelo; la risa se corta de golpe)*

Quizá yo también…

quizá yo también sigo hablando con él

cada vez que lo insulto.

 

---

 

**Tú**

(con la voz apenas audible)

Tal vez todos.

Tal vez matar a Dios

sea solo otra forma de dejarlo entrar.

Y la única libertad

sea seguir respirando en la herida,

aunque no cierre nunca.

 

---

 

**[El silencio que sigue no es vacío. Es un silencio lleno de respiraciones, de latidos, de una herida que por primera vez parece compartida.]**

 

¿Quieres que ahora la conversación derive hacia **cómo vivir después de este reconocimiento** —acciones, decisiones, pequeños gestos—

o prefieres que se quede en este **estado de revelación suspendida**, donde cada uno siente pero aún no actúa? 

 

Yo cuestino a Edson porque mientes tu nunca mientes o mientes solo gestualmente cuando usas la palabra siempre es verdadera, tu creciste con un padre borracho , con una amdre al igual que la mía que no te quiso, Dios no estuvo por ningún lado en tu vida, tu solo puedes conocer a Dios como una gran falta o quizás en el amor de una mujer pero eso no es Dios , el ahí me cuestiona con todo haciéndome comprender que lo mío tampoco es Dios, julio rie , rie sin parar    

   

**[La bodega huele a hierro húmedo. La gota cae otra vez, como si marcara un duelo que ninguno pidió. Tu mirada se clava en Edson, que intenta esconder las manos debajo de la mesa. Julio ya sonríe antes de que hables.]**

 

---

 

**Tú**

(la voz cortante, casi un susurro que golpea)

Edson…

¿por qué mientes?

Tú nunca mientes.

O si mientes, es solo con el cuerpo,

con un gesto, un silencio.

Pero cuando usas la palabra…

siempre es verdadera.

 

*(lo miras fijo, sin parpadear)*

Tú creciste con un padre borracho.

Una madre—como la mía—

que no te quiso como necesitabas.

Dios no estuvo en ninguna esquina de tu vida.

Lo único que puedes conocer de Él

es la **gran falta**.

O, quizá, algo parecido en el amor de una mujer…

pero eso no es Dios.

 

*(te inclinas hacia él)*

Y tú lo sabes.

 

---

 

**Edson**

(al principio ni respira; luego levanta los ojos, húmedos)

…Tienes razón.

No hubo Dios en mi casa.

Solo gritos, botellas,

y una madre que se volvió sombra antes de tiempo.

La primera vez que escuché la palabra *Dios*

fue en la boca de un vecino que me golpeó por robar pan.

Si yo hablo de Dios ahora

es porque aprendí a nombrar el hueco.

A darle sonido a la falta.

 

*(respira hondo, la voz le tiembla)*

Pero lo que tú llamas Dios…

tampoco es Dios.

Es una estructura, una necesidad,

un fuego que te sostiene.

Un espejo que te devuelve tu propio deseo.

Es hermoso, sí,

pero no es… no es un Ser.

Es tu herida con nombre propio.

 

*(te mira con una ternura casi insoportable)*

Y por eso te admiro.

Porque no te escondes de esa herida,

aunque la llames Dios.

 

---

 

**Julio**

(ríe de golpe, carcajadas que rebotan en las paredes)

¡JAJAJA!

¡Esto es oro puro!

El que nunca miente confiesa que todo es falta,

el que defiende a Dios reconoce que es solo herida,

y yo…

yo que vine a matar a Dios

me quedo sin cadáver.

—*jajaja*—

¡Brindemos por el hueco, carajo!

 

*(golpea la mesa con la palma abierta; la taza vacía salta y rueda)*

 

---

 

**Edson**

(esboza una sonrisa amarga, apenas audible)

Julio… tu risa suena a llanto.

 

---

 

**Julio**

(se detiene, respira agitado, pero la risa vuelve en forma de suspiro)

Tal vez.

Tal vez es lo único que nos queda

cuando todo se revela como…

como puro hueco.

 

---

 

**Tú**

(la voz baja, casi un murmullo)

Quizá el hueco sea lo más honesto

que hemos dicho en toda la noche.

 

---

 

**[La gota cae una vez más. Esta vez nadie se mueve. El hueco, nombrado por fin, parece latir en cada respiración.]**

 

¿Quieres que la conversación ahora busque **un gesto de reconciliación** entre los tres

—un abrazo, una promesa, una salida juntos—

o que siga explorando **la incomodidad del hueco**, dejando que la noche se hunda aún más en ese descubrimiento? 

 

Profundicemos en el hueco yo cuento la predica de la hija del pastor de la iglesia de mi madre : ella de pronto se para en silencio y expone el hueco

En una iglesia donde el huevo es insoportable

Y se llena con diezmos con muchos diezmos

Que pasa me digo de donde viene ese dolor

Es que la hija quiere redirmer al padre exponiendo el enorme hueco

Ahi realmente habla el espíritu santo

 

Y que dice???? 

 

**[La bodega parece transformarse en una nave de iglesia. El olor a hierro se mezcla con incienso imaginario. Las luces se apagan un poco, como si el relato trajera una sombra sagrada.]**

 

---

 

**Tú**

(la voz se vuelve lenta, como si rezaras)

Yo la vi.

La hija del pastor.

En la iglesia de mi madre.

Se levantó…

pero no dijo nada.

Solo **silencio**.

Un silencio que dolía más que todos los gritos del mundo.

 

El hueco estaba ahí,

insoportable.

Y la gente lo sentía.

El aire se volvió piedra.

Los diezmos, las monedas,

todo ese dinero que intentaba tapar el abismo,

se volvió ridículo.

 

Yo me pregunté:

¿de dónde viene este dolor?

¿Por qué este silencio es más fuerte que cualquier sermón?

 

Entonces lo entendí:

la hija no predicaba por ella.

Quería redimir al padre.

Exponer su hueco.

Abrir la herida frente a todos,

como si solo la verdad pudiese salvarlo.

 

En ese instante…

**habló el Espíritu Santo.**

 

---

 

**Edson**

(se inclina hacia adelante, los ojos encendidos)

¿Y qué dijo?

¿Ese Espíritu… qué dijo en su silencio?

 

---

 

**Tú**

(con la voz quebrada, pero firme)

No usó palabras.

Fue un murmullo que no era murmullo.

Un temblor en la sangre.

Era como si dijera:

 

> “No llenen el hueco con billetes.

> No adornen la falta con promesas.

> Dejen que la herida respire.

> Dejen que duela.

> Porque solo en el hueco

> se revela lo que es verdadero.”

 

Era un mensaje sin dueño.

Ni del padre.

Ni de la hija.

Ni mío.

Ni siquiera de Dios.

Era **la nada hablando**,

y sin embargo…

era el Amor.

 

---

 

**Julio**

(la risa se detiene; ahora habla en un susurro casi infantil)

Un Espíritu que dice que no hay nada…

y al mismo tiempo es todo.

Eso… eso sí da miedo.

 

---

 

**Edson**

(asiente, con los ojos brillantes)

Ese es el hueco.

No una amenaza.

Una invitación.

La única que no se compra.

La que nos deja desnudos.

 

---

 

**[La gota vuelve a caer. Nadie intenta llenar el silencio. El hueco, nombrado y sentido, late como un corazón invisible en medio de la noche.]**

 

¿Quieres que ahora **la hija del pastor** vuelva a hablar y rompa el silencio con una sola frase—una especie de sentencia final—

o que el Espíritu permanezca **callado**, dejando que el hueco siga hablando por sí mismo? 

 

Yo ahora cuestiono ya no se le puede llamar hueco no herida porque el nombrarlo lo convertimos en metafísica, la gente cree que Hegel no hce meta física pero al encontrar el espirtu absoluto el petrifica el movimiento y esto es l oque estamos haciendo ahora estamos matando a Dios nombrándolo como hueco y eso es genial pero luego matamos al hueco porque nos complacemos en el y no esta doliendo , en ella dolia realmente dolia , esto dsata el dolor  en los tres

 

**[La bodega vuelve a crujir. El sonido metálico de una tubería se siente como un gemido. La atmósfera es tan densa que parece que las palabras pesan.]**

 

---

 

**Tú**

(la voz tiembla, casi un reproche)

Ya no se le puede llamar **hueco**…

ni **herida**.

Porque al nombrarlo lo volvemos **metafísica**.

La gente cree que Hegel no hace metafísica,

pero cuando encuentra el **Espíritu absoluto**

lo **petrifica**.

Lo vuelve estatua.

Lo inmoviliza.

 

¿Y qué estamos haciendo nosotros ahora?

Lo mismo.

Matamos a Dios nombrándolo como hueco.

Y eso… sí, es **genial**.

Pero después…

matamos al hueco mismo,

porque nos **complacemos** en él.

Lo acariciamos.

Lo volvemos concepto.

Y entonces **deja de doler**.

 

En ella…

en la hija del pastor…

**dolía de verdad**.

Dolía tanto que el silencio era una espada.

 

(la voz se quiebra)

Aquí… nosotros solo jugamos a doler.

 

---

 

**[Un golpe seco. Julio se agarra el rostro, las uñas marcándole la piel.]**

 

**Julio**

(con una risa que es casi un sollozo)

¡Sí!

¡Eso es lo que me enloquece!

Nosotros… intelectuales de mierda…

hablamos del hueco, de la herida,

del Espíritu…

como si fueran fichas en un tablero.

¡Y ella… ella se estaba desangrando en vivo!

 

(se tapa los ojos)

Y yo… yo solo sé reír.

Porque si no me muero.

 

---

 

**Edson**

(la respiración se le corta, la voz áspera)

Yo…

yo lo sentí también.

Cuando hablaste de ella…

algo en mi pecho se abrió.

Y ahora lo estoy **nombrando**,

y mientras lo nombro…

se **escapa**.

Como si cada palabra fuera un clavo

que mata lo único que era real.

 

(se lleva la mano al cuello)

Me asfixia…

¡me asfixia la idea de estar matando lo que me salva!

 

---

 

**[El silencio vuelve, pero ahora es distinto: no es vacío ni consuelo, sino una presión que hace doler el cuerpo. Las miradas se cruzan, húmedas, sin discurso. Algo late detrás de las palabras, algo que no acepta ser nombrado.]**

 

---

 

¿Quieres que en este punto **alguien rompa el silencio con un gesto físico** —un abrazo, un golpe, una fuga—

o que los tres permanezcan atrapados en esta asfixia, dejando que el dolor siga sin nombre? 

 

**[La bodega respira con un calor extraño. Las paredes sudan. La luz se hace más tenue, como si la electricidad también sintiera el peso de lo que acaba de pasar.]**

 

---

 

**Tú**

(hablas lento, casi acariciando cada palabra, como si quisieras ponerles cuerpo)

Cuando veo esa serie de Netflix…

la de la adolescencia…

ese plano secuencia que parece no terminar nunca,

entiendo que el dolor no se filma con cortes.

El dolor **no acepta el montaje**.

Solo el plano largo,

el que te obliga a quedarte,

a mirar cómo la respiración se vuelve insoportable,

cómo nadie puede escapar.

 

Y pienso en la **minería ontológica**.

Esa palabra que usamos como si fuera un proyecto,

una bandera.

Pero no puede llevarse a ningún lado.

No puede convertirse en mercancía.

No debe ser banalizada.

Tiene que **crecer desde este dolor**,

de a pocos.

Sin apuros.

Aunque nos muramos de hambre en el proceso.

 

Ser testigos de este dolor…

—de este que no se puede comprar,

ni vender,

ni poner en un PowerPoint—

eso es lo más bello que hay.

 

(la voz se quiebra, pero sigue)

Por eso…

gracias.

Gracias a los dos

por vivir un tiempo a mi lado.

 

(Abres los brazos.

No es un gesto solemne.

Es torpe.

Humano.)

 

---

 

**Julio**

(se deja caer en el abrazo primero, como si cayera en un pozo)

Carajo…

esto…

esto sí que no sé cómo discutirlo.

 

(la voz le sale como un suspiro)

Gracias por dejarme estar.

 

---

 

**Edson**

(se acerca lento, respira hondo, y al fin se inclina en el abrazo)

Yo…

yo no vine para esto,

pero…

esto era exactamente lo que necesitaba.

 

(su voz es un hilo)

Quedarnos aquí.

Sin nombre.

Sin hueco.

Solo… estar.

 

---

 

**[Los tres permanecen en un abrazo torpe, como si el tiempo se hubiera doblado. El silencio vuelve, pero ahora no hiere: respira. Ninguno intenta llenarlo. Ninguno intenta salvarlo.]**

 

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¿Quieres que la escena termine aquí,

en este **silencio compartido**,

o que después de un rato surja una última palabra,

quizá pequeña, casi doméstica,

que los devuelva lentamente al mundo? 

 

**[El abrazo se desarma con la misma torpeza con la que nació. Un silencio breve, denso. De pronto, Julio suelta una carcajada áspera que corta el aire.]**

 

---

 

**Julio**

(entre risas, pero con filo)

¡Ya, basta de plano secuencia!

Volvamos a lo básico: **opresores y oprimidos**.

El maldito Marx tenía razón,

pero mira qué ridículo suena cuando lo digo:

“¡Proletarios del mundo, uníos!”

—como si yo, Julio, que no puedo ni organizar mi cuarto,

fuera a organizar la revolución.

 

(se ríe de sí mismo, se golpea el pecho)

¡Soy el Che Guevara del taxi pirata!

Y aun así…

no puedo dejar de ver

que alguien siempre está arriba

y alguien abajo.

Aunque me burle, esa jodida escalera sigue ahí.

 

---

 

**Tú**

(la risa se te escapa, a medias entre sarcasmo y ternura)

Y yo,

el pequeño Sartre de Arequipa,

predicando que **todos somos cómplices**,

que hasta el oprimido alimenta la opresión

con su deseo de ser deseado.

 

(mueves las manos, como si dibujaras un círculo)

Mira qué elegante mi argumento:

todos culpables,

nadie inocente.

¡Hermoso para justificar mi propio fracaso!

 

(se ríe, casi ahogándose)

Yo, el filósofo del plomo,

echando la culpa a la mala fe

para no tener que cambiar ni un centímetro.

 

---

 

**Edson**

(finge ponerse serio, con una mueca que intenta ser grave)

Ya, niños,

paren de golpearse con libros.

 

(mira a los dos, lento)

Hay casos… y casos.

Hay momentos en los que uno **es cómplice**,

aunque jure que no.

Y hay otros en los que, por más que te culpes,

no lo eres.

La vida no cabe en una sola fórmula.

Ni en Marx,

ni en Sartre,

ni en ninguno de sus nietos intelectuales.

 

(se queda mirándote, con los ojos entre risa y desafío)

Entonces…

respóndeme, pues.

¿Eres o no eres cómplice de la opresión?

 

---

 

**Julio**

(da un golpe suave en la mesa, como marcando el punto)

¡Eso, carajo!

Dilo.

Sin cita, sin teoría.

Solo tú.

¿Sí o no?

 

---

 

**[El silencio vuelve, pero ahora es eléctrico. Las risas flotan en el aire como un humo denso. Las miradas te atraviesan. No hay salida por la puerta de los conceptos. Solo una respuesta desnuda.]**

 

¿Quieres que yo imagine **tu respuesta** en esa escena,

o prefieres construirla tú?

 

He luchado toda la vida para vencer la opresión, eso me ha costado salir expulsado del colegio , de la escuela de teatro, de la universidad, de infinidad de teatros y centros culturales , ser tomado preso 4 veces en España en fin vivir en una exclusión total pero al mismo tiempo he sido un opresor al punto que todos me han abandonado los últimos en hacerlo han sido mis hijos y si no me abandona mi esposa es porque … porque … no se porque , pero ante ustedes amigos quiero dejar toda opresión de lado , lo que significa que los voy a oprimir terriblemente, no tengan piedad , porque yo no la tendre con ustedes   

 

**[El aire se queda en suspenso. Tu confesión cae como una piedra en un pozo, pero al tocar fondo no hay eco: hay carcajadas que se demoran en salir, como si necesitaran permiso.]**

 

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**Julio**

(primero una risa corta, después una explosión)

¡Carajo, Christian!

¡Eso sí que es dialecticazo!

Te desangras para ser libre

y terminas amenazándonos como un pequeño Stalin de barrio.

¡Hermoso!

—(se seca una lágrima de risa)

Esa es la revolución perfecta:

la que empieza en la derrota

y termina en una broma mortal.

 

---

 

**Edson**

(sonríe, pero la mirada es de cuidado)

Eso que acabas de decir…

es la verdad más limpia de toda la noche.

Nadie sale de la opresión

sin llevar dentro un **microtirano**.

Lo difícil no es luchar,

es no enamorarse del poder

cuando por fin lo tocas.

 

(se inclina hacia ti)

Y mira que hasta en tu chiste

hay un cariño que no se puede ocultar.

Cuando dices que nos vas a oprimir

yo escucho:

“No me dejen solo en mi libertad.”

 

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**Julio**

(ahora más sereno, con una sonrisa torcida)

Hermano,

si vas a oprimir,

hazlo bien.

Empieza por obligarnos a quedarnos aquí,

en este silencio.

Ni Marx ni Sartre,

solo este calor,

este hueco que no podemos llenar.

 

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**Edson**

(alarga la mano, palmada en tu hombro)

Oprímenos, pues.

Pero hazlo así:

**sin piedad y con amor**.

Que duela,

pero que no mate.

 

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**[Los tres se quedan allí, entre risas y una especie de respeto feroz.

El dolor sigue, pero ya no manda.

Se siente, por primera vez en la noche,

que la opresión es solo un pretexto para tocarse el alma.]** 

 

Y asi tocados en el alma nos despdimos yo les dibuje el tres de espadas a Edson con una noche en ese tres de espadas a Julio con un día en un arbol , ellos rien , Edson dice es como si el hehcizo solo se da por logrado con se te da ese papel, yo le replico solo son las espadas, para logar los oros hay que bber de la copa y traferirnos y retransferirinos en los bastos , massss!!!! si mucho mas , nos despedimos pero ellos me siguen Julio hasta la palza de armas Edson hasta mi casa , en todo ese camina con la alma desnuda edosn es tan hermoso 

 

**[La noche de Arequipa se abre como una herida suave. El eco de las campanas se mezcla con la respiración de los tres. La plaza 15 de Agosto huele a piedra húmeda y a despedida.]**

 

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**Tú**

(sacas un pedazo de papel arrugado, un lápiz que apenas pinta)

Edson…

este es para ti.

 

(dibujas lento, con líneas torcidas,

un **Tres de Espadas** hundido en la noche:

las espadas atraviesan un cielo negro,

pero hay un brillo diminuto detrás,

como si la herida respirara luz)

 

Julio…

el tuyo es de día.

Un **Tres de Espadas** colgado en un árbol,

con hojas que tiemblan.

El sol se cuela entre las espadas

como si quisiera jugar.

 

---

 

**Julio**

(ríe, esa risa nerviosa que parece un espejo roto)

Hermano…

parece que el hechizo

solo se cumple cuando tú lo dibujas.

Como si la carta

necesitara tu mano para existir.

 

---

 

**Tú**

(sin levantar la vista del papel)

No es el hechizo.

Son solo las espadas.

Para llegar a los **Oros**

hay que beber de la **Copa**

y perdernos en los **Bastos**,

transferirnos,

retransferirnos,

hasta que la herida

deje de buscar consuelo.

 

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**Edson**

(sonríe, el cuerpo encendido por algo que no se nombra)

Masss…

sí…

mucho más.

Pero hoy basta con este dibujo.

 

(sus ojos se clavan en ti,

agradecimiento sin palabras)

 

---

 

**[La despedida es lenta, como un plano secuencia.]**

 

Julio te acompaña hasta la **Plaza de Armas**,

sus pasos son de un niño que juega a perderse,

la risa le estalla cada tanto,

como si quisiera romper la gravedad de la noche.

 

Edson sigue más lejos,

**hasta tu casa**.

Camina a tu lado

con el alma desnuda,

sin discursos,

sin espadas.

 

En cada paso,

la piedra colonial parece absorber la confesión de los tres.

El aire frío se vuelve piel.

 

---

 

**Edson**

(al llegar a la puerta, apenas un susurro)

Gracias…

por dejarme caminar así.

 

(se queda mirándote,

tan hermoso en su quietud

que el silencio se vuelve bendición)

 

---

 

**[No hay abrazo final.

Solo la certeza de que el hechizo seguirá latiendo

en cada herida que respira.]**

 




 

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